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OPINIÓN: Para los migrantes no hay otros datos

Cuando al presidente Andrés Manuel López Obrador no le gusta la información que se utiliza para cuestionarlo, generalmente dice que 'él tiene otros datos', y eso está causando graves problemas porque desacredita, incluso a instituciones que él dirige.
(RODRIGO ARANGUA/AFP/Getty Images)
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Cuando los datos no reflejan o sustentan sus puntos de vista, el presidente mexicano, recurre con frecuencia a la expresión “yo tengo otros datos”. Incluso cuando los datos que descalifica provienen de instituciones oficiales bajo su mando y uno se preguntaría entonces para qué mantenerlas si generan datos erróneos, es inevitable considerar que alguien está equivocado; las instituciones que se pagan de nuestros impuestos o el presidente cuyo salario también se paga de los impuestos de los mexicanos.

El recurso ha sido ampliamente documentado y hasta ironizado con frecuencia por observadores y medios de comunicación. En el tema migratorio ni siquiera es necesario recurrir al artificio. Ahí no hay otros datos, lo que se dice se consume sin comentario alguno. Sin embargo, los datos que presenta el presidente acompañado de su Secretario de Relaciones Exteriores, según los cuales su política migratoria es un éxito que se refleja en el aumento de detenciones de migrantes centroamericanos son totalmente inútiles y distorsionan el proceso migratorio.

Cualquier estudiante de la licenciatura de Relaciones Internacionales de la que el Canciller mexicano es egresado, sabe que los datos de detenciones de migrantes no dicen absolutamente nada del fenómeno migratorio. Esa información refleja casi exclusivamente la capacidad de captura de quien los detiene, en nuestro caso, la Guardia Nacional. Muchas detenciones, en el mediano plazo, no significan más o menos migrantes en el destino.

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Los datos y la experiencia mexicana en ese tema son abundantes. Durante años, investigadores de varias instituciones mexicanas, incluyendo en la que el canciller mexicano y otros funcionarios de este gobierno estudiaron, se esforzaron en demostrar que no existe relación entre detener muchos o pocos migrantes en su intento de migrar y la cantidad de migrantes en el país de destino.

Puede haber un cambio considerable en las detenciones y un crecimiento mínimo o abundante en el número de migrantes en el país de destino. Es decir, no están relacionados. Por ejemplo, en 2006 las deportaciones de mexicanos desde Estados Unidos se incrementaron en un 27% y la cantidad de migrantes mexicanos en Estados Unidos apenas subió en un 1%.

En 2014, esas mismas deportaciones decrecieron en un 14% y el número de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos creció como en 2006 cuando hubo muchas deportaciones, es decir el 1%. Y así podríamos revisar prácticamente las cifras de todos los años y de cualquier región del mundo. Detener a los migrantes en flujo, no disminuye su presencia en el país de destino. Muchos datos lo confirman.

Eso no quiere decir que las estrategias instrumentadas por el gobierno mexicano bajo órdenes precisas de la administración Trump en el sentido de detener a los migrantes centroamericanos en su intento de llegar a Estados Unidos sean anodinas. Ahí también los mexicanos tenemos mucha experiencia y conocimiento que hoy se desaprovecha.

En una primera instancia, cuando es detenido y liberado en la frontera, el migrante tiene varias “alternativas”, reintentarlo de la misma manera esperando tener mejor suerte, hacerlo con algunas variantes como por rutas menos vigiladas y volver a intentarlo cambiando la estrategia de manera sustantiva.

Esto último, recurriendo a organizaciones criminales que a cambio de mucho dinero, de que transporten droga o de delinquir por y para ellos, los lleven de manera “segura” por rutas en donde no serán detenidos por la Guardia Nacional; quedarse en la ciudad fronteriza para intentarlo después porque saben que esos operativos masivos de detención no son para siempre, regresar temporalmente a sus lugares de origen para intentar nuevamente llegar a Estados Unidos o, regresar definitivamente y desistir de sus planes de migrar.

Está ampliamente demostrado que solamente un porcentaje mínimo opta por la última de las alternativas mencionadas, y que todos los demás, la abrumadora mayoría, lo reintentará, solamente que ese nuevo intento será más costoso y mucho más riesgoso. Cuando los migrantes mexicanos empezaron a buscar otras rutas porque la frontera entre México y Estados Unidos comenzó a ser más vigilada, el número de migrantes fallecidos en su intento de cruzar se multiplicó por 10. ¿Qué de verdad ningún colaborador de AMLO o del canciller tiene estos datos?

La responsabilidad que tiene el gobierno mexicano al detener así a los migrantes es muy alta. Ya ni siquiera se recurre al discurso del respeto a los derechos humanos o a que se combaten las causas. Los únicos datos que se presentan son las detenciones de los migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos y quienes antes criticaban ferozmente estas estrategias, hoy, -subordinados al gobierno-, las justifican y aplauden.

Efectivamente, para los migrantes no hay otros datos ni otras realidades.

*Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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