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CRÍTICAS. El regreso de los tiburones gigantes, la llegada de un gran ‘thriller’ español y otros estrenos

Jason Statham en una escena de "Meg 2: The Trench".
Jason Statham en una escena de “Meg 2: The Trench”.
(Warner Bros.)
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Calmado en cierta medida el furor provocado por “Barbie” y “Oppenheimer”, y adentrados ya en una temporada de verano que no parece dar clemencia, los amantes del cine se enfrentan esta semana a un lanzamiento que podría alejarlos de las playas por más de un motivo, así como a dos trabajos de sabor internacional que provocarán diversas reacciones.

MEG 2: THE TRENCH

Director: Ben Wheatley

Reparto: Jason Statham, Wu Jing, Sophia Cai

Género: Ciencia ficción / Acción

Debido al éxito comercial que tuvo “The Meg” (2018), y siguiendo la lógica inapelable de la industria, era inevitable que se hiciera una secuela de la cinta que mostraba a Jason Statham enfrentado no a uno, sino a dos megalodones liberados de las profundidades marinas tras la irresponsabilidad humana y, por supuesto, completamente dispuestos a disfrutar de la sangre humana.

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La primera cinta, dirigida por Jon Turteltaub (“National Treasure”), funcionaba básicamente como un producto efímero de entretenimiento vano, pero espectacular, que podía ser disfrutado de algún modo en plan chacotero y en una pantalla gigante, pese a que se encontraba afectada por la ausencia de una puesta en escena creativa, por actuaciones simplemente cumplidoras y por una historia llena de clichés, de situaciones inverosímiles y de sentimentalismo innecesario. Se trataba, en suma, de una cinta que podría haberse hecho hace 20 años, aunque el buen uso de la CGI mostraba su carácter contemporáneo.

En ese sentido, es absurdo esperar que la segunda muestre una mejoría sustancial, sobre todo porque su guión ha sido escrito por los mismos sujetos que escribieron el anterior, es decir, Jon Hoeber, Erich Hoeber y Dean Georgaris. Curiosamente, el trío parece haberse dado cuenta de que un buen sector de la audiencia espera ahora que se le ofrezca relatos mínimamente complejos, lo que los lleva a presentarnos una larguísima escena de introducción que pretende mostrar las condiciones actuales de los personajes conocidos y por conocer, pero que termina siendo simplemente agotadora, incluso cuando llega tras la exhibición de dos secuencias mucho más animadas, pero definitivamente breves.

Lo que sigue, ubicado en el fondo del mar pero inspirado abiertamente en la saga espacial de Alien, tampoco es fascinante, aunque recurre a efectos especiales ciertamente llamativos. Las cosas se animan considerablemente en la recta final, una vez que empieza a imponerse el sentido del humor, que las criaturas de todo tipo se animan a incursionar en un complejo turístico de lujo para saciar sus apetitos y que Statham (cuyo personaje se ha transformado en un guerrero de la causa ecologista, por supuesto) empieza a enfrentarse a ellas de manera directa y al aire libre, secundado por sus indómitos compañeros.

Es aquí donde, por suerte, se nota una gran diferencia visual con la entrega pasada, gracias a la labor del director británico Ben Wheatley, surgido de la escena del terror independiente y autor de títulos tan esenciales como “Kill List” (2011) e “In the Earth” (2021). Pese a la clasificación PG-13 que tiene la película, Wheatley se las ingenia para fabricar imágenes exuberantes en las que no falta la violencia y para hacer que los mejores momentos sean realmente entretenidos. Esto no hace necesariamente que la película actual sea mejor que la primera en términos generales, pero la vuelve definitivamente comestible. No se lo digan a los tiburones gigantes ni a sus paisanos prehistóricos, eso sí.

THE BEASTS (AS BESTAS)

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Director: Rodrigo Sorogoyen

Reparto: Denis Ménochet, Marina Foïs, Luis Zahera

Género: Drama / Thriller

Con seis largometrajes en su haber, tres de ellos considerados trabajos esenciales del cine contemporáneo español, Rodrigo Sorogoyen se ha convertido en uno de los directores más aclamados del panorama europeo. Esto no significa que sea ampliamente reconocido en los Estados Unidos, aunque se encuentra definitivamente en la mira de los espectadores locales que se interesan en las películas de calidad.

Su más reciente largometraje, “As Bestas”, se ha estado estrenando por aquí de manera paulatina bajo el nombre de “The Beasts”. Lo hizo ya la semana pasada en Nueva York, y este viernes, llega a Los Ángeles (más precisamente, al Laemmle Royal) y a muchas otras ciudades, como lo revela este listado. Se trata de un inusual proceso de distribución que, sin embargo, podría exponer a la audiencia nacional a una de las mejores cintas creadas en los últimos tiempos.

En “The Beasts”, Soroyogen se basa en un caso criminal sucedido en su país para contar una historia que tiene aroma de tragedia desde el inicio mismo, pero que termina planteando una visión compleja sobre un suceso que, en sus manos, revela las consecuencias negativas de esos desencuentros culturales y de pensamiento que se producen en diferentes rincones de nuestro planeta.

Combinando sabiamente elementos del ‘thriller’ y del western tradicional, que él mismo ha declarado como influencia en este trabajo, el realizador madrileño nos presenta a Antoine (Denis Ménochet) y Olga (Marina Foïs), una pareja de franceses afincada desde hace unos cuantos años en la región gallega y dedicada a prácticas sostenibles que va trabando una enemistad cada vez más peligrosa con Xan (Luis Zahera) y Lorenzo (Diego Anido), dos hermanos que han pasado toda su vida en el lugar y cuyos resentimientos hacia los ‘extranjeros’ van más allá del simple capricho.

Sostenida en las grandes actuaciones de su reparto y respaldada por un guión escrito por Soroyogen y su colaboradora habitual, Isabel Peña, “The Beasts” es una cinta cuyo lento discurrir no la vuelve apta para los incondicionales de las superproducciones hollywoodenses, pero que resulta impresionante en su puesta en escena, en su aspecto propositivo y en lo que se refiere al desarrollo de sus personajes, sin que eso quiera decir que no haya causado molestia entre algunos de los integrantes de los bandos involucrados debido a lo delicado que resulta el tema que maneja.

PASSAGES

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Director: Ira Sachs

Reparto: Franz Rogowski, Ben Whishaw, Adèle Exarchopoulos

Género: Drama

En su octavo largometraje como director, el estadounidense Ira Sachs (“Love is Strange”) vuelve a tocar una temática particularmente relevante en su filmografía y en su vida personal, pero la traslada a la vibrante ciudad de París con la finalidad presentarnos un triángulo amoroso entre dos hombres y una mujer que, pese a lo que piensa uno de sus participantes, no termina siendo una situación ideal.

“Passages”, que se estrena exclusivamente en el Landmark Nuart Theatre en lo que respecta al area del Sur de California, es una película profundamente realista, impactante y hasta incómoda, pero sobre todo, es un relato artistico y complejo sobre tres personajes enfrentados a su propio sentido de la moral que, curiosamente, está dando de que hablar por el hecho de haber recibido la temida clasificación NC-17, reservada normalmente a películas cargadas de sexo y/o de violencia.

Ante la decisión tomada por la MPA, que considera totalmente injusta y ofensiva para la comunidad LGBTQ, Sachs ha decidido estrenar el filme sin calificación alguna, lo que le traerá también problemas de distribución a una cinta en la que no faltan las escenas sexuales, pero que resulta mucho menos explícita de lo que piensan aparentemente los censores y que debería ser apreciada por lo que es.

Es más, cuando decimos que es incómoda, no nos referimos necesariamente a estas escenas, filmadas intencionalmente en tomas largas e ininterrumpidas, sino a la conducta de su protagonista, Tomas (Franz Rogowski), un director alemán de cine independiente que vive en la Ciudad de las Luces al lado de su esposo Martin (Ben Whishaw), un diseñador britanico igualmente inmigrante.

Ya sea por vanidad o por una severa desconexión de la realidad, Tomas considera prácticamente que puede hacer lo que le da gana, lo que, en este caso, consiste en asumir que Martin no tendrá ningún problema en compartirlo con Agathe (Adèle Exarchopoulos), una hermosa y vivaz maestra de escuela que, en la mente del mismo Tomas, no debería tener tampoco ningún problema en compartirlo con Martin.

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En vista de la reputación que tiene, París no parece ser un escenario gratuito para la historia que se cuenta; y aunque el guión del mismo Sachs no menciona a los ultraderechistas del clan Le Pen, que se han hecho particularmente visibles por allá en los últimos años, sí presenta a personajes conservadores que se espantan ante el aspecto y el estilo de vida de Tomas, como es el caso de los padres de Agathe.

Rogowski, a quien hemos visto en el excelente drama fantástico “Undine” (2020), es un actor de tanto nivel que logra hacer que Tomas no resulte completamente detestable incluso en sus momentos de mayor narcisismo. Pero no hay que dejar de lado al sensible Whishaw (“Women Talking”) y a la luminosa Exarchopoulos, cuya cinta más conocida, “Blue Is the Warmest Colour”, recibió la misma clasificación que este filme durante su paso por las salas de la Unión Americana.

TIL DEATH DO US PART

Director: Timothy Woodward Jr.

Reparto: Natalie Burn, Cam Gigandet, Jason Patric

Género: Acción / Thriller

La cartelera de este fin de semana le da también cabida a una película intrascendente pero irremediablemente simpática que atraerá a los infaltables fans de la serie B, el terror y la comedia negra. Se llama “Til Death Do Us Part”, se estrena en muchas más salas de las que esperábamos (pese a que es un lanzamiento supuestamente limitado) y podría dar una sorpresa si es que logra conectar con su público cautivo.

Aquí, La Novia (Natalie Burn) es una mujer aparentemente despechada que ha decidido dejar en el altar a El Novio (Ser’Darius Blain) para refugiarse en una casa de campo que, poco después, empieza a ser inclementemente asediada por los pintorescos amigos de su ex pareja, quienes pretenden llevarla de regreso al lugar del que partió. Poco a poco, mediante el empleo de saltos temporales, empezamos a descubrir las verdaderas razones por las que la muchacha decidió romper su pacto matrimonial.

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“Til Death Do Us Part” no es precisamente original, y lo que sigue recuerda por momentos -y de manera sucesiva- a la saga de John Wick, a las desventuras de Samara Weaving en “Ready or Not” (2019) y a lo que veía en “Kill Bill: Volume 2” (2004). Pero las escenas de pelea, protagonizadas por una feroz Burn -que, como sabemos ahora, es una experta de las artes marciales-, son tremendamente entretenidas, mientras que las cuotas de violencia y de ‘gore’ llegan acompañadas por una ligereza que resulta casi encantadora.

La película ha sido comandada por Timothy Woodward Jr., un tipo que, además de ser actor, ha dirigido siete largometrajes en siete años -saltando del western al horror y pasando por el policial-, lo que debería en teoría incapacitarlo para cualquier consideración seria. No hemos visto ninguno de sus títulos anteriores, pero aquí, y en medio de todos los préstamos visuales que efectúa, el realizador mantiene siempre la atención del espectador y logra ofrecernos algunos movimientos de cámara realmente interesantes.

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