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Los recientes tiroteos pueden hacer que ir a la escuela parezca aterrador, pero hay maneras de ayudar a los niños a sobrellevar la situación

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El hijo de Alysia Evans tenía 4 años en 2013, cuando un hombre abrió fuego en Santa Monica logrando matar a cinco personas antes de que la policía lo matara. Su hijo estaba en preescolar a unas pocas cuadras del Santa Monica College, en donde concluyó el ataque.

La escuela preescolar se colocó en cierre total ese día, todos estaban a salvo, pero “es el primer ataque de pánico que he tenido en mi vida”, dijo Evans, una abogada que vive en el Westside.

Hace dos semanas, Evans conducía al trabajo cuando escuchó en la radio que había habido un tiroteo en una escuela secundaria de Los Ángeles. Al principio, pensó equivocadamente que podría ser la escuela donde su hija cursa el sexto grado.

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“Tuve que detenerme, lloraba mucho”, dijo Evans.

El jueves, un día después de que un tirador mató a 17 personas en una escuela preparatoria de Florida, el hijo de Evans, que ahora está en cuarto grado, dijo que estaba enfermo y que no quería ir a clases.

El predominio de tiroteos en las escuelas -la última en Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida- ayudó a Evans a convertirse en activista de un grupo llamado Moms Demand Action for Gun Sense en Estados Unidos.

“Estoy enojada, y quiero que esto se detenga”, dijo Evans.

En cuanto a su hijo, Evans sabía que no estaba realmente tan enfermo. En circunstancias normales, ella no lo habría dejado quedarse en casa. Pero estas no fueron circunstancias normales.

“A la luz de lo que sucedió [el miércoles] y luego del tiroteo de hace dos semanas ... si sienten que no quieren ir a la escuela, los voy a respetar”, dijo.

‘Mamá, fue muy perturbador’

La familia de Evelyn Macías iba a celebrar el Día de San Valentín el miércoles por la noche cuando su hija de 17 años, Julia, sacó a la conversación el tiroteo en Florida.

Macías había esperado que la salida del Día de San Valentín fuera festiva, dijo. “Se trata de amor, se trata de amistad, se trata de familia”.

En cambio, su hija, estudiante de último año en Cleveland Humanities Magnet, habló de los videos que habia visto en las redes sociales sobre lo acontecido en el campus de Florida.

“Mamá, fue muy inquietante”, dijo Julia, llorando. “Desde que puedo recordar, esto ha sido normal en mi crecimiento”.

Julia le dijo a su familia que había estado buscando qué hacer si ocurre un tiroteo en su escuela y que había visto videos en los que los sobrevivientes de ataques pasados ofrecían consejos.

“Ella misma se está informando a través del internet, pero creo que está claro que el distrito necesita tener una conversación más amplia con los padres y con los niños”, dijo Macías. “También necesita sentirse segura en el entorno de su escuela ... porque se supone que se trata de aprender, no de vigilar tu espalda o tratar de encontrar cuál es la salida más cercana”.

El jueves, los funcionarios del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) dejaron claro que entendían la angustia de los padres y los estudiantes. La superintendente interina Vivian Ekchian emitió una declaración conjunta con la presidenta de la junta escolar Mónica García.

“Las imágenes desgarradoras de los niños que huyen de los disparos en nuestras escuelas se están convirtiendo en un espectáculo familiar”, dijeron. “Habiendo pasado recientemente por un tiroteo en el LAUSD, comprendemos la ansiedad de la incertidumbre y el horror de la violencia que afecta a nuestros niños, familias y comunidades escolares”.

La declaración exigía que los estudiantes y el personal informaran comportamientos sospechosos si lo veían. Pero el distrito no les ha dado directivas específicas a los maestros sobre cómo hablar con sus hijos sobre el último tiroteo, dijo Pia Escudero, directora de salud mental escolar del distrito.

Escudero, sin embargo, ofreció sus propias sugerencias para el personal de la escuela y los padres.

Es importante, dijo, que después de un evento traumático se mantengan las rutinas, pero también, si los estudiantes lo necesitan hay que ser flexible para hacer que el día sea más ligero.

Los adultos deben preguntarles a los niños si saben con quién pueden hablar en la escuela o en la casa “si hay algo en la escuela que le molesta, si hay otro estudiante que puede haber dicho algo preocupante”, dijo Escudero. “Los niños que no tienen a quién acudir, los niños que se sienten alienados ... buscamos oportunidades para enseñarles, para vincularlos con los recursos”.

A pesar de que el último tiroteo ocurrió al otro extremo del país, dijo Escudero, muchos estudiantes de la Universidad de Los Ángeles han experimentado un trauma y ver imágenes o noticias podría desencadenar respuestas.

“Los niños pueden estar adormecidos. Pueden ser hipersensibles y estar atentos a su entorno”, dijo.

Escudero también instó a los padres a hablar con sus hijos y validar sus sentimientos, tal vez haciéndoles saber que ellos a veces se sienten abrumados y tristes. Deberían escuchar a sus hijos pero tener el control de la conversación y hablar sobre la sanación de forma saludable: comer juntos y hablar durante la cena, limitar el tiempo de televisión, hacer ejercicio, tener horarios de sueño normales, dijo.

Si eso no es suficiente para calmar, las familias deberían buscar ayuda de salud mental, dijo Escudero. Una forma de hacerlo es a través de las clínicas de salud mental del distrito.

En su sitio web, la Asociación Nacional de Escuelas de Psicólogos también ofrece consejos sobre las conversaciones apropiadas de acuerdo a la edad sobre eventos traumáticos, enfatizando que los niños más pequeños “necesitan información breve y simple que debe equilibrarse con garantías de que su escuela y sus hogares están seguros y de que los adultos están allí para protegerlos”.

En cuanto a tranquilizar a los padres ansiosos, hay menos consejos disponibles.

“Ambos están en la escuela ahora y estoy caminando esperando que ocurra algo más. Y eso es triste”, dijo sobre sus hijos el jueves Gen Levy, madre de dos hijos y dueña de un gimnasio en Sherman Oaks. Su hijo mayor, de 7 años, sabe que a veces la gente toma decisiones muy malas y lastima a los demás, y es por eso que tiene que practicar cierres totales en la escuela, dijo.

Pero teme que algún compañero le cuente sobre el tiroteo en Florida, por lo planean sentarse con él este fin de semana y explicarle. Todavía están debatiendo cómo hablar de ello.

“Hay una línea muy delgada entre educar a tu hijo y provocar esta sensación de ansiedad”, dijo. “Ya nada se siente seguro”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, visite:

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