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Estos fueron los retos musicales, interpretativos y logísticos en la ambiciosa serie sobre Fito Páez

Una escena de "El amor después del amor".
Una escena de “El amor después del amor”.
(Julieta Horak / Netflix)
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Cualquiera que esté familiarizado con la historia del rock en español reconocerá el nombre de Fito Páez, un artista argentino con cerca de cuatro décadas de trayectoria que ocupa un lugar particularmente relevante en el género, gracias a una larga lista de éxitos que se escucharon insistentemente en las radios latinoamericanas y que siguen sonando en plataformas y en fiestas.

En medio de sus frecuentes coqueteos con el pop, las piezas de Páez destacaban por la diversidad de sus referencias musicales, el nivel de sus letras y la personalidad apabullante de un intérprete y compositor que no se limitaba a cantar con un estilo absolutamente reconocible, sino que tocaba también estupendamente el piano y que no sólo frecuentó a algunas de las figuras más legendarias del rock gaucho, sino que colaboró estrechamente con muchas de ellas, empezando por Juan Carlos Baglietto, terminando con Luis Alberto Spinetta e incluyendo, por supuesto, a Charly García.

Pero, como lo sabrán también los fans de Paez, la vida del artista originario de Rosario, una ciudad portuaria a 300 kilómetros de Buenos Aires, tuvo momentos particularmente dramáticos, que van desde la muerte temprana de su madre -cuando él tenía solo ocho meses- hasta los brutales asesinatos de su abuela y su tía a manos de delincuentes comunes.

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Nada de esto pasó desapercibido para su compatriota Juan Pablo Kolodziej, quien empezó a trabajar como manager del músico en 2018 y que, ese mismo año, le propuso la creación de una serie televisiva que plasmara estas experiencias, y que se acaba de estrenar en Netflix bajo el nombre de “El amor después del amor” (traducido inexplicablemente como “Love After Music”).

Según Kolodziej, el show de ocho episodios, que ha sido producido por Mandarina Contenidos, tenía tres objetivos centrales. “El primero era mostrar qué es lo que hizo que Fito se convirtiera en lo que es hoy, es decir, uno de los artistas de música en español más importantes del mundo con vigencia absoluta”, nos dijo recientemente el ejecutivo a través de una conexión de Zoom con Buenos Aires. “Su música atraviesa generaciones y eso se ve en sus conciertos, donde encuentras gente de distintas edades. Pero la serie no retrata solamente su vida, sino también el contexto de un grupo de músicos de los años ‘80, de fines de la dictadura y principios de la democracia, que dejaron huella y quedaron marcados en la sangre de muchas generaciones”.

“Más allá de eso, y ya como tercer eje, contábamos con la historia apasionante de Fito, porque es una persona que fue un prodigio y un genio desde temprana edad y que, a medida que fue alcanzando el éxito, vivió tragedias, amores y desamores, lo que conforma una de esas historias de superación que le gustan tanto al público”, agregó Kolodziej. “Su vida personal ha sido tan intensa como su obra”.

Las fuentes

Pese a que Páez no ha querido ofrecer entrevistas para hablar de la serie, esta cuenta no solo con su aprobación, sino que lo tuvo también involucrado en la etapa de desarrollo, ya que el músico entabló varias conversaciones con Francisco Varone, uno de sus guionistas principales. Y no solo eso: la misma producción de Netflix está basada en la autobiografía “Infancia y Juventud”, que se publicó en octubre de 2022, pero a la que los productores del show tuvieron acceso de manera adelantada. “Cuando se publicó el libro, nosotros estábamos ya en pleno rodaje”, confirmó Kolodziej.

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Obviamente, uno de los retos más grandes en el proyecto era la elección del actor protagónico, que terminó siendo Ivos Hochman, al menos en lo que respecta a la encarnación adulta de Páez, porque la de niño -que aparece en frecuentes ‘flashbacks’- recayó en el pequeño Gaspar Offenhenden.

“Tuvimos cientos de candidatos, y cuando llegamos a una lista de cuatro o cinco, resultó completamente obvio que Ivos era el indicado”, dijo Kolodziej. “Lo que sí estaba claro desde que empezamos es que necesitábamos a alguien que no fuera famoso”.

No es que Hochman hubiera salido de la nada. Pese a que no había participado nunca en un proyecto audiovisual como actor, el joven había estudiado teatro, había participado como intérprete en montajes escénicos y había dirigido algunos cortometrajes de cine, como nos lo dijo durante la misma entrevista que sostuvimos con Kolodziej. “Pero lo de esta serie fue muy intenso, porque a mi me daba vergüenza hasta que me sacaran fotos”, señaló.

“El proceso de casting fue de seis meses, desde que mandé la primera imagen mía hasta que se me invitó oficialmente a participar”, detalló. “En ese tiempo, aprendí como diez canciones de Fito y ensayé muchas de las escenas que se iban a presentar, mientras veía entrevistas, conversatorios y conciertos, escuchaba todos sus discos y leía mucho de lo que se ha escrito sobre él -incluyendo su autobiografía- para poder meterme en el personaje”.

Esta noche, el cantautor argentino Fito Páez no podría estar más satisfecho, porque logró triunfar en dos de las tres categorías del Latin Grammy en las que se encontraba nominado: Mejor Álbum Pop Rock y Mejor Canción Pop Rock.

Nov. 19, 2020

Contacto directo

Hochman tuvo también la oportunidad de conversar con Páez, a quien describe como “una persona muy agradable y muy honesta”. “Se abrió mucho conmigo, así como se abrió al compartir sus memorias y los episodios más íntimos de su vida”, remarcó. “Hablamos de su contacto con el piano, de sus manos, de cómo toca y de cómo se contacta con el instrumento. Y creo que en la serie se nota ese vínculo; en los momentos en los que [el personaje de] Fito toca el piano, siento que aparece una conexión que trasciende a la actuación”.

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El actor, que toca el mismo instrumento desde que era un niño y cuyas manos sobre las teclas aparecen varias veces en la serie, recuerda que el creador de “Mariposa tecknicolor” le habló también de su relación con Charly García, quien lo invitó a incorporarse a su prestigiosa banda para la gira del álbum “Clics modernos” (1983), que significó un giro estilístico en la carrera del ex integrante de Sui Generis y Serú Girán (dos de las bandas más grandes en la historia argentina) al asumir elementos del ‘new wave’ que resultaban hasta el momento ajenos a la escuela de un artista que se había distinguido por su apego a formas más tradicionales del rock.

La relación entre Páez y García fue sumamente productiva, y ambos siguen siendo grandes amigos, aunque las fricciones de ego que se produjeron entre ellos quedan plasmadas de un modo u otro en la serie a través de diferentes momentos, como el que muestra un concierto en el que el segundo decide poner al primero de espaldas al público.

“Fito me habló de eso, de la necesidad que tenía de ser escuchado por todos y de ser aceptado por Charly. Y me habló también entonces de ese movimiento, de ese pelo que iba y que venía y que revoloteaba por todas partes”, retomó Hochman.

El artista real con los dos actores que lo interpretan.
El artista real con los dos actores que lo interpretan.
(Netflix)

La melena

Aunque el paso de los años ha producido un cambio evidente en el aspecto de Paez, uno de los rasgos físicos más distintivos durante su etapa de mayor popularidad fue la larguísima melena que llevaba, y que es exhibida también en la serie con generosidad y en toda clase de trances.

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“Para hacer esto, me dejé crecer el pelo, pero el pelo también tiene un recorrido dentro de la serie, porque representamos 15 años de historia en seis meses de filmación”, añadió el actor. “Hubo un gran trabajo por parte del equipo de peinado. En el primer y en el segundo capítulo, lo que se ve es mi pelo; en el tercero ya llevo extensiones; en el cuarto y el quinto, uso una peluca con mi flequillo; y en el sexto, séptimo y octavo, ya es todo peluca, pero una peluca increíble que me sirvió de mucho para poder desarrollar al personaje”.

En palabras de Kolodziej, la cabellera de Páez “es parte del lenguaje de su vida, un cuento en sí mismo, por lo que había que dedicarle muchos esfuerzos de producción y de realización, aunque también mostramos a personajes que van perdiendo pelo a lo largo de la historia”.

“El amor después del amor”, cuyo nombre concuerda con el del álbum más aclamado de Páez, es una serie de época; fuera de los ‘flashbacks’ que muestran a su protagonista de niño y de algunas secuencias que se desarrollan antes de su nacimiento para referirse a la relación de sus padres, el periodo central -en el que participa Hochman- empieza en 1978 y termina en 1993.

Curiosamente, el actor nació en 1994, un año después de los sucesos que se narran, aunque, como buen argentino que es, estaba de un modo u otro familiarizado con una generación artística que ha dejado una huella profunda en su país y que parece ser recordada por cualquiera que viva en la nación sudamericana.

De izq. a der., Julián Kartún como Luis Alberto Spinetta, Ivan Hochman como Fito Paez y Micaela Riera como Fabi Cantilo.
(Julieta Horak / Netflix)

“Es una apuesta que salió bien porque se siente esa energía rockera de los ‘80, con las bandas ensayando toda la noche, yendo a tocar y saliendo después de fiesta”, señaló Hochman. “Fue increíble para mí poder vivir de esta manera una época que nos dio a tantos rockeros legendarios, porque no hemos vuelto a tener a artistas como ‘El Flaco’ [Spinetta], como Charly, como Los Redondos, como Soda [Stereo]”.

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“Cuando leí los guiones y me di cuenta de todo lo que iba a pasar en la serie, desde los conciertos y las escenas de ensayos hasta las historias de amor y la secuencia que me muestra arrastrándome por las calles de Buenos Aires, decidí que iba a poner todo de mí para la aventura que se me presentaba, y que era la mejor de mi vida”, sumó.

En lo que respecta a sus propios gustos musicales, Hochman, quien es muy adepto al baile, no se encuentra demasiado lejos de lo que se muestra en la serie. “Escucho mucho Fito, Charly, música uruguaya, [Jorge] Drexler y Gustavo ‘El Principe’ Pena, pero también me gustan Radiohead, los Strokes, los Red Hot [Chili Pepppers] y la música clásica”, afirmó.

Todas las voces, todas

La voz de nuestro entrevistado fue usada de manera parcial en los momentos de canto, sobre todo los que muestran al personaje central en situaciones íntimas, improvisaciones o ensayos. Lo que se escucha en los momentos más grandes proviene de la garganta de Agustín Britos, un cantante uruguayo que lidera una banda de tributo a Páez.

“Me parece que fue una buena decisión de la producción, porque yo sé cantar y me gusta hacerlo, pero no tengo esa voz que ha tocado las fibras de tantas generaciones”, nos dijo Hochman. “Y lo digo porque, al ver los adelantos de la serie, se emocionaban tanto mis abuelos como los chicos que asistían a las clases de teatro que yo di durante varios años”.

Desde que se dio a conocer el afiche de presentación de “Rompan todo”, se produjo en las redes sociales una avalancha de comentarios tanto positivos como negativos debido al aparente contenido de una serie documental de Netflix que, como lo decía su sobrenombre, iba a estar dedicada a contar “la historia del rock en América Latina”.

Dic. 16, 2020

Sucedió lo mismo con las voces cantadas de los otros artistas, que fueron encomendadas a distintos actores en lugar de ser extraídas de grabaciones originales de los cantantes representados con la finalidad de reforzar la impresión de realismo. “El que hace de ‘El Flaco’ es Julián Kartún, quien trabajó mucho para traer esa voz y esa energía; y pasó lo mismo con Andy [Chango], quien le da vida a Charly, y con Joaquín Baglietto, quien es hijo de Juan Carlos y tiene una voz hermosa”, retomo Kolodziej.

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En ese sentido, resulta esencial el trabajo desempeñado por Gustavo Borner, un aclamado productor gaucho que ha trabajado en diversas ocasiones con Páez, una de ellas como ingeniero de sonido en “La Conquista del Espacio” (2020), el álbum que le dio al cantante y pianista su primer Grammy anglosajón. “Nos planteamos desde el principio hacer una serie que sonara realmente como suenan los conciertos en vivo, con todo y sus imperfecciones, y aplicamos lo mismo a la grabación de las canciones que mostramos”, dijo Kolodziej.

Por ese lado, la serie va a resultar particularmente atractiva para los fans y para quienes desean acercarse un poco más a estos artistas, ya que hay una gran variedad de recreaciones de actos en vivo que no se relacionan sólo a Páez y a lo que este hizo con García y Baglietto, sino que reproducen también fragmentos de presentaciones de agrupaciones de culto como La Máquina de Hacer Pájaros, Virus y Don Cornelio y la Zona, entre otras. Pero no debes esperar que algo se haya quedado en el tintero para ser empleado como material extra en un eventual lanzamiento en DVD o Blu-ray.

“Filmar los conciertos fue algo muy lindo, pero implicó un esfuerzo de producción enorme, por lo que todo lo que se hizo está dentro de la serie”, puntualizó Kolodziej. “Cada vez que se montaba un escenario, se montaba con los instrumentos de la época sonando como sonaban los instrumentos de la época. Realmente, no hay nada en la parte musical que este fingido. Todo lo que se ve es lo que realmente está sonando, y fue producido como si fuese un concierto de verdad”.

Dramas y drogas

La serie no deja tampoco de lado aspectos polémicos de la vida de Páez, como el consumo de sustancias ilícitas, ni deja de poner énfasis en las traumáticas circunstancias que rodearon las muertes de su abuela y su tía, producidas en pleno ascenso de su carrera.

Riera y Hochman, metidos en sus personajes.
(Julieta Horak / Netflix)
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“Fito nunca tuvo ningún problema en contar su historia y en asumir los momentos oscuros, porque finalmente, esos momentos oscuros son también un reflejo de los momentos luminosos que uno tiene en la vida”, reflexiono Kolodziej. “Todo lo que está puesto en la serie está tratado con cuidado y tiene una justificación, por lo que mostramos el dolor que conduce a que alguien necesite drogas para poder anestesiar ese dolor”.

“Y pasa lo mismo con las tragedias”, añadió. “Las tragedias son parte de la historia y al haber sido, por supuesto, hechos reales, se intentaron mostrar desde el lugar más respetuoso y sensible en lo posible”.

Finalmente, además de ser una historia de logros, de frustraciones, de tragedias y de superación, “El amor después del amor” es una historia de amor. De un amor que pudo llegar a ser tóxico y peligroso, pero que tuvo momentos aparentemente sublimes. Nos referimos con ello a la relación entre Páez y Fabiana Cantilo, de la que el protagonista se enamora desde el segundo episodio, cuando ella aparece ante su vista deslumbrada como la carismática, hermosa y conflictiva corista de la banda de García.

En realidad, Micaela Rivera, quien interpreta a Cantilo -y que tiene un parecido extraordinario con ella-, es prácticamente la coprotagonista del show, aunque podría decirse algo semejante de Martín Campilongo, quien se pone en la piel del padre del artista, mostrado como un sujeto conservador pero abnegado.

“Mica y yo conectamos mucho desde el primer día, lo que nos permitio generar un vínculo muy fuerte en el que hubo mucha confianza y muchas ganas de ayudarnos mutuamente, pero también de jugar, de hacer chistes y de joder”, retomó Hochman. “Una de las cosas más lindas de la serie es la manera en que muestra cómo el vínculo amoroso entre Fito y Fabi se transformó después en un vínculo de amistad casi eterna, lo que sucede pocas veces”.

“Lo que termina mostrándose por aquí es a un joven artista que atraviesa muchos momentos de dolor y de tragedia con la ayuda de personas luminosas que finalmente se quedan con él y que transforman su vida, del mismo modo en que él transforma las de los demás”, concluyó el actor.

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