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Este sábado es el regreso de Supersónico, con nuevo local y varias sorpresas

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El año pasado, por primera vez, Nacional Records, la compañía local que se dedica a editar en Estados Unidos material discográfico de artistas latinoamericanos procedentes de la escena “alternativa”, llevó a cabo un festival masivo que enfocaba su primera parte en sus propios artistas, pero que le dio espacio en los horarios estelares a representantes de otros sellos y, sobre todo, de mayores dimensiones.

De ese modo, Café Tacvba y Calle 13 ocuparon la tarima principal en el enorme patio trasero del Shrine Auditorium, mientras que circularon también por ahí Bostich+Fussible , Ana Tijoux y La Vida Bohème, entre muchos más. La música fue de primer nivel, así como el sonido; pero no fuimos los únicos en quejarnos de las considerables distancias entre uno y otro escenario -lo que hacía sumamente complicado tratar de ver mucho, sobre todo porque los horarios de presentación se cruzaban- y de la escasez de puestos de venta para atender a la enorme multitud -lo que se tradujo en serias dificultades para adquirir las infaltables cervezas-.

Este año, los organizadores parecen estar interesados en arreglar de algún modo dichas situaciones para la segunda edición que tomará lugar el día de mañana, porque han cambiado de locación (el evento entero se hará en el Hollywood Palladium, cuyas dimensiones deberían ser mucho más manejables) y, además de prometer que la distancia entre los dos tabladillos será extremadamente razonable, aseguran que no habrá cruces de horario, aunque esto vaya a redundar en sets más cortos por parte de cada artista (lo que suena perfecto cuando se quiere tener una ‘probadita’ de alguna agrupación que no conocemos, pero puede ser triste cuando se es realmente fan de una de ellas, sobre todo porque nadie -ni siquiera los actos centrales- tocará por más de media hora).

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Como era de esperarse, alguno de los comentarios de usuarios en la página de Facebook de Supersónico contienen toda clase de quejas, e incluyen también reclamos tanto por la ausencia de grupos realmente ‘fuertes’ como por la salida intempestiva del cartel de Nortec Collective y Mexican Institute of Sound, quienes estaban supuestamente a bordo; a fin de cuentas, la escena ‘alterlatina’ no tiene muchos espacios de difusión, ni mucho menos oportunidades para presentarse en vivo de modo tan generoso.

Pero nosotros sentimos un marcado interés en varias de las 17 propuestas, empezando por Aterciopelados, de Colombia, que no tiene disco nuevo entre las manos, pero ofrece siempre shows inspirados y placenteros; y siguiendo por La Mala Rodríguez, de España, que se encuentra al otro lado del espectro con su rap politizado y una presencia en escena de lo más contundente.

También aparece dentro de los horarios centrales Ximena Sariñana, una mexicana que practica un pop etéreo no necesariamente movido pero bastante ‘trippy’; y no falta Chicano Batman, una banda angelina de tendencias psicodélicas que se ganó merecidamente este año una invitación a Coachella y otra para abrir varios conciertos de Jack White.

También hay algunas sorpresas, como la participación de Dengue Dengue Dengue, un combo electrónico de Perú que mostrará finalmente una vertiente distinta de la cumbia en sus mezclas; la de Él Mató a un Policía Motorizado, un quinteto argentino de ‘indie rock’ influenciado por Pixies y Sonic Youth; y, por supuesto, la de Prayers, un nuevo dúo de San Diego que viene llamando muchísimo la atención con lo que se denomina ahora ‘Cholo Goth’, y que merecería verse simplemente debido a su espectacular ‘look’.

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