Las comunidades estadounidenses que han sido marginadas históricamente han recibido normalmente el mismo trato por parte de Hollywood, por lo que es importante poder contar con una cinta como “The Inspection”, que se estrena hoy en salas nacionales y que recrea de manera particularmente sensible una experiencia tan personal como significativa.
En el filme, Elegance Bratton, quien tenía ya una considerable experiencia como fotógrafo y documentalista, pero que debuta aquí en el largometraje como director y guionista, regresa al pasado reciente (más precisamente, a la era inmediatamente posterior al 911) con la finalidad de mostrar a través de la autoficción lo que le sucedió al ser un joven afroamericano homosexual que decidió incorporarse a los ‘marines’ luego de ser rechazado por su propia madre debido a su identidad sexual y terminar viviendo en las calles.
Mediante el empleo de un alter ego llamado Ellis French, Bratton le da vida cinematográfica a los numerosos desafíos a los que se enfrentó durante el durísimo entrenamiento militar mientras trataba de ocultar su verdadera sexualidad ante un grupo de personas que, en muchos casos, eran abiertamente homofóbicas, y que incluían a un superior especialmente despiadado.
Para representar a Ellis, el cineasta convocó a Jeremy Pope, uno de los actores jóvenes más visibles y celebrados de la comunidad negra y LGBTQ en los Estados Unidos. Además de haber encarnado al artista de soul Jackie Wilson en “One Night in Miami”, Pope ha participado en series televisivas como “Pose” y “Hollywood” y es un ídolo de Broadway, donde ha sido aclamado por sus papeles en obras como “Choir Boy” y “Ain’t Too Proud”.
En la entrevista con Los Angeles Times en Español que puedes ver igualmente en video, Bratton y Pope hablan de la importancia de un relato como este en los momentos que vivimos, de los desafíos que planteaba contar una historia semejante, del modo en que esperan impactar a la audiencia con lo que cuentan y de otros aspectos de interés vinculados al universo militar que retratan.
Elegance, ¿por qué decidiste que este era el momento adecuado para contar esta historia tan personal, y por qué elegiste a Jeremy para contarla?
Bratton: Tenía que ser Jeremy, y eso estaba claro desde el inicio. Quería definitivamente tener en el papel a un actor negro abiertamente ‘queer’, pero sobre todo a un genio lleno de talento como él. Cuando yo era chico, no tenía nada parecido a esta película, y sabía que era importante hacer algo así con todos los problemas a los que se enfrentan todavía los chicos ‘queer’, entre ellos el desamparo y el suicidio. Necesitábamos un héroe como nosotros que pudiera dar una prueba tangible de que las cosas pueden realmente mejorar porque las herramientas para mejorarlas se encuentran dentro de ti.
Cuento la historia ahora porque fui un ‘homeless’ a lo largo de casi diez años, desde los 16 hasta los 25. Mi mamá me botó de la casa por ser gay; me dijo que yo no valía nada, y le creí, hasta que llegué al campamento de los ‘marines’ y me di cuenta de que mi valor se encontraba en la habilidad que tenía para proteger a la persona que se encontrara a mi izquierda y a la que se encontrara a mi derecha.
Fue un descubrimiento transformativo y poderoso, y me parece que en los tiempos que vivimos, cuando Estados Unidos está tan polarizado -entre la derecha y la izquierda, lo negro y lo blanco, lo masculino y lo femenino-, lo más adecuado es dar a conocer este mundo en el que nuestros valores son únicamente determinados por nuestra habilidad de proteger y servirnos los unos a los otros.
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Para ti, Jeremy, ¿qué tan importante fue interpretar a este personaje que se encuentra obviamente basado en Elegance, pero que tiene que ver también con temas de raza y de sexualidad? Me imagino que fue complicado, porque, como actor, tenías que explorar tus propias emociones y experiencias, y esta película es muy intensa por ese lado.
En primer lugar, este trabajo fue un regalo, y explicaré lo que quiero decir con eso, porque fue un trabajo de servicio. Leí el guion y me sentí tan conmovido con la historia que fui capaz de conectarme con Elegance a través de la sesión de Zoom que teníamos. Hablamos de lo que significa ser un artista, de lo que significa ser negro y ‘queer’ en este mundo y de nuestra misión como individuos, y coincidimos en casi todo.
Sentí que, al contar su verdad de este modo, Elegance se estaba colocando en la primera línea, estaba diciendo ‘yo voy primero’; y al hacer algo así, uno se pone en una posición muy vulnerable, porque cuando revelas algo de ti mismo, ya no puedes recuperarlo. Yo necesitaba ser el vehículo para contar esta historia, pero al hacerlo, pude curarme también a mí mismo, porque, como el individuo negro y ‘queer’ que soy, he tenido que enfrentarme a las instituciones y he tenido que ocultar y adaptar partes de mí mismo por cuestiones de seguridad.
Hablamos sobre la importancia de hacer esta película y, finalmente, del regalo que sería para nosotros hacerla, de lo liberador que resultaría. La declaración de principios era saber y creer que al otro lado de esto había alguien para quien la película se iba a convertir en un instrumento, en un recurso, en algo tangible donde ver que hay una salida, que hay comunidades en las que podrás ser aceptado por lo que eres; y si eso significa que tienes que dejar relaciones que no te sirven, es lo que tienes que hacer.
Creo que este filme trata sobre el modo en que Ellis French encuentra una manera de aceptarse y amarse a sí mismo, que es lo que encontró finalmente al unirse a los ‘marines’. Con todo eso, fui capaz de hacer mi propia tarea y, con suerte, de ofrecerle a Elegance momentos de sanación y de crecimiento. Y lo hicimos juntos, de la mano.
Elegance, como lo has mencionado ya, ha habido muchos desacuerdos raciales en este país durante los últimos tiempos, y aunque la película también lidia con eso, las muestras de homofobia parecen ser más fuerte que los de racismo en ella. ¿Ha sido así para ti? ¿O ha sido más bien una combinación?
Yo serví en los ‘marines’ durante la época del ‘Don’t ask, don’t tell’, y esta es mi historia sobre un hombre gay negro que se unió a los ‘marines’ y sobre la manera en que crecí. No me dejaban participar mucho en las actividades de los otros chicos cuando era un niño. Cuando había que elegir a alguien para un equipo, no me elegían; cuando algo se malograba en la casa, los novios de mi mamá no querían arreglarlo conmigo, porque se sentían incómodos a mi lado. Cuando entré a los ‘marines’, encontré a un equipo que no podía botarme, y era muy confuso a veces, porque en un ambiente tan masculino como ese, hay muchos cruces con mi experiencia como gay. Pero esta película es para cualquiera que se ha sentido rechazado, para cualquier que se ha sentido indefenso y despreciado. Prometo que, cuando termine, te vas a sentir poderoso.
La película tiene a Raúl Castillo en el papel de un latino bastante tolerante. Pero la relación que existe entre los latinoamericanos y los ‘marines’ estadounidenses es complicada. En las notas de producción dices que esta es una película a favor de las tropas, no a favor del aparato militar, y leí que cuando serviste, trabajaste como fotógrafo, no disparándole a la gente. Cuando te integraste, lo hiciste porque estabas viviendo en la calle. ¿Cuál tu relación actual con los militares?
No estoy calificado para hablar de la política extranjera de Estados Unidos. Sin embargo, cuando me uní a los ‘marines’, tal y como lo reconoces, me encontraba en una situación desesperada. No hay nada más desmoralizador que ser un ‘homeless’ en este país. En mi mente, con todo lo que Ellis French ha atravesado al tener que vivir en las calles, este campamento no es para él un ambiente destinado a la discusión política.
Cada hombre en ese lugar se encuentra en una situación desesperada, y es por eso que nos enfocamos en las tropas. Creo que es esa conexión humana dentro de una institución lo que hace que una institución cambie. Al poner a este personaje como ejemplo de lo que significa sentirte bien en tu propia piel, cada una de las personas que lo rodean encuentra su propia manera [de ser], porque la verdad es que ninguno de nosotros, como hombres, sabe cómo ser un hombre.
Estamos siendo presionados por una ideología que es mucho más grande que nosotros. Pero cuando nos miramos cara a cara, esa ideología se derrumba; y es de eso que trata esta película.
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