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Con un enfoque novedoso, una estudiante de UCI busca ayudar a refugiados y solicitantes de asilo

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Durante un viaje familiar a Turquía, un encuentro con refugiados sirios en 2014 inspiró a una estudiante sénior de UC Irvine a crear el primer programa de becas financiado por estudiantes de la Universidad de California para refugiados y solicitantes de asilo.

Iman Siddiqi, de 20 años, recaudó poco más de $93,000 dólares para el programa, el mes pasado, durante un banquete en la universidad. “La mejor manera de invertir en el desarrollo posterior a un conflicto de países devastados por la guerra y evitar una generación perdida es brindando oportunidades de educación superior para quienes han sido desplazados”, expresó Siddiqi, especialista en ciencias políticas y estudios de Medio Oriente.

Se trata de la primera beca de este tipo en el país, según Karina Hamilton, quien fue mentora de Siddiqi durante el proyecto de recaudación de fondos.
Hamilton es directora de la beca UCI Dalai Lama, que Siddiqi recibió en mayo pasado y que se otorga a los estudiantes que proponen un proyecto relacionado con la paz, la pasión o la ética. Los ganadores reciben $10,000 para ellos y $6,000 para su proyecto.

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El proyecto de Siddiqi fue el banquete para el programa de becas para refugiados. Su objetivo era recaudar $100,000 dólares. “Es la primera vez que un alumno propone un proyecto de recaudación de fondos tan ambicioso”, aseguró Hamilton. “Cuando habló por primera vez, nos preguntamos si podría lograr el objetivo, que era extraordinario”.

Siddiqi relató que el siguiente paso será crear un comité para determinar los requisitos de elegibilidad y supervisar la distribución del dinero a los estudiantes elegibles. Las becas estarán disponibles para el año académico 2019-2020, afirmó.

Al regresar de Turquía, la joven supo que quería ayudar a los estudiantes desplazados. Para empezar, se matriculó en cursos de lengua árabe y practicó a través de aplicaciones de aprendizaje de idiomas en línea, donde se relacionó con estudiantes sirios.
Con el apoyo de Books Not Bombs, una organización sin fines de lucro que anima a los estudiantes a hacer campaña para que sus universidades ofrezcan becas a estudiantes sirios, Siddiqi redactó una resolución en 2016 pidiendo a UCI que cree oportunidades de ayuda para alumnos desplazados por conflictos armados.

El gobierno estudiantil aprobó la resolución. Pero cuando Siddiqi le pidió a la Junta de Regentes de UC, este año, que se uniera a una red de subvenciones para estudiantes sirios, los miembros de la junta dudaron al respecto debido a preocupaciones financieras y políticas, afirmó.
Luego recurrió a la Beca Dalai Lama para convertir en realidad la beca de refugiados. “Mi iniciativa me ha mostrado el impacto de la recaudación de fondos comunitarios”, aseguró. “Era todo entre familia y amigos; nada de corporaciones locas ni cosas por el estilo”.

Yama Ahmadi, un refugiado afgano que asiste al Fullerton College, se enteró del programa de becas a través de Access California Services, una organización sin fines de lucro con sede en Anaheim, y es ahora un aspirante potencial. Ahmadi, de 26 años, salió de su país de origen en 2014 después de trabajar con el ejército de los EE.UU. durante cuatro años como asesor cultural e intérprete. Debido a que trabajó con las fuerzas estadounidenses, no era seguro para él permanecer en su aldea, confesó.

“Como refugiado, no es fácil encontrar un programa de becas y obtener ayuda financiera”, aseguró Ahmadi. “La mayoría de los estudiantes refugiados no cuentan con el apoyo de su familia y trabajan por el salario mínimo. Con todos los gastos de alquiler, ropa y comida, es imposible pagar la escuela. Iman nos facilitó mucho las cosas”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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