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India construye los parques solares más grandes del mundo

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Las malezas caen apáticas desde la tierra plana y rocosa mientras la temperatura sube a más de 85 grados. En una tarde de marzo sin nubes, el horizonte azul se extiende ininterrumpidamente, como si incluso los pájaros estuvieran demasiado cansados para volar.

En este parche despiadado del sur de la India, millones de paneles de color gris plateado brillan bajo el sol, el comienzo de lo que según los funcionarios será la mayor estación de energía solar del mundo.

Se espera que, cuando esté terminado, el parque Pavagada produzca 2,000 megavatios de electricidad, suficiente para alimentar a 700,000 hogares, y el último hito en la transición de la India a la generación de más energía verde.

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Considerada durante mucho tiempo como rezagada en la lucha contra el cambio climático, India está construyendo enormes estaciones solares a gran velocidad, ayudando así a impulsar una revolución global en energías renovables y reduciendo su dependencia del carbón y otros combustibles fósiles, que arrojan carbono atribuidos al calentamiento del planeta.

Mientras que la administración Trump abandona el Acuerdo de París para luchar contra el cambio climático y se compromete a revivir la industria de carbón estadounidense, este mes India organizó la conferencia inaugural de la Alianza Solar Internacional, una organización lanzada por el primer ministro Narendra Modi con el objetivo de recaudar un billón de dólares para promover la generación solar y la tecnología en 121 países.

Gracias a los paneles solares de bajo costo y los incentivos del gobierno para la energía renovable, India superó a Japón el año pasado para convertirse en el tercer mayor mercado mundial de energía solar, después de China y los Estados Unidos. Modi propuso generar 100 gigavatios de capacidad solar para 2022, casi 30 veces más de lo que el país tenía hace tres años, y equivalente a toda la producción de energía de España.

“Es muy inspirador”, aseveró Tim Buckley, director de estudios de finanzas energéticas en el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero. “Los EE.UU. y la India han intercambiado lugares, y Modi se está convirtiendo en un estadista mundial en temas de energía renovable y solar”.

La necesidad de India de energía verde es obvia. Con una economía que se expande aproximadamente un 7% anual y ambiciones de llevar electricidad a cientos de millones de personas que todavía carecen de ella, el país debe aumentar drásticamente la energía solar y eólica para cumplir sus compromisos en virtud del Acuerdo de París. La contaminación del aire ha empeorado en sus ciudades, en parte debido a las emisiones generadas por las antiguas centrales eléctricas.

El carbón todavía representa el 58% de la energía de India, mientras que el viento proporciona el 10% de ella y el sol el 5%, según cifras del gobierno. India generó 20 gigavatios de energía solar a fines de diciembre, casi duplicando su capacidad del año anterior.

Hace tres años, California poseía la granja solar más grande del mundo: la estación de energía Solar Star, de 579 megavatios, justo al norte de Lancaster, en el Antelope Valley.

Esa estación pronto fue eclipsada por una serie de enormes parques solares en China, el productor número uno de paneles fotovoltaicos que capturan la radiación del sol para convertirla en energía.

India aprobó planes para crear 14 parques solares más grandes que Solar Star. La mayoría de ellos se encuentra en los desiertos del norte indio y en los montes del sur, donde las autoridades estatales y locales se apuran para cumplir con la agenda de Modi y las compañías extranjeras compiten por un trozo de lo que quizás sea el último gran mercado solar. “El potencial de la energía solar en India es enorme”, aseguró Sanjay Aggarwal, director general de la oficina india de Fortum, una compañía de energía finlandesa que genera actualmente 100 megavatios en Pavagada.

A diferencia de los Estados Unidos, Alemania, Australia y otras naciones con grandes programas renovables, la gran mayoría de la energía solar en India y China no proviene de paneles descentralizados instalados en azoteas, sino de amplios parques.

Las autoridades indias atrajeron a los promotores inmobiliarios mediante la adquisición de tierras, la creación de enlaces de transmisión y el ofrecimiento de compradores para la nueva energía, generalmente compañías estatales con bajo riesgo de incumplimiento.

“Se cuida la tierra, se resuelve la transmisión; estos son grandes dolores de cabeza en India”, expuso Rahul Tongia, experto en política tecnológica del grupo de especialistas Brookings India. “La idea es: ‘Si lo construyes, vendrán’, y es un un concepto inteligente cuando uno está tratando de expandirse rápidamente”.

Para el próximo año, el mayor parque solar podría estar ubicado en 20 millas cuadradas de Pavagada, en un cinturón seco del estado sureño de Karnataka, que disfruta de más de 300 días soleados al año.

Poco crece aquí, además de cacahuates. Los grupos de casas con techo de estaño están casi desiertos ya que muchos aldeanos emigran para trabajar a Bangalore, el centro de la industria tecnológica de la India, a tres horas de distancia por carretera.

A principios de 2016, la estatal Karnataka Solar Power Development Corp. comenzó a alquilar tierras a los agricultores de cinco aldeas a $320 por acre durante 28 años, con incrementos por inflación. Esto fue mucho más de lo que la tierra genera a partir de la agricultura de pequeña explotación, y permitió a las familias seguir siendo propietarias de los lotes. Los expertos aseguran que la táctica ayudó a evitar las disputas legales que a menudo acompañan a la adquisición de tierras por parte del gobierno en India. “La población local está muy feliz porque hizo uso de tierra estéril”, comentó Seshagiri Rao, un investigador ambiental que vive en Pavagada.

La primera fase del parque, valorado en $2 mil millones, tardó un año en construirse antes de entrar en funcionamiento, en diciembre pasado. Seis compañías, incluida Fortum, obtuvieron los derechos para vender un total de 600 megavatios -alrededor de 7.5 centavos por unidad, un poco más alto que el promedio de los EE.UU.- a la estatal National Thermal Power Corp. NTPC, el mayor servicio público de India, solía obtener casi toda su electricidad del carbón, pero ahora el gobierno le ordena agregar energías renovables en su mezcla.

En una tarde reciente, mientras los jardineros arrancaban las malas hierbas en el exterior de un grupo de remolques, los técnicos de Fortum escanearon los monitores para rastrear el resultado del millón de paneles fabricados en Malasia. Los módulos grises ultradelgados fueron diseñados para resistir el calor intenso. Como los datos mostraban que la temperatura de los paneles se había elevado a 124 grados, el gerente de la planta, Rajendra Gupta, levantó la vista con aprobación. “Hoy estamos en la producción máxima”, manifestó. “Estas son muy buenas condiciones”.

Funcionarios estatales afirmaron que los 1,400 megavatios restantes de Pavagada estarían listos a fin de año, pero que las demoras en la construcción y las licitaciones los han afectado.

Hay otras nubes en el horizonte a nivel nacional. Los precios de los paneles solares, que disminuyeron durante años, aumentaron ligeramente con la incorporación de un nuevo y complicado impuesto nacional a las ventas. Y, al igual que hizo Trump en enero, Modi está considerando imponer fuertes aranceles a los paneles solares importados, en un esfuerzo por impulsar a los fabricantes nacionales. Más del 80% de los módulos solares de la India provienen de China, Taiwán y Malasia.

“El valor del módulo generalmente es alrededor del 55% del costo de un proyecto solar”, detalló Aggarwal, de Fortum. “No se requiere una gran ciencia para ver que, si el costo de la materia prima aumenta, el crecimiento se ralentizará”.

Bridge to India, un grupo de consultoría, pronostica que el país agregará seis gigavatios de capacidad de energía solar en 2018, un tercio menos que el año pasado, debido a la incertidumbre sobre los costos.

Otra cuestión que pone en peligro el objetivo de los 100 gigavatios de Modi son las dudas sobre la capacidad del gobierno de asegurar la tierra para crear parques adicionales a gran escala. En algunas áreas, los aldeanos argumentaron que las granjas solares podrían dañar el medio ambiente, debido a la gran cantidad de agua que se necesita para mantener los paneles limpios.

“Vemos algunos desafíos, debido a que lo más sencillo en términos de adquisición de tierras son entregados a dedo”, aseveró Vinay Rustagi, director general de Bridge to India. “En un momento, incluso identificar miles de acres se convertirá en un problema para el gobierno”.

A medida que crece su participación en los recursos de energía renovable, India también debe modernizar sus grillas de energía, inflexibles y envejecidas, para integrar más energía solar y eólica. “No se trata solo de construir enlaces de transmisión más grandes, sino que se debe hacer más para absorber la energía verde”, añadió Rustagi.

Aún así, los expertos dicen que la experiencia de India podría servir como un ejemplo para otras partes ampliamente bañadas por el sol, en el sur de Asia y África.

“Este es un modelo que India está tratando de exportar a otros países en desarrollo”, expuso Deepak Krishnan, gerente del programa de energía del World Resources Institute. “Es el propósito de la Alianza Solar Internacional: mostrar que se puede llevar a cabo una transición masiva, y que estos no son modelos occidentales, sino algo que hemos desarrollado para nosotros”.

“Este es un modelo que India está tratando de exportar a otros países en desarrollo”, indicó Deepak Krishnan, gerente del programa de energía del World Resources Institute. “Es el propósito de la Alianza Solar Internacional: mostrar que se puede llevar a cabo una transición importante, y que estos no son modelos occidentales, sino algo que hemos desarrollado por nuestra cuenta”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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