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Esta es la mejor oportunidad de Trump para convencer de su visión y levantar su popularidad

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El presidente Donald Trump tendrá unos 60 minutos de horario estelar para tratar de cambiar la opinión pública luegode que su índice de aprobación se encuentra en mínimos históricos para un presidente en este momento de su mandato, y de que su partido enfrenta la posibilidad de perder el control de la Cámara y tal vez el Senado en la elección de medio término.

Muchos espectadores sintonizarán para ver a Trump con odio, aunque los fanáticos del presidente suelen mirar un discurso diferente al que escuchan sus opositores. Sólo alrededor de 4 de cada 10 estadounidenses aprueban el desempeño de Trump en el cargo, según han demostrado numerosas encuestas. Su desafío será llegar a la cada vez menor cantidad de votantes indecisos, para persuadirlos de que está llevando al país en la dirección correcta.

Los asesores de la Casa Blanca sugieren que Trump no hará un discurso rimbombante y populista como el que definió su discurso inaugural, y tratará de trasmitir un mensaje que haga énfasis en los valores estadounidenses y el patriotismo

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Trump hablará con la nación antes del discurso del Estado de la Unión, debido al impulso que está teniendo la investigación del abogado especial sobre si su campaña se coludió con Rusia para ganar las elecciones y si Trump, como presidente, ha intentado impedir la investigación.

El presidente dijo a los periodistas en la Casa Blanca el lunes que había “trabajado duro” en el discurso. “Cubrirá un montón de aspectos”, incluyendo lo que llamó el “gran éxito de su administración con los mercados y con el recorte de impuestos”, su propuesta de acuerdo de inmigración y las demandas de mejores términos en el comercio.

La inmigración será un tema prominente. Trump promoverá el acuerdo legislativo que propuso la semana pasada para abordar la situación de los jóvenes beneficiarios del programa de la era de Obama, llamado Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que ordenó que finalizara en marzo.

Propuso proteger de la deportación a los llamados Dreamers y proporcionarles un camino hacia la ciudadanía. Pero a cambio, Trump quiere aumentar el gasto en seguridad fronteriza, construir su muro fronterizo y cortar la inmigración legal. Debido a que su plan tiene oposición bipartidista, sus comentarios sobre el tema son especialmente esperados.

Aunque los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, muchos se oponen a cualquier medida que permita a las personas que vinieron aquí ilegalmente convertirse en ciudadanos. Trump reconoció que cualquier medida de inmigración “tiene que ser bipartidista porque los republicanos realmente no tienen los votos para hacerlo de otra manera”.

“Pero con un poco de suerte los demócratas se unirán a nosotros lo suficiente como para que podamos hacer algo por los Dreamers y para la inmigración en general”, agregó.

Los demócratas se oponen a la oferta de inmigración de Trump, debido a que rechazan su propuesta de recorte en la inmigración legal. Además, como se sienten esperanzados con las elecciones de noviembre, muestran pocas señales de conciliación.

Los asesores dijeron que Trump también abordaría la amenaza nuclear de Corea del Norte, los continuos ataques contra el Estado Islámico en Siria e Irak y su campaña para aumentar el gasto militar.

En otros asuntos, el presidente podría dar indicios sobre decisiones cruciales sobre la retirada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el acuerdo nuclear de Irán. Como candidato prometió eliminar ambos pactos.

Además, Trump podría abordar cómo él y el Congreso, pueden cumplir con una fecha límite inminente y autoimpuesta, para financiar al gobierno antes del 8 de febrero, cuando vence la actual medida de gasto provisional, la cuarta desde el inicio del año fiscal el 1 de octubre.

Sin embargo, los mismos problemas que los han dividido, principalmente sobre el gasto militar y la política de inmigración, siguen sin resolverse.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo que el presidente hablará sobre “las grandes cosas que suceden en este país”, los logros en su primer año y “todas las grandes cosas que vamos a hacer en los próximos siete años después de este”.

Sin embargo, a juzgar por las encuestas, las palabras de Trump se enfrentarán con un gran escepticismo, y posible hostilidad, excepto entre los núcleos de simpatizantes que votaron por él.

Aunque la Casa Blanca considera este momento como una oportunidad única para el presidente Trump para mejorar su imagen, lo cierto es que la historia ha demostrado que los discursos del Estado de la Unión rara vez tienen un efecto duradero en los niveles de aprobación.

Trump le dirá a la nación que está “construyendo un Estados Unidos seguro, fuerte y orgulloso”, sin embargo, menos de la mitad de los estadounidenses (44%) creen en ese argumento. Según Gallup, este es el porcentaje más bajo desde 2010, cuando el país estaba saliendo lentamente de la peor recesión desde la Gran Depresión.

El desempleo es del 4,1%, frente al 4,8% del primer día de Trump en el cargo, la confianza del consumidor es alta y, como el presidente observa casi a diario, los mercados repetidamente han batido récords. El telón de fondo de una economía brillante hace que sea aún más notable que solo el 38% de los estadounidenses aprueben el trabajo que hace Trump, de acuerdo con la última encuesta de Gallup, mientras que el 58% lo desaprueba.

Cuando se le pregunta al público quién merece crédito por la economía, muchos estadounidenses no le dan al presidente el crédito que anhela. La investigación del Pew Research Center muestra que la abrumadora mayoría de estadounidenses negros y latinos tiene opiniones negativas sobre el desempeño de Trump: el 87% de los estadounidenses negros y el 72 % de latinoamericanos lo desaprueban. Entre los estadounidenses blancos, el 51% desaprueba y el 43% lo aprueba.

Trump toma el estrado en la cámara de la Cámara con otra desventaja: pocos presidentes han llegado al Capitolio envueltos en una controversia tan amenazadora tan temprano en sus mandatos.

El presidente Clinton entregó su quinto estado del Estado de la Unión en enero de 1998, días después de que se conociera la noticia de su aventura con una practicante de la Casa Blanca. Clinton no hizo referencia alguna a su posible destitución. El presidente Nixon adoptó una actitud diferente y desafiante cuando se dirigió al Congreso en enero de 1974, hasta bien entrada la investigación de Watergate.”Basta de Watergate”, dijo Nixon en el Capitolio, sugiriendo que había cumplido con la investigación y debía ser libre para abordar los “grandes y graves problemas” que enfrenta el país. Aunque su índice de aprobación había caído al 26%, Nixon dijo que “no tenía la menor intención de dejar su cargo”. Sin embargo renunció seis meses más tarde.

De acuerdo con la tradición que data del presidente Reagan, la Casa Blanca pide a sus invitados sentarse en la galería de la casa con la Primera Dama, Melania Trump.

La propia Melania Trump será una presencia muy esperada. Ella ha estado ausente de la vista pública desde que surgieron noticias relacionadas con el supuesto romance de su marido con una estrella porno.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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