Anuncio

El qué y Porque desde Washington: El policía del mundo rehúsa seguirlo siendo

Soldados ucranianos caminan en una trinchera en el frente en la región de Luhansk, en el este de Ucrania,
Soldados ucranianos caminan en una trinchera en el frente en la región de Luhansk, en el este de Ucrania, el viernes 28 de enero de 2022. El viernes continuaban las gestiones diplomáticas para evitar una guerra en el este de Europa. Los esfuerzos se desarrollan en un momento en que 100.000 soldados rusos están apostados cerca de la frontera con Ucrania, y mientras el gobierno del presidente Joe Biden teme que el presidente ruso Vladimir Putin organice algún tipo de invasión en cuestión de semanas.
(Vadim Ghirda / Associated Press)
Share

Estados Unidos no quiere seguir siendo el policía del planeta.

Y el presidente Joe Biden ya descubrió como lograrlo

Con esto, sin embargo, surge una pregunta muy aguda. ¿Le conviene al mundo occidental dejar de tener a un gendarme occidental metiéndose en todos los conflictos? Vale la pena platicarlo. Porque la evidencia es clara de que Estados Unidos, quiere cambiar la forma en que mantiene los intereses occidentales, y eso viene ocurriendo hace tiempo.

El primero en marcar un límite a las intervenciones estadounidenses fue el presidente Bill Clinton, aún con los bombardeos de la Organización del Atlántico Norte, OTAN cuando la salvaje guerra de los Balcanes el presidente estadounidense no quiso mover un dedo para apagar el incendio que causó la partición de lo que fue Yugoslavia.

Años más tarde, Barack Obama rehusó meter las manos cuando Rusia le robo a Ucrania la enorme península de Crimea.

Anuncio

Donald Trump, no solo rehusó ser el policía del mundo, sino que en forma atronadoramente franca les dijo a los europeos que en adelante… “Deberían defenderse solos” … “Las madres estadounidenses ya se cansaron de derramar la sangre de sus hijos”.

Ahora con Joe Biden, lo que hay que preguntarse es si Estados Unidos, el único súper poder militar y económico del mundo, está rehusando seguir siendo el policía del planeta, o simplemente está cambiando la forma de actuar.

Joe Biden tiene una experiencia muy larga en política exterior, como senador y luego como vicepresidente de Barack Obama. Con ese respaldo hoy como presidente, repite que “…Estados Unidos está otra vez activo en los asuntos mundiales” …”America is back”, y cuando se le ha pedido que aclare que significa estar de regreso, el presidente responde: “Tenemos que aprender de nuestros errores. Debemos darnos misiones con objetivos claros y realistas, no objetivos que nunca lograremos y debemos tener un enfoque claro en la seguridad de Estados Unidos”.

Para Joe Biden, la solución negociada de la rivalidad entre naciones democráticas y regímenes autoritarios como Rusia y China debe tener prioridad sobre las grandes operaciones militares. En esa gran competencia mundial, Joe Biden apuesta por el juego de las alianzas.

Eso le explica a usted lo que acaba de hacer, reuniendo a los jefes de estado de la alianza de defensa de occidente, para enfocar a la OTAN en hacer trabajo diplomático de disuasión.

Y eso explica también el papel importante y novedoso que representan las sanciones económicas a Rusia. El presidente Biden en lugar de explosivos, cargó miles de kilotones en una bomba financiera que explotó dentro de Rusia y que diariamente destruye y corroe toda su base económica y financiera. Biden está en pie de guerra... pero sin exponer la vida de los soldados de Estados Unidos.

Usted debe saber que reunir a todos estos países fue un logro. Y más logro aún fue que consintieran que Estados Unidos hablara por ellos, y que aun así se mantuviera un mensaje común, pero saliendo de una sola voz.

Y esa dificultad se debe a como Donald Trump trató a la OTAN. A la que dejó toda dividida. Restablecer su unidad era el primer obstáculo que Biden tenía que saltar.

Si hacía falta una muestra de la necesidad de unidad en la alianza transatlántica, esta surgió del vídeo mensaje del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que aprovechando que había tres cumbres realizándose en un solo día, les dijo a OTAN, al G7 y a la Unión Europea, que su solidaridad con Ucrania es un asunto de humanidad, y que su país a pesar de no ser miembro de la alianza, no puede quedarse desamparado en estos ataques rusos carentes de toda piedad.

Los 30 miembros sabían que el reto de Occidente en esas tres cumbres era aplicar el nuevo principio de detener la guerra, sin tener que comenzar otro enfrentamiento armado.

Pero las guerras no se ganan con solo expresiones de solidaridad y el presidente Zelensky no dudó en pedir que OTAN le entregue a su país, y sus fuerzas armadas el 1% de sus tanques y aviones.

Pero Ucrania, al final de cuentas, no es un país miembro de la Alianza y así, Zelensky se encontró con que los mandatarios reunidos en Bruselas no le dijeron que no, pero al final se limitaron a solo continuar entregando material militar defensivo”.

Los mandatarios reunidos en la OTAN, coinciden con el presidente Biden en que el mundo no necesita más “líneas rojas” que la Alianza no está dispuesta a cruzar, y que para no escalar el conflicto, hay que…”Detener la guerra sin hacer la guerra”.

Sin embargo el mundo es más complicado y por eso existe otra realidad de la que hay que hablar. La guerra, iniciada hace un mes por Vladimir Putin contra Ucrania, no cesa y no hay preestablecido ningún límite de acciones armadas, y eso ha hecho que en lugar de ser una guerra entre dos ejércitos, la guerra en Ucrania sea la carnicería de un ejército contra la población civil ucraniana. Y en ese ambiente hay que preguntar si necesitamos que el policía regrese y que al hacerlo traiga listas sus macanas.

Pero los lideres europeos se unieron a Biden y usando “ambigüedad y discreción estratégicas” respondieron a que ocurriría si Putin usara armas químicas, biológicas o, incluso nucleares, diciendo “la naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza de ese uso”.

Esa vaguedad deliberada es comprensible, y hasta sabia, en vista del desastroso precedente de agosto de 2013 cuando, a pesar de la evidencia del uso de armas químicas contra civiles en Siria, el presidente Barack Obama renunció a aplicar la línea roja que él mismo había fijado.

La gran decepción surge de que en las cumbres en Bruselas a pesar de la unidad y lo masivo de las sanciones impuestas a Rusia, la guerra en Ucrania se quedó sin ser resuelta.

Lo que debemos recordar es que Vladimir Putin no se molesta en andar contemplando líneas rojas. Y que el resultado siga siendo las imágenes de la destrucción apocalíptica de las ciudades ucranianas que inundan las pantallas de televisión del mundo entero. Las frustrantes imágenes de ver también a millones de mujeres y niños deambulando en busca de un refugio.

¿Ve usted que ocurre cuando no hay ya un policía en el planeta?,

Aquí, hay dos asuntos urgentes que requieren arreglo inmediato:

El primero es que hacer con el creciente flujo de refugiados, no solo con los 100 mil que Estados Unidos absorberá, sino con los millones que la Unión Europea tendrá que reubicar y reacomodar en sus países.

El segundo, como reducir el suministro de gas y petróleo ruso a Europa lo más rápido posible.

Y aquí ya no caben las ambigüedades diplomáticas. Las divisiones entre los europeos de como proseguir en este tema son lógicas, porque cada uno depende de diferentes cantidades y suministros de combustibles, pero dejar de pagarle a Putin miles de millones de euros es un asunto urgente que hay que afrontar, porque de otra manera las sanciones económicas serán una burla.

Considere usted que a Rusia se le pueden cerrar las puertas bancarias de occidente, pero si los europeos siguen pagándole diariamente 285 millones de euros por su gas y su petróleo, la vida será difícil en Rusia, pero no imposible. Y los rusos han estado acostumbrados por su historia a sufrir… y sobre todo, a resistir.

Solo dese cuenta de cuánto dinero le pagan algunos países de Europa a Putin cada año por su gas y su petróleo. las de abajo son cifras del 2021.

24 mil millones de euros de Alemania

15 mil millones de Polonia,

12 mil millones de Holanda,

7 mil millones de Finlandia,

7 mil millones más de Bélgica,

6 mil millones del Reino Unido,

4 mil millones de Lituania,

4 mil millones más de Eslovaquia

4 mil millones también de Italia y más de

3 mil millones anuales de Grecia.

Son 86 mil millones de dólares. Considere que todo ese dinero Putin lo necesita para seguir haciendo la guerra, a eso se debe que hoy siga bombeando petróleo a su máxima capacidad.

Alemania depende particularmente del gas ruso. Pero un estudio de la Academia Nacional Alemana de Ciencias Leopoldina demostró que una suspensión a corto plazo de ese gas ruso sería “manejable”. Europa necesita hacer un sacrificio y retener los millones de euros que le entrega diariamente a Putin,

En conclusión, es posible dejar de ser el policía del mundo, pero solo si el resto de Occidente está realmente dispuesto a ayudar a que el policía en lugar de macanas, use diplomacia.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

Anuncio