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Los problemas de utilizar la educación como bandera de campaña

La moderadora Campbell Brown escucha al gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, candidato presidencial republicano, mientras habla en el foro de educación el miércoles pasado en Londonderry, N.H.

La moderadora Campbell Brown escucha al gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, candidato presidencial republicano, mientras habla en el foro de educación el miércoles pasado en Londonderry, N.H.

(Jim Cole / Associated Press)
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La ex presentadora de CNN Campbell Brown quiere hacer de la educación un factor clave para las elecciones presidenciales del 2016.

Y no está sola. Save the Children planea gastar $16 millones de dólares para hacer de la educación infantil temprana un asunto de campaña.

Es mas fácil decirlo que hacerlo.

Si bien puede ser cierto que los seis candidatos presidenciales republicanos pasaron la mayor parte del miércoles discutiendo temas de educación con Brown en un foro en Londonderry, NH, y el hashtag, #edsummit15 del evento, fue una de las tendencias más altas en Twitter, la educación todavía tiene muchos obstáculos que librar, más allá del dinero y la publicidad.

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Los padres de familia tienden a pensar en la educación como en un asunto que compete a sus escuelas, lo que no está directamente bajo el control presidencial. Los debates sobre educación muchas veces suenan negativos y se convierten en un campo minado alrededor de los maestros y sus uniones. Los intentos anteriores para elevar el perfil del tema siempre se han quedado cortos.

Sin embargo, Brown invito a todos los candidatos. A último momento, el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, ex ejecutivo de HP; Carly Fiorina, el gobernador de Wisconsin; Scott Walker, gobernador de Ohio John Kasich; Chris Christie gobernador de Nueva Jersey y el ex gobernador de Florida, Jeb Bush participaron en una serie de charlas de 45 minutos con Brown.

Ellos tocaron el tema candente de la educación: la tenencia de los maestros (la mayoría en contra de ella), los estándares esenciales (estuvieron en desacuerdo), las escuelas chárter (las apoyaron fuertemente) y las uniones de maestros (consideran que se debe moderar su influencia).

A pesar de este bache inicial de alto perfil publicitario, los defensores de hacer del 2016 una ed-lección, por así decirlo, tienen un largo camino por delante.

¿De quién son las escuelas?

Las escuelas en Estados Unidos están a cargo de las juntas escolares locales o de los alcaldes, varias funciones fueron retiradas del gobierno federal y de los políticos que compiten para ejecutarlo -sólo el 8% del financiamiento de las escuelas viene de Washington, D.C., los padres estadounidenses están profundamente conectados con sus propias escuelas, pero no tienen ninguna simpatía por el sistema educativo nacional en su conjunto, un interés que podría traducirse en las preferencias electorales presidenciales.

El desacuerdo se puede ver en las actitudes de los padres de familia hacia diferentes grupos de escuelas. Según una reciente encuesta de Education Next el 55% de los padres de familia dicen que darían una calificación de A o B a las escuelas públicas de sus barrios, mientras que el 28% de los padres dijeron que darían a las escuelas públicas de Estados Unidos los mismos grados superiores.

“Si a las personas les gustan sus escuelas locales sin importar lo que piensan sobre las escuelas a nivel nacional, no les va a gustar tener que votar basándose en este asunto”, dijo Matt Chingos, investigador en el Urban Institute. “Ellos no van a votar por alguien solo porque el candidato va a arreglar un problema con alguien más en las escuelas”.

Los padres

A los padres se les puede involucrar más en los temas de educación superior, como la deuda estudiantil y la regulación de las universidades privadas- es un tema más personal, y más claramente influenciado por el gobierno federal. La ex senadora Hillary Rodham Clinton tomó nota de esto, y la semana pasada lanzó una propuesta de campaña que tiene como base el tema de acceso a la universidad.

Además se necesita tiempo para que los cambios en el sistema educativo sean reales y tengan efectos mensurables en el desarrollo de los estudiantes. La vida útil de un político y sus caprichos a menudo son mucho más cortos que este retraso, un hecho que da lugar a la inestabilidad, tanto en la política nacional como dentro de los distritos escolares.

La administración Obama ha tratado de remediar las fallas del Acta que Ningún Niño se Quede Atrás, dejando que los estados no cumplan con los requisitos más rigurosos. Han otorgado exenciones que cambiarían ciertas reformas, como enlazar las evaluaciones de manera parcial a las calificaciones de los estudiantes.

Ahora el Congreso está tratando de reconciliar dos propuestas distintas que actualizarían la ley, pero si eso no pasa, esas exenciones podrían eliminarse tan pronto como el siguiente presidente ponga los pies en la oficina presidencial.

Así que algún padre puede no mirar a la elección presidencial y preguntarse cómo a largo plazo los candidatos podría afectar la educación de sus propios hijos.

¿Un asunto de Debbie Downer?

Durante los casi 30 años que ha pasado como asesor general de la Casa del Comité de Educación Jack Jennings ha visto como los llamados candidatos de educación van y vienen. Observó que los presidentes anteriores Bill Clinton y George W. Bush fueron capaces de aprovechar las esperanzas de los votantes, compitiendo en plataformas con gran énfasis en la educación.

Pero la trayectoria de las leyes de educación desde que las han hecho mas difíciles de cumplir, debido al rol del gobierno federal que ha sido muy castigador con la aprobación del Acta de Bush Que Ningún Niño se Quede Atrás, dijo Jennings.

Que Ningún Niño se Quede Atrás vincula los fondos federales para las escuelas, con las pruebas estandarizadas regulares, y cuenta con un conjunto cada vez mayor de soluciones para las escuelas que se considere están fallando por esas medidas. Ese interruptor, dice Jennings, hace que sea más difícil de trabajar en la educación como Clinton o Bush hicieron. Obama ha mantenido las leyes del Acta que Ningún Niño se Quede Atrás muy estrictas.

“Por culpa de George W. Bush y Barack Obama, la educación ha cambiado de ser un asunto positivo nacional a convertirse en un asunto nacional negativo”, dijo Jennings. “El Congreso está revisando un proyecto de ley que eliminaría los requisitos de la ley de Bush y restringiría al secretario de educación de tomar acción. No hay una visión positiva en el Congreso o en la política sobre lo que la educación puede hacer”.

Jennings dijo que probablemente Hillary Rodham Clinton, por eso optó por centrarse en la educación superior. “Los maestros están cansados, y no ven que nada positivo del nivel federal los vaya a apoyar”.

Y aunque los temas pueden sonar negativos, Chingos añadió que la educación tiende a ser un tema de gran acuerdo bipartidista, algo que podría evitar que se eleve al nivel de una campaña presidencial. “Hemos visto algo de atención por parte del bando republicano en los Estándares Esenciales, porque los candidatos no están de acuerdo, pero de manera más general, hay menos desacuerdo entre los partidos políticos sobre la educación K-12 de la que solía haber”, dijo Chingos.

Un problema del pasado

La gente trato de hacer esto antes. En el 2008 la Fundación de Bill y Melinda Gates y la Fundación Eli & Edythe Broad patrocinaron la campaña de $25 millones de dólares “Ed en ‘08” para elevar la educación en la elección de la presidencial del 2008. Ellos escogieron al ex gobernador de Colorado Roy Romero, un demócrata, para desempeñar este esfuerzo. Pero no trabajo bien.

Un estudio reciente del American Enterprise Institute, un instituto conservador encontró que los candidatos no estaban muy receptivos con Ed ‘08, en la apertura del 08, y que no se prestaba para formular preguntas de educación en los debates. Pocos años después de que la campaña terminó, su sitio web fue cerrado, y “en julio de 2009 fue como si Ed ’08 nunca hubiera existido.”

Brown misma reconoció que la historia de los intentos de llegar a la gente para que vote sobre la educación nacional no está de su lado. “La educación debería haber sido una gran parte de la conversación en las últimas elecciones presidenciales”, dijo Brown en una entrevista. “La última oportunidad que tenían Obama y Romney, quienes estuvieron de acuerdo en muchas cosas, sin embargo, no era lo suficientemente controversial para ser parte del debate.”

Incluso el reporte del American Enterprise Institute señaló que si bien Ed ‘08 no era para el ‘08, sentó las bases para futuras campañas de educación. Brown piensa que esta vez será diferente. “En este ciclo, hay un acontecimiento que lo pone al frente y al centro”, dijo. “Esta elección tiene el potencial de estar mucho más acerca de la educación que las anteriores, porque tiene candidatos que entienden la influencia que tiene”.

For the record: hay una primera versión del artículo citado por Chingos, fue preparado por el Manhattan Institute. El trabaja para el Urban Institute.

Usted puede contactar a Joy Resmovits a través de Twitter @Joy_Resmovits y vía email en joy.resmovits@latimes.com.

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