Michel Franco se ha ganado a pulso la reputación de ‘enfant terrible’ que tiene. A fin de cuentas, las temáticas de incesto forzado, abuso sexual, depresión extrema y venganza violenta que ha presentado en sus películas, no de manera gráfica pero sí directa, han hecho que sentarse a ver uno de sus trabajos no sea precisamente como dar un paseo por el parque.
Hasta el momento, lo menos escabroso que el celebrado director mexicano había hecho es “Chronic” (2015), su primera película con el actor británico Tim Roth, quien interpretaba en ella a un enfermero que se dedicaba con esmero a pacientes en estado terminal. Pero la misma cinta estaba todavía cubierta por un manto depresivo que se asoma sólo de manera ocasional sobre “Memory”, disponible desde hoy en salas de todo Estados Unidos.
En el presente filme, la ganadora del Oscar Jessica Chastain interpreta a Sylvia, una madre soltera, trabajadora social y alcohólica en recuperación que se encuentra lidiando con un trauma profundo. Tras tener un primer encuentro desafortunado con Saul (Peter Sarsgaard), un hombre aparentemente intimidante, Sylvia descubre que este es en realidad un sujeto sensible afectado por la demencia temprana, y tras ser contactada por los familiares de Saul, decide encargarse de su cuidado.
Lo que empieza a suceder en medio de esas interacciones es tan sorprendente como arriesgado, en vista de las condiciones mentales de los dos personajes. Pero se convierte no solo en una vitrina ideal para el lucimiento histriónico de Chastain y de Sarsgaard, sino también en la ocasión perfecta para mostrar una cara distinta del talento de Franco, quien se encargó además del guión, de la producción y del montaje.
En la entrevista que transcribimos a continuación de manera editada, el cineasta habla del proceso creativo de “Memory”, de las distancias entre esta cinta y las que ha hecho anteriormente, del trabajo con Chastain y de otros aspectos de interés para quienes siguen su camino.
Michel, acabas de terminar el rodaje de tu siguiente película, “Dreams”, que está protagonizada por Jessica Chastain, quien protagoniza igualmente “Memory”, que es tu obra más reciente y se encuentra ya en los cines. Debes estar haciendo algo bien.
Nos entendemos y disfrutamos mucho el trabajo en conjunto. Creo que vamos a hacer muchas películas juntos; no solo dos.
Hiciste anteriormente dos películas con Tim Roth. ¡Se va a poner celoso!
Pero volveré también con él. Es que a mí me gusta regresar con los actores con los que me entiendo.
Es importante que estos actores de renombre mundial estén no solamente deseosos de trabajar contigo, sino también que estén dispuestos a participar en proyectos arriesgados que provienen del cine independiente. De hecho, leí que eso es justamente lo que le interesa ahora a Jessica, a pesar de que ha hecho toda clase de películas.
Me parece que a ella le da curiosidad todo. Acaba de hacer teatro y la nominaron [al Premio Tony] por su papel [en un nuevo montaje del clásico] “Casa de muñecas”. Yo creo que es una actriz muy completa que disfruta de la variedad. El problema es que a veces encasillamos a los actores como estrellas de Hollywood y dejamos de ver que son actores que disfrutan de todo tipo de proyectos.
Jessica es una mujer muy creativa. Le gusta trabajar con el director y arriesgar, o ese ha sido al menos mi caso. Hemos hecho cosas que sería imposible hacer con un estudio.
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¿Qué es lo que te llamaba más la atención de ella como actriz y como persona cuando decidiste invitarla a participar en “Memory”?
En pantalla, lo que más me había atraído de ella era “The Tree of Life”, de Terrence Malick; y después la vi haciendo muchas cosas muy diferentes. Tiene un rango realmente amplio. Me parece muy especial, muy camaleónica y muy inteligente. Es una colaboradora extraordinaria, porque no trata de destacar; está siempre al servicio de la película y es muy generosa con los demás actores. Y me sorprende mucho. Siempre hace lo que está escrito [en el guión], pero lo hace de una manera que yo jamás hubiera imaginado.
“Memory” tiene que ser la película más tierna que has hecho. Obviamente, es una película tuya, por lo que tiene giros raros y una que otra situación perturbadora. ¿Qué te llevó a hacer algo así en este momento?
Para mí, “Chronic” tenía también eso, por la manera en que el personaje interpretado por Tim Roth se encargaba de sus pacientes. Era muy amoroso. Pero entiendo el punto. Aquí hay una historia de amor que no había explorado en películas anteriores, y la historia de amor funciona. También hay un encuentro entre dos personajes muy rotos a los que la sociedad les ha dicho que no arriesguen más, por lo que mi película va en contra de las convenciones sociales.
Yo creo que, al escribir esto, estaba en un lugar de paz. Eso no quiere decir que cuando escribo las otras películas me encuentre en un tormento constante; solo que, esta vez, me planteé la posibilidad de explorar cómo sería que cada giro dramático de la película mejorara las cosas en lugar de empeorarlas, por así decirlo.
Esta es también una variación interesante de las historias de amor imposible. Estamos ante un romance que no solamente podría ser juzgado duramente por la sociedad, como mencionas, sino que tiene todas las posibilidades de fracasar. Sin embargo, esta vez, no quisiste irte por el lado trágico.
Son personajes que optan por vivir en el presente, por tomar lo que cada día les ofrece. Incluso en el caso de Sylvia, que está en el programa de AA desde hace 13 años. Saul vive básicamente en el momento, porque la mente no le da para mucho más debido a la condición que lo aqueja. Ellos deciden irse por ahí, en una relación de amor que parece casi adolescente y que por eso mismo no es común.
Tu cine es bastante realista y directo. Pero presenta a personas en situaciones extremas, aunque son situaciones que pueden darse fácilmente en la vida real. De todos modos, se alejan de la cotidianidad de muchos de los espectadores, y eso es lo que las hace tan llamativas.
Trato de que mis historias sean originales, pero a la vez plausibles. Esta película estaba planteada en Nueva York, y se filmó en Brooklyn. Las grandes ciudades contienen una cantidad de historias tan grande que nos permiten alejarnos como guionistas de los estereotipos, de lo fácil. Creo que hay que dotar a los personajes de cualidades especiales, pero que sean a la vez cercanas al espectador en términos de realidad.
Esta es tu tercera película en inglés. ¿Cómo te sientes escribiendo y filmando en ese idioma cuando eres mexicano y sigues viviendo en México?
Me gusta más trabajar en mi idioma y prefiero filmar en México, aunque mi inglés es muy bueno. Pero esa capa adicional de dificultad que definitivamente se interpone -porque pienso en español-, vale la pena porque me permite trabajar con Jessica Chastain, con Peter Sarsgaard, con Charlotte Gainsbourg, con Tim Roth.
Creo que todo eso se compensa con las cualidades que estos actores tienen y con lo mucho que me sorprenden cuando estamos en el set, porque son actores que uno no dirige realmente. Toman el guión y lo interpretan, y eso es justamente lo que quiero de ellos.
La conexión más evidente entre “Memory” y el resto de tu filmografía se da en el empleo de personajes con problemas psicológicos serios o marcados por traumas del pasado. Esto puede hacer a veces que tus historias luzcan excesivas, pese a que apelan a la esencia del drama.
El abuso sexual, sobre todo en la infancia, es mucho más común de lo que se cree. En lo que respecta a la demencia, medio mundo se me acerca a contar historias de lo que están viviendo en sus entornos familiares. Yo creo que, más allá de ser inusuales, son cosas de las que no se habla mucho. Las familias siempre son el núcleo de lo mejor y de lo peor.
Yo escribo de lo que conozco, como lo hace la mayoría de los escritores; y lo que viene después es intuición. A mis 44 años, he visto muchísimas cosas, y cuando me pongo a escribir, nunca sé a qué voy a recurrir.
No escribo a partir de temas específicos; no es que diga ‘esta película va a tratar sobre tal cosa’. Cuando hice ‘Después de Lucía’, nunca me propuse hacer una película sobre acoso escolar; fue algo que descubrí al ir escribiendo. La película era en realidad sobre el duelo que vivían los personajes [un padre y su hija] tras la muerte de la madre.
Pero el proceso ha ido cambiando, porque esta es mi octava película. En “Memory”, por ejemplo, todo empezó a partir de la fiesta de reunión escolar donde Sylvia se encontraba con Saul, y de preguntarme porqué él la seguía después hasta su casa. Nunca había escrito a partir de una escena que no sé de dónde llegó.
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