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Las elecciones guatemaltecas se encaminan a una segunda vuelta en agosto

Los funcionarios de la junta electoral cuentan los votos después del cierre de las urnas, en la ciudad de Guatemala, el domingo.

Los funcionarios de la junta electoral cuentan los votos después del cierre de las urnas, en la ciudad de Guatemala, el domingo.



(Esteban Biba / EPA / Shutterstock)
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Las elecciones presidenciales de Guatemala marchan hacia una segunda vuelta entre una ex primera dama y un ex jefe de prisiones, después de que ninguno de los 19 candidatos obtuviera la mayoría de votos, este domingo.

Con el 98% de los votos contados, el tribunal electoral del país informó el lunes que la ex primera dama y empresaria Sandra Torres lideraba con el 25.7% de los sufragios. Alejandro Giammattei, un médico que supo llevar adelante el sistema penitenciario del país, quedó en segundo lugar, con un 13.9%.

Si esos resultados preliminares resisten la revisión de las autoridades electorales y los desafíos de los partidos políticos (un proceso que los funcionarios esperan demore cinco días o más), los dos se enfrentarán en una segunda vuelta, el 11 de agosto.

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Ambos daban como favoritos en las encuestas preelectorales y tenían una ventaja significativa sobre el candidato que ocupó el tercer lugar, Edmond Mulet, un diplomático de larga data que obtuvo el 11.1% de los votos.

Es la tercera candidatura de Torres a la presidencia y la cuarta para Giammattei.

El éxito de ambos esta vez sugiere un giro brusco por parte de los votantes hacia los políticos tradicionales, a diferencia del presidente actual, Jimmy Morales, un ex comediante de televisión que fue elegido hace cuatro años pese a no tener experiencia política previa, en lo que se consideró como una reprimenda a un sistema corrupto.

Los límites de los términos impidieron a Morales, cuya presidencia se vio afectada por acusaciones de corrupción, presentarse para una reelección. Su mandato de cuatro años termina en enero próximo.

La elección del domingo se realizó en medio del descontento generalizado de los votantes con la pobreza persistente y la alta criminalidad del país. Muchos ciudadanos culpan a la arraigada corrupción por contribuir al éxodo masivo de guatemaltecos a Estados Unidos, un fenómeno que desató la ira del presidente Trump, quien amenazó con cortar la ayuda a esa nación y otras tierras centroamericanas, hogar originario de los migrantes.

“Cada día más personas se van del país porque no hay manera de ganarse la vida”, aseguró Luis Pirir, un consultor de logística, de 32 años de edad. “No es seguro, no hay trabajo y el sistema educativo es malo”.

Guatemala, con 17 millones de habitantes, es la nación más poblada de América Central. Su frontera con México es un importante punto de tránsito para los migrantes centroamericanos con destino a Estados Unidos.

Torres, la ex esposa del antiguo mandatario Álvaro Colom, se postuló por el partido Unión Nacional de la Esperanza, de centro-izquierda, y se comprometió a mejorar los programas de bienestar social. Asimismo, negó las acusaciones de irregularidades en el financiamiento de campaña de una candidatura presidencial anterior.

En comentarios a los reporteros, el lunes temprano, Torres habló de la necesidad de una “unidad nacional” en un país profundamente afectado, donde gran parte de la riqueza se concentra en una pequeña minoría. También prometió una “reactivación económica para generar empleo” y desalentar la emigración.

Giammattei, el candidato del partido de derechas Vamos, prometió reinstaurar la pena de muerte, en un intento por frenar la violencia de pandillas.

El candidato fue encarcelado en 2010 por su presunto papel en la muerte de presos mientras dirigía el sistema penitenciario nacional. Pero un tribunal, más tarde, lo absolvió de todo mal proceder.

Los analistas predijeron que Giammattei intentaría reunir a varios partidos de derecha, junto con poderosos intereses comerciales y militares, para enfrentarse a Torres, quien es muy reconocido pero también tiene una alta calificación negativa entre muchos ciudadanos.

Alrededor del 60% de los votantes elegibles sufragaron el domingo, una caída significativa respecto de la participación -del 70%- en las elecciones nacionales anteriores, en 2015.

La alta tasa de abstención refleja “el rechazo e indignación de la gente hacia los políticos en general”, consideró Stephanie Rodríguez, analista independiente en ese país.

“Hemos tenido un Congreso corrupto y un presidente ausente”, dijo. “La gente está desilucionada”.

Muchos votantes están consternados por la decisión de las autoridades electorales de eliminar a varios candidatos, entre ellos Thelma Aldana, una ex fiscal que se enfrentó al presidente y trabajó estrechamente con un panel anticorrupción respaldado por las Naciones Unidas, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.

Aldana, quien fue excluida de la boleta por supuestas irregularidades financieras mientras era procuradora general, remarcó que los cargos son falsos y huyó del país, alegando que había recibido amenazas de muerte.

El panel anticorrupción de Estados Unidos presentó cargos contra tres ex presidentes y decenas de legisladores. El grupo se hizo popular entre los ciudadanos y ha sido reconocido a nivel mundial, pero molestó a muchos en la estructura de poder del país.

Morales -quien fue objeto de una investigación de la comisión, junto con algunos de sus familiares y asociados cercanos- afirmó que no renovará el mandato de la comisión de transparencia, que debería finalizar su misión en septiembre próximo.

Ninguno de los dos principales finalistas presidenciales se comprometió a restaurar la comisión.

Los corresponsales especiales Claudia Palacios, en la ciudad de Guatemala, y Cecilia Sánchez, en Ciudad de México, contribuyeron con este artículo.

Si quiere eer este artículo en inglés, haga clic aquí

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