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El boom de los discos LP en peligro tras incendio en el Inland Empire

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Una mañana de la semana pasada, justo después de las 8 a.m., mientras Sarabjeet Ubbu comenzaba el día detrás del mostrador de su tienda de alimentos en Banning, California, notó humo negro que salía del techo del edificio de enfrente.

El modesto edificio beige alberga a Apollo Masters. Dueños de una planta de fabricación y de una fórmula muy cuidada para hacer y montar una mezcla específica de laca en discos de aluminio, la compañía suministra un 75% de las lacas blancas del mundo, las brillantes placas circulares esenciales para la producción de discos de vinilo.

El sector del vinilo es una pequeña pero vital parte de la industria musical. Aunque era imposible saber desde donde estaba Ubbu, el humo que salía de la planta sin ventanas señalaba una especie de escenario del día del juicio final. El negocio de la venta de discos de vinilo, en medio de un inesperado aumento de las ventas en los últimos 14 años, podría haber enfrentado su mayor amenaza existencial desde el auge del disco compacto.

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Ubbu salió para llamar al 911, pero un coche de policía ya había llegado. Así que empezó a grabar video en su teléfono. Finalmente se retiró a su auto para estacionarlo en el lado más alejado de su propiedad.

Pronto, dijo que “cinco o seis explosiones” sacudieron el vecindario mientras las llamas se disparaban y el humo se esparcía por la I-10 unos cientos de metros al norte. Montones de una sustancia negra que describió como alquitrán cayó del cielo. “Dije, Dios mío, tengo gas propano aquí”. Los tanques afortunadamente no explotaron.

Por suerte, nadie resultó herido en el infierno, y en pocas horas los bomberos lo extinguieron. Para entonces, las instalaciones del Apolo eran poco más que un cascarón.

Mientras que el Día de la Tienda de Discos en abril, la celebración anual de los minoristas de música y vinilos, no se verá afectada por el incendio del Apollo, la versión 2021 si podría verse perjudicada.
(Kirk McKoy / Los Angeles Times)

Ubbu pasó la mañana siguiente quitando los residuos negros del estacionamiento de 7 estrellas. En algún momento, varias personas que eran empleados de Apollo se detuvieron a mirar, pero cuando les preguntó si habían estado en la planta, le dijeron que fueron despedidos recientemente. La noticia del incendio se extendió rápidamente por toda la comunidad de producción de vinilo.

“Apesta”, dice Rick Hashimoto, gerente de planta de Record Technology Inc., una planta de prensado de discos con sede en Camarillo. Incluso antes de las explosiones, señala Hashimoto, muchos estaban preocupados por el dominio de Apollo. “Es algo de lo que todos en la industria han hablado: ‘¿Qué pasa si algo le sucede a Apollo?”

Añade, “Pero no creo que nadie haya dicho nunca, ‘¿Y si tienen un incendio?’”

¿Cómo es que una empresa del sur de California terminó monopolizando el mercado mundial de discos de laca blanca? ¿Qué pasa ahora que está fuera de servicio? Desde una perspectiva medioambiental, ¿puede existir ya una instalación de este tipo en California?

“Esto no es algo que se vaya a manejar fácilmente, emocionalmente, financieramente, estéticamente, artísticamente”, dice Len Horowitz, ingeniero de audio y propietario de History of Recorded Sound, un estudio de Culver City dedicado a la restauración y preservación de tecnologías de grabación y audio. “Es una industria de mil millones de dólares. [Apollo] tiene tentáculos por todas partes. El único otro fabricante de lacas en el mundo, MDC en Japón, está operando en el pico de producción y no está aceptando nuevos clientes”.

La demanda para llevar a cabo una reconstrucción está ahí. En 2019, las ventas de vinilo de EE.UU crecieron un 14.5%, parte de un aumento de más de una década, para un total de 18.8 millones de discos. Aún así, el vinilo representó sólo el 4% de todas las ventas de música de EE.UU, en comparación con el 82% para el streaming y el 14% restante para las descargas digitales y compras de CD.

Horowitz, quien como parte de sus 50 años de participación en el negocio de la tecnología de grabación ha servido como consultor para Apollo, dice que el dinero también está ahí: “Podrías empezar una página de GoFundMe ahora mismo y recaudar un millón de dólares para reconstruir esta industria”, aseguró, “y volverán a poner esa planta en ese edificio más rápido de lo que piensas. Nadie dudaría en invertir dinero en ella”.

“La pregunta es ¿quiere Apollo?”

Un ingeniero de sonido corta las ondas sonoras en una laca para discos. (Biblioteca del Congreso)
Un ingeniero de sonido corta las ondas sonoras en una laca para discos. (Biblioteca del Congreso)
(Library of Congress)

Fundada en Nueva York a mediados de la década de 1930 como Apollo Disc, a lo largo de los años la compañía ideó y perfeccionó su propio proceso de fabricación de discos virgenes. Durante los años 60 y 70, en la época del boom del vinilo, era propiedad de Capitol Records.

Después del auge de los discos compactos a finales de los 80, Capitol vendió Apollo a GC International, una fundición y fabricante de piezas de precisión con sede en Camarillo. El dueño de la compañía, Terry Carlson, cuyo padre fundó la empresa, no respondió a las peticiones de comentarios.

Aparte de una declaración general publicada en la página web de Apollo, la compañía ha permanecido en silencio. Pero eso no puede durar para siempre, dice Horowitz. “Van a tener que hablar con nosotros en algún momento”.

Hasta la semana pasada, sólo los melómanos más devotos apreciaban el lugar de Apollo en la cadena de suministro de vinilos. A diferencia de subir un proyecto recién grabado a un servicio de streaming como Spotify, la fabricación de discos se basa en técnicas, procesos y máquinas perfeccionadas durante décadas.

Todo esto se entiende mejor a través de una serie de metáforas. En términos cinematográficos, una laca en blanco es el negativo original. Es el cemento fresco en el que se tallan las iniciales. Hecho que Horowitz describe como “el más puro de los aluminios absolutamente planos, limpiado y preparado por ultrasonido”, el disco es luego cubierto, como el glaseado de una dona, con una micro-delgada capa de laca hecha con la fórmula secreta de Apollo. Después de someterse a un proceso de secado y curado de seis semanas, seguido de otras seis semanas repitiendo los pasos para la cara B, cada disco en blanco sale tan suave como un espejo. Una caja de 25 cuesta alrededor de 900 dólares.

Compara los métodos de producción de Apollo con “pintar un Rolls-Royce”. “No puedes tener ninguna ondulación, ni abolladuras, ni burbujas. Tienen que ser absolutamente perfectos, porque será un molde que va a estar en el planeta para siempre”.

“Si te gusta un disco, ese es el molde”, concluye Horowitz.

El año pasado, los LP de vinilo más vendidos fueron los títulos de catálogo de Queen, los Beatles, Pink Floyd y Amy Winehouse, ninguno de los cuales requería el uso de laca blanca.

Una vez que el disco está en el torno de corte y la cinta de estudio está lista, un ingeniero de masterización emplea una aguja con punta de zafiro fabricada por Apollo para cortar un largo e intrincado surco de ondas sonoras en el disco giratorio. Después de un mágico, pero aburrido proceso de niquelado, estampado al revés y más, la microscópica espiral tallada en la laca es presionada en álbumes de 12 pulgadas.

Más de una semana después de que las llamas consumieran el edificio de 35.000 pies cuadrados en el 101 W. Lincoln St., las plantas de prensado y los ingenieros de masterización están evaluando el futuro. Algunos han expresado su temor de que el incendio interrumpa la producción mundial de nuevos álbumes y frene el aparentemente interminable suministro de reediciones que las grandes discográficas producen.

Ya ha sido un duro 2020 para la industria del vinilo de California. El mes pasado Rainbo Records, que había prensado discos en el sur de California durante 80 años, se vio obligada a cerrar después de que su propietario subiera el alquiler.

Rainbo Records
Steve Sheldon, el dueño de Rainbo Records en Canoga Park, dentro de la sala de pruebas de sonido de los discos. La compañía de 80 años está cerrando.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)

La cuadra que alberga a Apollo sigue cerrada al tráfico. La causa del incendio continúa siendo investigada, según Fernando Herrera, oficial de información pública del Departamento de Bomberos. Herrera dice que los funcionarios de Banning han dicho a Apollo que no se le permitirá reconstruir hasta que la propiedad haya sido sometida a una remediación de residuos peligrosos. Dados los químicos usados para producir la laca, no está claro si las actuales leyes ambientales de California permitirían a la compañía reconstruir.

El gerente de la planta de RTI, Hashimoto, dice que incluso antes del incendio, Apolo había estado abordando los problemas de fabricación. “El último año más o menos estuvieron teniendo algunas dificultades de producción”, señala, añadiendo que “su calidad ha bajado un poco, pero la gente seguía usándolos”.

A corto plazo, los consumidores y los sellos estarán bien, dice. Las lacas que se necesitan antes de la iniciativa de marketing anual del Día de la Tienda de Discos de abril ya han sido cortadas y enviadas a las plantas de prensado. Muchas de las empresas establecidas e ingenieros de masterización compran sus existencias de laca anualmente y tienen almacenadas copias de seguridad.

La preocupación es que una escasez amenace a los nuevos lanzamientos y reediciones de la tienda en 2021 y después de que las existencias se hayan agotado. En ese momento, Hashimoto dice, “Va a afectar a toda la industria hasta que alguien encuentre una alternativa”.

Liz Dunster, presidenta y propietaria de Erika Records, con sede en Buena Park, la mayor planta de prensado de vinilos de la costa oeste, es una de las afortunadas. El incendio no afectará su programa de producción, aunque “sea devastador” para la comunidad. “Tengo el corazón roto por lo que le ha pasado a Apollo”, dice.

Erika, que celebrará su 40 aniversario el próximo año, se abastece tanto de Apollo como de MDC, y tiene suficientes lacas para un año. Dunster estima que su empresa utiliza entre 100 y 125 al mes.

Los más afectados serán los sellos independientes que emiten nuevos lanzamientos de actos contemporáneos y ganan más con las ventas de vinilos que con los servicios de streaming.

Hashimoto dice que la escasez de lacas hará subir los precios, que sin duda se trasladarán a los compradores que ya están gastando más de 20 dólares por un nuevo disco.

Aún así, Horowitz dice que la mayor pérdida descansa en el conocimiento institucional que ha impulsado el negocio de Apollo. “El nivel de habilidad de la gente que estaba en ese lugar... Tenemos que mantenernos en contacto con ellos, porque no importa lo que pase, volver a armar esto requiere su conocimiento exacto”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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