‘Con Dios’ es un valioso cortometraje sobre el drama interminable de los ‘dreamers’

En solo 12 minutos, “Con Dios” logra reflejar de manera contundente y narrativa la situación de incertidumbre en la que se encuentran los jóvenes no nacidos en Estados Unidos que han pasado ya muchos años en este país, pero cuyas esperanzas de progreso se han visto truncadas ante la falta de documentos legales de residencia.

“Con Dios”, que se basa en una historia real, se ubica a fines del 2010, en momentos en los que el Senado rechazó una ley que podría haber solucionado definitivamente la situación de estos ‘dreamers’, quienes permanecen todavía en condiciones precarias y que, hace muy poco, estuvieron incluso a punto de perder los beneficios otorgados por su estatus temporal.

La cinta, de factura completamente profesional, se encuentra hablada mayormente en inglés, pero tiene también algunos diálogos en español. Se desarrolla en un hogar latino de inmigrantes, y tiene al frente a Pablo Sánchez, un adolescente de 17 años que ha recibido varias invitaciones para inscribirse en universidades de prestigio y que anhela convertirse en arquitecto, pero que se siente absolutamente abrumado por las noticias negativas que circulan en los medios de comunicación.

El trabajo, que se realizó hace ya algún tiempo pero que acaba de ser admitido en el programa ‘”Nuevas Voces” de Sony y que se podrá ver abiertamente en el otoño, adquiere incluso una mayor relevancia cuando se sabe que su director y creador es Carlos Ibarra, un joven cineasta de origen mexicano que se acogió también al DACA pero que, a diferencia de Pablo, se las ha ingeniado para desarrollar una productiva carrera en las artes audiovisuales, lo que lo ha llevado a darle vida a otros cortos exitosos.

Eso no es todo, porque sus ánimos de mantenerse siempre en movimiento lo llevaron a convertirse en el centro de una serie documental titulada “Run Carlos Run” y enfocada en el recorrido a pie de toda la Unión Americana a lo largo de solo 75 días que emprendió hace cinco años. Por todo lo dicho, parece claro que Ibarra no está dispuesto a dejar que los problemas (ni los políticos hostiles a nuestra comunidad) interrumpan el cumplimiento de unos sueños que resultan completamente válidos.