Muere el cineasta mexicano Gabriel Retes

El cineasta mexicano Gabriel Retes falleció hoy a los 73 años.

En un tuit, la Secretaría de Cultura lamentó el deceso del productor y director.

No detalló las causas de la muerte.

La dependencia agregó que Retes realizó alrededor de 19 largometrajes de ficción, siempre como productor y director, y en algunas de ellas como actor.

Director de películas como “El Bulto” y “Nuevo Mundo”, también fue guionista y amante del teatro.

Con su partida, la obra del realizador de películas como Los Náufragos del Liguria (1984) y Un Dulce Olor a Muerte (1999) es ahora un prontuario singular, que se cuece aparte en la historia del cine nacional.

Porque si algo distinguió a José Ignacio Gabriel Jorge Retes Balzaretti fue una cinematografía colectiva, hecha con ideales y entraña en la que hasta la suerte cargó los dados a su favor para erigirse como un director con ojo propio.

Sus historias tuvieron como grandes personajes a hombres y mujeres de la clase que todo lo puede en este País: la trabajadora, mostrando lo mejor y lo peor de ella.

Lo mismo conmovían el insólito despertar de un coma de un periodista víctima del “Halconazo” en plena era neoliberal (El Bulto, 1991), que las trágicas peripecias de un cineasta independiente rodando la que, cree, será su obra maestra (Bienvenido-Welcome, 1994).

Lauro, el personaje de la primera, hombre de izquierda, combativo en el sexenio de Echeverría, aprende a navegar las aguas del México Salinista, a conciliar su pasado con su presente.

Mariano Pacheco, el de la segunda, se redime como artista en medio de una falta de recursos económicos en pleno rodaje.

Solía decir Retes que lo que piensas... lo que eres... lo que crees... lo pones a cuadro.

Sacudió conciencias desde Chin Chin El Teporocho (1975), con una cruda y realista visión del México marginal, producto de la adaptación de la novela de Armando Ramírez.

Escandalizó autoridades culturales, fílmicas y a la cúpula católica con Nuevo Mundo (1976), historia en la que pone en duda el “Milagro Guadalupano”.

El filme se exhibiría únicamente tres días en tres cines (Tlalpan, Aragón 2 y París) y se reestrenaría 20 años después.

Hijo del prestigioso director y actor teatral Ignacio Retes y de la actriz Lucila Balzaretti, lo mismo devoró las obras de Carlos Fuentes y Octavio Paz que de Lev Tolstói y Marcel Proust.

Fumador empedernido, amante del tequila y los vinos de mesa, Retes sólo tuvo contrastes de personalidad como actor, en las más de 50 películas en las que participó.

Era de una sola pieza, y solía hacer muchos amigos aunque pensaran diferente a él, pero no era monedita de oro, pues tuvo enemistades importantes en el gremio.

“Voy a sonar muy mamón con esto que voy a decir... pero así ha sido: he vivido pleno entre la abundancia material y la artística. Esto me lo ha dado el cine, porque difícilmente me va a dar dinero”, compartió en una llamada telefónica realizada el año pasado.

Recibió homenajes en México, en Trieste (Italia) y en Amiens (Francia), ganó Arieles, premios en festivales nacionales e internacionales, pero, principalmente, se hizo con el derecho de hacer el cine que deseó.

Dejó pendientes dos películas: Identidad Tomada y La Réplica.

El cáncer de garganta lo aquejaba y pasó sus últimos días en Tepoztlán, Morelos, con el amor y los cuidados de su hija Gabriela y el resto su familia.