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Los hermanos Philippou incrementan el terror y la emotividad en la magistral ‘Bring Her Back’

Sally Hawkins en una escena de la escalofriante "Bring Her Back".
(A24)
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Los fanáticos del cine de terror tienen que celebrar el hecho de que Danny Philippou y Michael Philippou, los hermanos que sorprendieron al mundo entero con la imponente y descarnada “Talk to Me” (2022), hayan tenido que abandonar la película de “Street Fighter” que iban supuestamente a comandar.

Y es que “Bring Her Back”, el segundo filme de su autoría, que se estrena este fin de semana, es una nueva obra maestra del género que vuelve a desafiar las barreras de lo tolerable a través de un relato despiadado que involucra a dos huérfanos menores de edad, Piper (Sora Wong) y Andy (Billy Barratt), y a lo que les sucede una vez que se van a vivir con Laura (Sally Hawkins), una madre sustituta que parece tener una relación de lo más extraña con su hijo Oliver (Jonah Wren Phillips), que es también un niño.

La novedad por aquí en relación a la obra anterior de los mismos Philippou es que no nos encontramos simplemente ante una historia de terror, sino también ante una que tiene fuertes dosis emotivas, lo que representaba sin duda un reto para un dúo creativo que se inició haciendo videos divertidos en YouTube.

“Si, sentí que la presión aumentaba y, en cierto momento, que me paralizaba la idea de hacer otra película”, reconoció Danny al inicio de una entrevista con Los Angeles Times en Español. “Pero la idea era subirse directamente al tren y hacerlo, porque una vez que el tren sale de la estación, ya no puedes bajarte, y tienes que terminar el viaje”.

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“Con ‘Street Fighter’, el calendario simplemente no se alineó; no podíamos hacer las dos cosas”, precisó. “Pero, sin duda, queremos hacer una película de acción en algún momento, aunque todavía hay varias historias de terror que queremos contar”.

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Un poco de cariño

Los Philippou habían probado ya su habilidad para asustarnos hasta la médula de los huesos con su ópera prima, por lo que el reto mayor en este caso era encontrar un balance entre esos elementos -que se ven incluso incrementados- y los aspectos conmovedores que anhelaban agregar.

“Queríamos que esta película tuviera una energía diferente; que fuera como una bola de nieve que se inclinara a la vez más por los personajes”, nos dijo Michael. “Curiosamente, eso es algo que va prácticamente contra nuestros instintos, porque en nuestros videos de YouTube, todo era boom, boom, boom, boom, boom. Profundizar en los personajes y las interpretaciones fue algo nuevo para nosotros, pero también muy emocionante”.

Danny comenta que escribió el guión -en el que comparte créditos con Bill Hinzman- desde un lugar muy personal, motivado por la muerte de la hija de un primo. “Se trata de ser vulnerable con tu arte, de ser expresivo, de hablar de las cosas que te molestan o te incomodan y de exorcizar esos demonios a través de la imaginación”, detalló.

Hay gente que cree todavía que quienes hacen películas de terror demasiado intensas están trastornados. Y aunque no hay que eliminar esa posibilidad, es necesario notar que estos hermanos son habitualmente tipos muy divertidos y muy relajados, por lo que es interesante indagar en los métodos que adoptan para ser capaces de crear historias tan ominosas y perturbadoras.

“Creo que el cine se convierte en un lugar donde poner todas esas cosas, esa parte de tu cerebro o algo así”, retomó Danny. “En cierto modo, es terapéutico hacerlo. Y cuando lo estás rodando, es muy divertido”.

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“Estás rodeado de amigos y de gente que se siente como parte de la familia, y todo el mundo está ahí para jugar”, añadió. “No diseñamos un set de ambiente miserable, donde los temas de la película se reflejen en el proceso de producción. Tratamos más bien de que sea un lugar divertido”.

El director Danny Philippou al lado de Sally Hawkins en el set.
(A24)
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Creación del espanto

Cuando le comentamos que, a diferencia del rodaje, el proceso de escritura en el que surgen los detalles más salvajes de la trama es mucho más solitario, el mismo cineasta afirmó que se trata de ponerse en el estado mental adecuado.

“Si te sientes triste, empiezas a escribir, y lo que te saldrá va a ser muy triste”, aseguró. “Cuando se trata de una película de terror, estás escribiendo especialmente sobre cosas de las que es incómodo hablar, de lo que te asusta, de lo que te molesta. Pero te estás quitando todo eso de los hombros y lo estás poniendo en la página”.

Uno de los momentos más brutales de “Talk to Me” involucraba a un adolescente que se dañaba a sí mismo bajo el influjo de una mano siniestra. El nuevo filme incrementa el sentido del riesgo al tener a dos niños en situaciones particularmente complicadas, lo que significa romper un tabú habitual en el cine de terror estadounidense, al menos el que se inscribe dentro del ‘mainstream’ (porque, a fin de cuentas, este es un título de A24, la misma compañía que lanzó “Hereditary”).

“Es curioso, porque las cosas que son más difíciles de ver son las que nosotros filmamos con mayor facilidad; las secuencias de ‘gore’ realmente intensas no fueron un problema”, dijo Michael. “Lo realmente complicado es la parte psicológica. Cuando te metes en una escena seria, tienes que lograr que los actores se sientan cómodos para poder entrar en ese espacio, pero también que puedan salir luego de él y superarlo”.

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“Había que hacerlo de manera segura, sobre todo porque teníamos a una actriz con problemas de visión”, prosiguió el realizador, en alusión a Sora Wong, quien interpreta a la protagonista. “Contamos por eso con un coordinador de acceso, y sus padres estaban siempre en el set para asegurarse de que se sintiera bien”.

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Una protagonista distinta

Además de su condición particular, Wong es una asiática-australiana, lo que resulta significativo en lo que respecta a unos términos de diversidad que no son nuevos para los Philippou, quienes eligieron a una intérprete de ascendencia africana (Sophie Wilde) para protagonizar “Talk to Me”.

“Para nosotros, era importante contar con un verdadero actor con problemas de visión”, afirmó Michael. “Hicimos una convocatoria en toda Australia para niñas con discapacidad visual que quisieran actuar, y ella nunca había actuado antes”.

“El personaje no estaba escrito como asiático-australiano, pero crecimos en un ambiente multicultural y, realmente, no vemos las diferencias”, explicó. “Si eres adecuado para el papel -porque es un papel humano que cualquiera puede interpretar-, no nos importa tu origen.”.

Según Danny, Wong le aportó una enorme autenticidad al rol y, además, colaboró incluso en la reescritura de algunos de sus diálogos, aportando ideas sobre el modo en que diría ciertas cosas y la manera en que se enfrentaba al mundo desde su posición.

Además, se vio involucrada en algunas escenas de acción que lucen particularmente arriesgadas. “Sorprendentemente, ella es muy, muy física, como lo es también la hermana pequeña del amigo nuestro que inspiró el papel y que juega a pelearse con su hermano y juega goalball, un deporte muy intenso en el que te pones una venda en los ojos, oyes la pelota que viene hacia ti y tienes que bloquearla con tu cuerpo”, expresó el cineasta. “Sora es dura, y quería hacer todas sus acrobacias, pero tomamos las precauciones necesarias, por supuesto”.

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Efectos y reparos

Como ya lo señalamos, en lo que se refiere a la parte visual y perturbadora, lo más intenso de “Bring Her Back” es la transformación de Oliver, que luce impresionante realista y pone en duda el empleo masivo de tecnología digital.

“El 90 a 95% fue práctico; usamos los efectos visuales sólo para mezclar esas cosas y para eliminar lo que sobraba, como la coloración de algo falso en los dientes o la línea de una prótesis”, describió Danny. “De hecho, la parte más divertida del proceso para nosotros es encontrar la manera de ejecutar todo de la manera más práctica posible”.

Por ese lado, los hermanos no escatimaron esfuerzos en la transformación del niño, que alcanza niveles absolutamente escalofriantes. “Es una manifestación física del dolor que todo lo consume, y eso es lo que es el personaje; se convierte en el lado feo de eso”, dijo Michael. “Es un deterioro paulatino que requiere de varias capas, por lo que, antes de implementarlo, le dijimos a los padres de Johan que él podría retirarse momento y ser reemplazado por otro actor en la etapa más monstruosa”.

Sin embargo, tanto Wren Phillips como sus padres, que son también actores y fueron capaces de guiar a su hijo en todo el proceso, decidieron seguir adelante hasta el final. “Nunca tuvimos que usar a otro, porque él quería hacerlo; venía todos los días al set sonriendo”, afirmaron los directores.

Otro momento del rodaje.
(A24)
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La más grande

“Bring to Her” no sería lo que es sin Sally Hawkins, quien retrata a Laura, la madre adoptiva, y la que no habíamos visto nunca en una cinta de terror. “Ella es una poderosa actriz de carácter; cada vez que interpreta a alguien, hace algo diferente”, señaló Danny. “Pero no es que estuviera buscando una película de género para redondear su carrera ni nada por el estilo. Conectó con el guión a nivel de personaje, porque le encantó Laura”.

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“Cuando recibimos la llamada de que estaba interesada, no podíamos creerlo, porque era la primera de nuestra lista”, agregó el director. “Y estaba dispuesta a todo. No había ego de por medio. Se trató de una colaboración realmente hermosa en la que exploramos cada línea de diálogo, cada motivación del personaje y cada página”.

Además de su brillante caracterización de personajes y de su profundo trasfondo psicológico, “Bring Her Back” luce estupendamente, incluso mejor que “Talk to Me”, lo que resulta digno de reconocimiento en vista de que los videos de RackaRacka no tenían puestas en escena precisamente virtuosas.

“Sabíamos que queríamos encontrar un lenguaje visual para cada punto de vista y para cada personaje”, dijo Danny. “En el caso de Oliver, empleamos todas estas tomas desde atrás y contamos su historia a través de lentes de zoom con los que se siente como si estuviera teniendo una experiencia de desdoblamiento de cuerpo”.

“En lo que respecta a Piper, tuvimos que diseñar nuestras propias lentes esféricas para retratar su sentido del tacto y esos primeros planos extremos de sus manos y sus sensaciones”, añadió el cineasta. “Cada personaje tiene su propio viaje auditivo y diferentes cosas que estamos haciendo sonoramente para ayudar a contar su historia”.

Michael señala que estos aspectos ya estaban más o menos desarrollados en la etapa de escritura, pero que se desarrollaron mucho más en la preproducción a través de conversaciones con los responsables de los departamentos técnicos.

“Hay que reconocer por aquí a Aaron McLisky, nuestro director de fotografía, quien tuvo que encontrar su propio lenguaje visual, porque queríamos cosas diferentes para personajes diferentes”, precisó. “Es sumamente talentoso, y nos ayudó mucho en la implementación de la visión que teníamos”.

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