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Janet Napolitano, presidente de UC considera un ajuste de su oficina en medio de críticas políticas

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La presidenta de la Universidad de California, Janet Napolitano, está considerando una revisión potencialmente radical de su oficina a raíz de una fuerte crítica política acerca del tamaño, los costos y las prácticas presupuestarias de ésta.

Una amplia revisión externa de la oficina, que fue proporcionada a The Times, encontró relativamente pocas irregularidades en su supervisión del sistema universitario más complejo de la nación: el manejo de 10 campus, cinco centros médicos, tres laboratorios nacionales e investigación global, por un total de $33 mil millones.

Pero el informe sugirió racionalizar la oficina en lo que podría equivaler a una reducción del presupuesto del 50%. Las sugerencias para esos posibles ahorros incluyen transferir el sistema médico y de salud de la UC a una nueva red estatal, trasladar algunos programas a los campus y eliminar otros, como la Iniciativa UC-México.

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Las propuestas de Huron Consulting Group Inc. marcan la última de más de 10 revisiones de la Oficina del Presidente en la última década, incluida una realizada el año pasado por el auditor estatal. Otra evaluación externa está programada para esta primavera.

“Parte de ello es la búsqueda continua del Santo Grial, que es dirigir la mejor Oficina del Presidente que uno pueda imaginar, la más eficiente y la más efectiva, que aporte el mayor valor a la universidad”, aseguró Napolitano al explicar las revisiones en serie.

En una entrevista, la funcionaria reconoció que también encargó la revisión en respuesta a las presiones políticas. El gobernador Jerry Brown le ha pedido reiteradamente al sistema de la UC que reduzca los costos, y la Legislatura estatal tomó el año pasado el paso inédito de financiar directamente la oficina de Napolitano en medio de la desconfianza sobre las prácticas presupuestarias impulsadas por una crítica auditoría estatal.

En esa revisión del año pasado, la auditora estatal Elaine Howle descubrió que la oficina de la UC había usado prácticas presupuestarias “engañosas” y acumulado un superávit presupuestario no divulgado de $175 millones; aunque Howle destacó que no había hallado ningún mal intencional. Los funcionarios de la UC actualmente están implementando todas las reformas sugeridas por la auditora.

Howle también reveló que los principales asesores de Napolitano interfirieron indebidamente con la auditoría, algo que la Junta de Regentes de la UC confirmó en su propia investigación externa. Napolitano se presentará el martes ante un comité legislativo para discutir la interferencia de dos asesores, que han abandonado la universidad.

Algunos funcionarios de la UC están preocupados de que la revisión pueda conducir a cambios perturbadores e innecesarios emprendidos principalmente para apaciguar a los críticos políticos.

Shane White, presidente del Senado Académico de la UC, les dijo a los regentes la semana pasada que otro esfuerzo por reducir el tamaño de la Oficina del Presidente hace una década fracasó en gran medida y resultó en la partida de la universidad de empleados talentosos. “No se ganó nada y se perdió mucho; las lecciones deberían haberse aprendido”, aseveró White. “Cualquier cambio debe hacerse para mejorar tangiblemente el bien común, no en pos de un pensamiento político vacío”.

La revisión encontró que la oficina de la UC es relativamente modesta, incluso cuando lidera la nación con servicios de primera clase en áreas tales como investigación, opciones de estudio en el extranjero y admisiones de pregrado. La participación de la oficina en los gastos del sistema es de alrededor del 2%, más pequeña que la participación en más de la mitad de los 10 sistemas universitarios más grandes del país.

Los consultores sugirieron dos opciones para racionalizar la oficina. La más agresiva propone recortes potenciales de $50 millones del presupuesto, de $883 millones, y 110 puestos de aproximadamente 1,790 empleos totales. La otra opción sugiere recortes de alrededor de $42 millones y 99 puestos.

Los posibles recortes incluyen dinero para becas posdoctorales, gastos de los rectores, algunos puestos vacantes y el programa UC-México, que financia investigaciones sobre los problemas que enfrentan California y su vecino del sur. Pocos pueden oponerse a que se ponga fin a la iniciativa de México, ya que UC Riverside cuenta con un programa similar, pero la eliminación de las becas postdoctorales para mujeres y minorías subrepresentadas probablemente genere una oposición generalizada.

Se obtendrían ahorros mucho mayores al trasladar los programas centrales a otra parte. El mayor y más complejo cambio potencial involucraría la transferencia de los centros médicos y el sistema de salud de la UC, que representan aproximadamente un tercio del presupuesto total de la universidad. Es poco probable que ese cambio continúe sin una extensa discusión.

UC Press, la editorial académica del sistema, podría mudarse a UCLA, el programa de Estudios en el Extranjero a UC Santa Bárbara y la división de Agricultura y Recursos Naturales a UC Davis, sugiere la revisión.

En total, las propuestas podrían reducir el presupuesto de la oficina hasta en un 50%, o $438 millones.

White reconoció que está muy entusiasmado con las recomendaciones para volver a enfocar la oficina en la misión académica de la universidad, que “sufrió sucesivos recortes presupuestarios, reorganizaciones de la Oficina del Presidente y menor atención a su liderazgo universitario”, detalló. Además, espera una mejora a pesar de las preocupaciones sobre cualquier motivación política que pudiera haber provocado la revisión. “Lo considero más como un autoexamen, que busca mejores formas de hacer un mejor trabajo”, indicó.

Otros fueron más cautelosos. En una reunión celebrada la semana pasada con los empleados de la oficina, varias personas expresaron inquietudes sobre el posible impacto en sus trabajos, las relaciones tensas con Sacramento y una cierta “fatiga de cambio” por las continuas reorganizaciones. Napolitano ordenó su propia revisión después de que asumió el cargo, en 2013, e impuso un tope de contratación, reducciones de viajes y otros recortes.

“Estoy tan enojado. Están en juego los medios de subsistencia”, afirmó un orador, quien pidió garantías de que los funcionarios tomen buenas decisiones en lugar de “cuidar de sus propios intereses y autopreservación”.

Napolitano se comprometió a hacer el proceso transparente y consultivo. La presidenta compartió la revisión con los regentes y rectores, y los directores de la UC están llevando a cabo sesiones de información con los empleados. Ella y los regentes probablemente tomarían algunas decisiones a partir de esta primavera, indicó, pero otras podrían tardar aproximadamente 18 meses.

Para George Kieffer, presidente de la Junta de Regentes de la UC, el informe Huron era solo uno de varios esfuerzos en curso para considerar cómo la entidad puede continuar sobresaliendo en medio de una tendencia nacional de disminución de la inversión estatal y la confianza pública en la educación superior. “Habrá gente que diga que esto es político. Habrá gente que diga que esto es fantástico”, expresó, acerca de la revisión. “Lo importante es que estamos examinando todas estas cosas. Este es el comienzo de la discusión. No la juzguen prematuramente”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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