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La controvertida vida del doctor Manuel Mireles, fundador de los grupos de autodefensa que combatieron a los Caballeros Templarios

Miembros de un grupo de autodefensas patrullan en un poblado de México.
Integrantes de la Autodefensa Ciudadana Tancítaro montan guardia en ese poblado michoacano para hacer frente al supuesto acoso de los Caballeros Templarios.
(Ulises Ruiz Basurto / EFE)
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Segunda parte

En la primera parte de este obituario, informamos que el fundador de los grupos de autodefensa, doctor José Manuel Mireles Valverde, había perdido su última batalla y que lo que nunca pudieron hacer los cárteles de las drogas, ni la prisión y mucho menos el gobierno mexicano, lo hizo el coronavirus. A causa del Covid-19, Mireles Valverde perdió la vida este miércoles, al filo de las 6:45 de la tarde, según informaron fuentes médicas del hospital de Alta Especialidad del ISSSTE, en la ciudad de Morelia, Michoacán.

El accidente

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En la tarde del sábado 4 de enero de 2014, de manera por demás extraña, bajo circunstancias no esclarecidas hasta el momento, la avioneta XB-MSA en donde viajaba el doctor Mireles sufrió un accidente. Aún se desconoce si la unidad descendió por alguna avería o si el accidente fue producto del aterrizaje que intentó hacer el piloto en una pista clandestina en la comunidad de El Chauz, en el municipio de La Huacana.

Tras el accidente murió Carlos Eduardo Farías, uno de los acompañantes de Mireles. Las otras cuatro personas que viajaban en la aeronave, incluido el propio Mireles, resultaron gravemente lesionadas. Entre los pasajeros estaba una jovencita de no más de 18 años de edad, Jennifer Contreras Ortega, quien resultó policontundida. Días después el líder de las autodefensas aseguraría que se trataba de su novia.

En la medida en que Mireles fue construyendo el movimiento armado de Michoacán se vio derrumbando su matrimonio. Ana Delia Valencia Cháves, tras 27 años de vida en común con el médico, decidió no seguirlo en esa nueva empresa. Mireles conoció a ‘La Niña’ –como él la llama-, y trató de iniciar una relación. Se enamoró. Él tiene 56 años de edad frente a los 18 de ella. No le preocupa mucho. En la familia de Jennifer Contreras Ortega ven con buenos ojos la relación.

Él se siente querido y apoyado por ‘La Niña’. De su esposa se separó desde diciembre de 2013, cuando oficializó su relación con Jennifer. Asegura que ya era imposible vivir con su esposa. Que le hacía “teatros” por teléfono mientras él estaba atrincherado, en medio de la refriega, combatiendo a los criminales. Tras los enfrentamiento en las localidades de Pareo y Zicuirán –asegura el propio Mireles-, luego de las balas de los criminales tuvo que encarar otra batalla igual de intensa: las discusiones de su mujer. Los celos. Su inconformidad por el movimiento. La situación lo siguió empujando a buscar la compañía de Jennifer.

En mayo de 2017, un juez mexicano concedió libertad bajo fianza
En mayo de 2017, un juez mexicano concedió libertad bajo fianza a José Manuel Mireles (d), uno de los líderes de los grupos de civiles que se levantaron en armas en el estado de Michoacán en 2013 para combatir al cártel de los Caballeros Templarios.
(EFE/ARCHIVO)

Tras el rompimiento con su esposa, estando en la toma de Zicuirán, lugar de donde es originaria Jennifer, el doctor Mireles decidió pedirle a ‘La Niña’ que se fuera a vivir con él. Ella aceptó. Los padres de ella aceptaron también y decidió hacer vida en común con la muchacha. Estaba a punto de salir del poblado de Zicuirán cuando fue citado por funcionarios del gobierno federal a una reunión urgente en la ciudad de Guadalajara, para analizar la forma en que el gobierno federal podría entrar a solucionar el conflicto armado que iba en aumento en Michoacán.

El líder de las autodefensas se dirigió a la cita en Guadalajara. Se reunió con los funcionarios de la secretaría de gobernación, en el que es el primer encuentro formal registrado entre autodefensas y gobierno federal. La reunión se llevó a cabo en un hotel de la ciudad de Guadalajara. Mireles acudió acompañado solo de sus escoltas personales. Tras el breve encuentro emprendió el retorno.

El plan de vuelo de la avioneta XB-MSA, pilotada por Carlos Eduardo Farías, consistía en volar desde el aeropuerto de Guadalajara con destino final a Tepalcatepec. A Mireles lo acompañaban sus escoltas Efraín Bañuelos Mendoza y José Alfredo Jiménez Alvarado. En el trayecto a Tepalcatepec, el doctor Mireles instruyó al piloto para que se desviara de su ruta original. Le pidió que se dirigiera hacia Zicuirán, municipio de la Huacana. La intención era llegar por Jennifer y seguir hacia Tepalcatepec, en donde habían acordado vivir juntos.

La avioneta de Mireles había despegado del aeropuerto de Guadalajara a las 18:30 horas del sábado 4 de enero de 2014. Apenas 64 minutos después la aeronave estaba aterrizando en una pista clandestina de la comunidad de Zicuirán. Mireles fue al encuentro de Jennifer. En la pista ya lo esperaba la muchacha en compañía de su madre y otros familiares. Sostuvieron una breve plática al pie de la avioneta. Mireles contaría después que en ese encuentro la madre de Jennifer no les quiso dar la bendición. Él se encogió de hombros y ayudo a ‘La Niña’ a abordar la aeronave.

Cuando la avioneta se disponía a levantar el vuelo, ya estaba cayendo la noche. La visibilidad era poca. Se presume que la falta de pericia del piloto, la falta de visibilidad y las malas condiciones del terreno hicieron que la aeronave se despistara. El accidente sobrevino cuando la avioneta alcanzaba los 98 kilómetros por hora. Los cinco ocupantes resultaron gravemente lesionados y fueron llevados al hospital general de la Huacana, de jurisdicción estatal.

A poco menos de 2 horas de su ingreso al hospital, Mireles fue tomado en custodia por el gobierno federal. Un helicóptero Black Hawk descendió a las 21:40 horas en las inmediaciones del hospital. Mireles fue sustraído en una camilla para ser trasladado a la ciudad de México. Por instrucciones del secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, un comando se hizo cargo del líder de las autodefensas. Inicialmente fue trasladado al hospital Star Medica de la ciudad de Morelia, de donde posteriormente fue llevado a un nosocomio de primer nivel en la ciudad de México.

Autoridades mexicanas ubicaron en el puerto de Manzanillo
Autoridades mexicanas ubicaron en el puerto de Manzanillo (Pacífico) un buque cargado con 68 mil 750 toneladas de hierro extraído de forma ilegal en el estado de Michoacán por el cártel de “Los Caballeros Templarios”.
(EFE)

En tanto Mireles fue sustraído del escenario, Michoacán continuó en estado de guerra. Los grupos de autodefensa sintieron la ausencia del fundador, pero en forma inmediata, con la intervención de la secretaría de gobernación, el Consejo de Autodefensas de Michoacán designó a Estanislao Beltrán Torres como el nuevo encargado de hablar a nombre de los grupos de autodefensa y coordinar sus acciones de combate contra el crimen organizado, mientras estaba de regreso Mireles, del que se dijo oficialmente que estaba en una clínica de la ciudad de México, recibiendo atención especialidad bajo el cuidado del gobierno federal.

Autodefensas sin Mireles

En la ausencia de Mireles los grupos de autodefensas siguieron avanzando. Estanislao Beltrán tomó exitosamente los municipios aledaños a la zona poniente del estado, casi en el límite con Jalisco. El grupo de civiles armados continuó creciendo. Ya eran más de 13 mil hombres armados. En aquellos días Estanislao Beltrán Torres, dijo que el avance continuaría hasta que las autodefensas estuvieran presentes en los 113 municipios de la entidad. La declaración fue provocativa para el gobierno estatal.

El avance de los grupos de autodefensa tuvo una virulenta reacción por parte de las células criminales. Se intensificaron las escaramuzas entre los bandos armados y arreció el clima de violencia. Las ejecuciones secuestros y desapariciones forzadas tuvieron su mayor pico estadístico en la primer quincena del mes de enero de 2014. El fin de semana más violento que se ha vivido en Michoacán y posiblemente en todo el país en los últimos 100 años, fue el del viernes 9 al domingo 11 de enero de 2014. Los medios locales cuantifican más de 67 ejecuciones, 18 desapariciones y 14 combates -con uso de granadas y morteros- entre autodefensas y células de los Caballeros Templarios. El gobierno estatal, como siempre, guardó silencio.

La reacción del gobierno federal se dejó sentir. El mediodía del lunes 13 de enero de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto decidió intervenir en Michoacán a fin de suplir al desarticulado gobierno estatal de Fausto Vallejo Figueroa. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el gobernador del estado firmaron el Acuerdo para el Apoyo Federal a la Seguridad de Michoacán. Fueron testigos de la firma del acuerdo, el entonces comisionado nacional de seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, Jesús Murillo Karam, procurador general de la República y Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Con el acuerdo para el apoyo federal al estado de Michoacán llegó a la entidad con plenos poderes Alfredo Castillo Cervantes, quien vendría a suplir la figura del enfermo gobernador Fausto Vallejo, el que no tuvo empacho en ceder el control de la administración estatal ante las acusaciones de las que venía siendo blanco por parte de los propios líderes de los grupos de autodefensa: uno de los hijos del gobernador estaba relacionado con Servando Gómez Martínez, el jefe visible del cártel de los Caballeros Templarios.

Antes del accidente, Mireles ya había soltado públicamente la versión de la colusión del secretario general de gobierno y luego gobernador interino de Michoacán, Jesús Reyna García, con el crimen organizado. El dicho de Mireles fue la base para que la PGR iniciara una investigación que finalmente culminaría con el encarcelamiento de Reyna García, acusado de delitos graves como delincuencia organizada con la finalidad de fomentar el narcotráfico. La acusación aún lo mantiene sujeto a proceso penal, recluido en una cárcel federal de máxima seguridad.

Tras la firma del Acuerdo para el Apoyo Federal a la Seguridad de Michoacán, el vocero de las autodefensas, en suplencia de Mireles, Estanislao Beltrán Torres insistió en que la presencia de los civiles armados continuaría en forma paulatina en todo el estado. Tras la declaración surgieron tres nuevos grupos de autodefensas en igual número de municipios.

Con el doctor Mireles aún convaleciendo de las lesiones sufridas tras el accidente en la avioneta, a fin de frenar el avance de los grupos de civiles armados, el gobierno federal –a través del comisionado Alfredo Castillo- propuso a los alzados en armas la firma de un acuerdo por medio del cual se les permitiría integrarse a la vida institucional.

El pacto inicial fue aceptado por los comandantes de las autodefensas de los municipios de Churumuco de Morelos, Nueva Italia de Ruiz, La Huacana, Parácuaro, Tancítaro, Coalcomán de Vázquez Pallares, Aquila y Coahuayana de Hidalgo. A menos de quince días de haber sido designado como comisionado del gobierno federal en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes se anotó la primera victoria para desmovilizar a los grupos de autodefensas.

El acuerdo firmado por la comandancia de Estanislao Beltrán ante la ausencia de José Mireles, aceptaba que los grupos de autodefensa se institucionalizaran al incorporarse a los cuerpos de Defensa Rural. Las autodefensas se obligaron a registrar las armas a cambio de aceptar apoyo oficial para su comunicación, traslado y operación. La desmovilización ya estaba avanzando. El comisionado seguía dando buenos resultados al presidente Peña Nieto, estaba superando la acción del secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.

La lucha en Los Pinos

Alfredo Castillo Cervantes, el enviado del presidente Enrique Peña Nieto, trasladó a Michoacán el pleito por el poder que se había desatado al interior de Los Pinos, entre el grupo Mexiquense y el grupo de Hidalgo, el primero encabezado por el Humberto Castillejos Cervantes, consejero jurídico del presidente Peña, y el segundo abanderado por Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam.

La pugna entre los grupos comenzó cuando Humberto Castillejos Cervantes pretendió arrebatar el control de la PGR a Jesús Murillo Karam, al asignar a su primo Alfredo Castillo Cervantes como titular de la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo. El procurador Murillo trató de minimizar la acción de Alfredo Castillo, pero desde la presidencia el poderoso asesor jurídico de Peña Nieto comenzó a ganarle la partida. El predominio de Castillejos se notó cuando Alfredo Castillo fue designado fiscal especial para investigar las explosiones en la Torre de Pemex, ocurridas el 31 de enero de 2013, en donde el saldo fue de 37 personas muertas y 126 lesionados. En esa ocasión Castillo Cervantes desplazó la funcionalidad del procurador de la república y del propio secretario de gobernación.

En Michoacán no fue la excepción. Tras su designación como enviado personal del presidente, Castillo Cervantes no solo asumió el control del gobierno estatal, sino que también limitó la acción del secretario de gobernación, al hacerse del control de los grupos de autodefensa. El secretario de gobernación Osorio Chong mantenía el contacto con los rebeldes solo a través de Mireles, contacto que se rompió tras el accidente en la avioneta.

El éxito del comisionado Alfredo Castillo ante los ojos del presidente de la república se ha basado en la colocación estratégica de sus incondicionales en el mando del gobierno de Michoacán. Eso le ha dado poder de maniobra frente a la actuación del secretario de gobernación, cosa que muchos dudaban del que llegó a pacificar el estado luego de venir de una encomienda tan suave como la titularidad de la Procuraduría Federal del Consumidor.

A su llegada a Michoacán, Castillo Cervantes decidió hacerse del control de las dos áreas estratégicas de la administración estatal: Secretaría de Seguridad Pública y en la Procuraduría de Justicia del Estado. En la primera asignó al hombre de su confianza Carlos Hugo Castellano Becerra y en la segunda a su eterno colaborador Martín Godoy Castro. Los dos subordinados de Castillo han trabajado bajo sus órdenes en los últimos diez años. Se conocen y se han dado resultados.

Carlos Hugo Castellano Becerra antes de llegar a velar por la seguridad de los michoacanos, fue director general de asuntos jurídicos de la procuraduría de justicia en el estado de México -cuando el titular de la dependencia era el mismo Alfredo Castillo-después se incorporó a la Profeco en la dirección jurídica.

Martín Godoy Castro fue subprocurador de verificación en la Procuraduría Federal del Consumidor, cuando estuvo al frente el mismo Alfredo Castillo. Fue también su subalterno en la procuraduría de Justicia del estado de México, en donde se desempeñó como fiscal general en ciudad Nezahualcóyotl. Antes también estuvo en la PGR, como delegado de la dependencia en Sonora, en donde trabajo al lado de Adolfo Eloy Peralta, cuando este fue delegado de la AFI en ese mismo estado.

Alfredo Castillo tiene profunda ascendencia con la estructura de la PGR, es del grupo de Genaro García Luna, el que sigue controlando la dependencia. Eso le ha permitido -desde su posición de comisionado en Michoacán- filtrar información para allanarse el camino para eliminar mediáticamente a sus enemigos. Desde la PGR se filtraron los videos del líder de los templarios, Servando Gómez Martínez, con Jesús Reyna García. Desde la PGR procede también la fotografía de Rodrigo Vallejo –hijo del gobernador de Michoacán- con ‘La Tuta’. Desde la PGR se revivió el antecedente penal de Mireles.

El apoyo que la estructura de la PGR le brinda a Castillo Cervantes en Michoacán no es fortuito. El enviado del presidente Peña Nieto a solucionar el conflicto michoacano mantiene un pasado ligado al equipo de trabajo del ex secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, al que llegó por medio de Luis Cárdenas Palomino.

La relación de Luis Cárdenas Palomino con Alfredo Castillo Cervantes se deriva del matrimonio que Luis Cárdenas sostuvo con una hija del abogado Marcos Castillejos Escobar, padre del consejero jurídico de la presidencia Humberto Castillejos Cervantes y tío de Alfredo Castillo Cervantes. En 2002 Alfredo Castillo trabajó en la PGR a las órdenes de Luis Cárdenas, cuando este último se desempeñaba como director general de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigación (AFI), dependiente de la PGR.

Fuera del campo de trabajo la relación entre Cárdenas Palomino y Alfredo Castillo Cervantes se mantuvo por medio de Liliana Rosillo Herrera, hoy designada como sub procuradora de justicia para la zona de Zamora en Michoacán, quien antes ya había servido como fiscal de feminicidios en Tlalnepantla, estado de México, además de haber sido delegada de la PGR en Tlaxcala. En la Profeco Liliana Rosillo fue invitada por Alfredo Castillo para despachar como directora de gas de Profeco.

Antes de apuntarse para ser el pacificador de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes realizó el trabajo de investigación que llevó a la cárcel a la dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, esto apenas en el año 2012. Por eso se le reconoce el mérito de ser el hombre de confianza del presidente Enrique Peña Nieto, cargo que disputa con el propio secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Para pacificar a Michoacán, Alfredo Castillo también se cobijó con Bernardo Téllez Duarte quien se hace cargo de la Secretaría Técnica del Consejo Estatal de Seguridad. Téllez Duarte fue antes director de planeación en la Procuraduría de Justicia mexiquense. Director Administrativo de la Coordinación de Seguridad Pública del Estado de Sonora, Jefe del Área de Análisis de Riesgos de Mercado en la Unidad de Inversiones Financieras del Distrito Federal y director General de Información, Planeación, Programación y Evaluación de la Procuraduría de Justicia mexiquense.

Entre los funcionarios que llegaron con el comisionado para la paz en Michoacán, se encontraban Jaime Rodríguez Aguilar, designado sub procurador para Morelia, quien antes había estado al frente de la Fiscalía Regional de Tlalnepantla. Fue Delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en los estados de Veracruz, Nuevo León y Jalisco, con el apoyo de Genaro García Luna. También tuvo diversos cargos en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal y en la Subdirección Jurídica del Reclusorio Preventivo Varonil Sur, de la Ciudad de México.

Otro de los hombres de confianza de Alfredo Castillo es José Juan Monroy García, quién llega a Michoacán para hacerse cargo de la procuración de justicia en Lázaro Cárdenas. Monroy García ya había trabajado a las órdenes del comisionado como Fiscal Regional de Texcoco, fue Subdelegado en el Estado de México para la Procuraduría General de la República (PGR) con el aval de Luis Cárdenas Palomino.

Jesús Isaac Acevedo Román fue designado por el comisionado como subsecretario de prevención y reinserción social. Ya conoce bien a Alfredo Castillo, cuando trabajó como Fiscal Regional de Nezahualcóyotl, antes de ese cargo fue Fiscal Especial para el Transporte y la Fiscalía Regional de Cuautitlán Izcalli de la procuraduría de justicia mexiquense. Hizo carrera dentro de la SIEDO (Subprocuraduría en Investigación Especializada Contra la Delincuencia Organizada) en los gobiernos de Fox y Calderón, cuando los testigos protegidos encarcelaron a miles de personas.

También llegó Adolfo Eloy Peralta Mora, quien asume la subsecretaría de seguridad pública del gobierno de Michoacán. Una persona de la confianza del comisionado Alfredo Castillo desde que trabajó bajo sus órdenes como director de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de México. Fue también jefe regional de la AFI, en sonora, con el respaldo de Genero García Luna. Antes de llegar a Michoacán era coordinador regional de la Profeco en la zona centro.

Victorino Porcayo Domínguez, fue designado subprocurador de justicia en Apatzingán. Él había sido titular de la Fiscalía Regional de Atlacomulco, ha realizado su carrera en la PGJEM desde 1996, y por méritos propios ascendió a Agente del Ministerio Público y Subdirector de Investigaciones de la Fiscalía para Asuntos Especiales.

El enviado a la subprocuraduría de Zitácuaro, José Ramón Ávila Farca, se desempeñaba como Director General de Contratos de Adhesión, Registros y Autofinanciamientos de la Profeco en la gestión de Castillo Cervantes, pero antes había trabajado en la Procuraduría de justicia del estado de México, en donde se desempeñó como fiscal especial para delitos dolosos cometidos por cuerpos policiacos.

De la secretaría de gobernación, no hay un solo funcionario actuando en el equipo de trabajo del comisionado para la pacificación de Michoacán. Eso es lo que hace que ante los ojos del presidente Peña Nieto, el autor del proceso de paz en Michoacán sea Alfredo Castillo. Osorio Chong, en contraparte, se ha valido de la rebeldía del doctor José Manuel Mireles para contradecir -en el cuarto de guerra del presidente- los avances de paz presentados por los primos Castillejos y Castillo.

Desde un principio, buscaron anularlo

Desde que Mireles no atendió las instrucciones de Alfredo Castillo, se le buscó anular de su liderazgo el frente de los grupos de autodefensa, el 16 de enero de 2014 se filtró el expediente judicial II-233/988 del líder de las autodefensas. Se difundió que el 8 de noviembre de 1988 Mireles Valverde fue detenido en Tepalcatepec por elementos de la desaparecida Policía Judicial Federal (PJF) en posesión de 86 kilos de marihuana.

Tras el accidente aéreo que sufrió el pasado 4 de enero de 2014, luego de recibir el apoyo de la federación para ser atendido medicamente y custodiado en su convalecencia, surgió una versión, también salida desde la PGR y avalada por algunos excompañeros autodefensas de Mireles, que indicaban que el líder de las autodefensas había perdido la cordura. Sin mayor recato se le acusó de loco y de le destituyó de la vocería de las autodefensas.

El 8 de mayo de 2014, tras la difusión de un video en donde Mireles pide un diálogo directo con el presidente de la república para hablar de la seguridad de Michoacán, el doctor fue destituido por segunda ocasión de la dirigencia del Consejo de Autodefensas de Michoacán. Fue el hoy comandante de la Fuerza Rural Estatal, Estanislao Beltrán Torres quien hizo formal la destitución del fundador del movimiento.

El 9 de mayo de ese mismo año, un día antes de cumplirse el plazo para el desarme anunciado por la federación, el mismo que fue calificado por José Manuel Mireles como una farsa, el comisionado federal anunció que se estaba haciendo una investigación sobre el líder de las autodefensas, por su presunta responsabilidad en cinco homicidios. Alfredo Castillo aseguró que había fotografías de Mireles posando en actitud de triunfo con uno de los cadáveres. No se pudo demostrar nada, salvo la confrontación abierta ente Castillo y Mireles.

Fuera de la Jugada

Con Mireles lejos de Michoacán, recuperándose de las lesiones dejadas por el accidente, las maniobras de los grupos que disputan el poder al interior de Los Pinos lograron dividir a los grupos de autodefensa. Los que antes fueron sus aliados, de la noche a mañana, le dieron la espalda al fundador del movimiento armado. Los desconocieron como representante de las autodefensas. Apenas apareció Mireles, en video, desconociendo el acuerdo para dejar las armas, fue sacado oficialmente del Consejo de Autodefensas de Michoacán. El gobierno federal, por insistencia de Alfredo Castillo solo aceptó la interlocución oficial con Estanislao Beltrán Torres, Hipólito Mora Chávez, Alberto Gutiérrez y Luis Antonio Torres. Con ellos se sostuvieron los acuerdos para desmovilizar a los grupos de civiles armados.

El rompimiento formal entre Estanislao Beltrán y el doctor Mireles, fue a causa de la matanza de Acalpica, en el municipio de Lázaro Cárdenas, ocurrida el 27 de abril de 2014, cuya autoría fue imputada en forma inicial por el comisionado Alfredo Castillo al propio doctor Mireles. En la escaramuza murieron cinco personas a manos de un grupo de autodefensas. El grupo de autodefensas acribillado obedecía a las órdenes de Estanislao Beltrán Torres. El grupo de autodefensas atacante era leal al doctor Mireles.

Beltrán Torres había ordenado a los autodefensas de Acalpica, que se apostaran en la carretera a Lázaro Cárdenas. Todos estaban desarmados, portaban solo palos y machetes. Estaban a la espera de avanzar hacia el puerto de Lázaro Cárdenas para combatir a las células criminales que desde allí operaban. En la mañana del 27 de abril arribó un grupo de autodefensas leales a Mireles, acompañados por fuerzas federales, que atacó a los hombres atrincherados. El saldo fue de 5 muertos, entre ellos un niño de 13 años.

La matanza fue reclamada por Estanislao Beltrán Torres al doctor Mireles. Estanislao Beltrán consiguió armar al grupo de Acalpica y fueron en busca de los autodefensas que habían matado a cinco de sus compañeros. El incidente fue utilizado por funcionarios del gobierno federal para amenazar a Mireles a fin de que aceptara el desarme. En tanto, el grupo de autodefensas declaró a Mireles totalmente fuera del movimiento armado de Michoacán. Mireles comenzó a acusar a los seguidores de Estanislao Beltrán –que mantienen diálogo directo con el comisionado Alfredo Castillo Cervantes- de ser parte del cártel que inicialmente combatieron.

A partir de ese momento, el doctor José Manuel Mireles Valverde comenzó a ser incómodo para la representación del presidente Peña Nieto en Michoacán. La incomodidad aumentó cuando anunció su intención de crear el Consejo Nacional de Autodefensas y amenazó con tomar el puerto de Lázaro Cárdenas así como la capital del estado de Michoacán, en donde asegura que se mantienen activas células del crimen organizado.

La orden de su aprehensión llegó desde Los Pinos, sin pasar por la Secretaría de Gobernación. Mireles fue detenido junto con otros 83 hombres armados, fue sometido a proceso penal por delitos graves y se encuentra en una cárcel federal de máxima seguridad, de donde su defensa, a cargo de Talía Vásquez Alatorre, intenta sacarlo, a fin de recibir la oferta de organizaciones civiles y al menos un partido político para hacerlo candidato a gobernador en las elecciones de julio de 2015.

Apenas se dio la detención de su líder, los grupos de autodefensas de 16 municipios, entre ellos Aquila, Coahuayana, Chinicuila, Coalcomán, Peribán, Aguililla, Tancítaro, Tepalcatepec, Los Reyes, Zamora, Zináparo y la comunidad de Caleta de Campos en el puerto Lázaro Cárdenas, comenzaron a realizar reuniones para su movilización, no están dispuestos a sepultar el movimiento.

Ahora, la detención del líder de las autodefensas ha generado un nuevo escenario en Michoacán, debido a la movilización de miles de hombres armados fieles a Mireles, los que se mantienen activos en diversos municipios. En contra respuesta el gobierno federal lanzó un operativo para detener a todos los civiles armados que se movilicen.

La versión oficial de la captura, emitida por el comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes, indica que la detención de Mireles obedece a que infringió la ley. Mireles –dijo- pretendía formar un nuevo grupo armado en la zona de Lázaro Cárdenas, en desacato a los acuerdos del 14 de abril de 2014, cuando todos los líderes de grupos de autodefensa acordaron dejar las armas y no movilizarse.

El discurso bravo

Fue su discurso abierto y directo contra el gobierno federal y estatal lo que finalmente terminó por oficializar el choque del líder de las autodefensas con el comisionado para la seguridad de Michoacán. Mireles no desaprovechó foro para señalar la corrupción de las autoridades encargadas de combatir al crimen organizado en Michoacán. Fue el primero en señalar los nexos del gobierno de Michoacán con el cártel de los Caballeros Templarios. Sus declaraciones hicieron que hoy un gobernador interino se encuentre preso y un gobernador constitucional haya solicitado licencia para separarse del cargo.

Mireles ha hablado fuerte también en contra del propio comisionado federal Alfredo Castillo, lo ha acusado de dar empoderamiento a los integrantes del crimen organizado. La Fuerza Rural Estatal creada por el gobierno federal con exautodefensas, ha sido señalada por Mireles de ser el refugio de exmiembros del cártel de los templarios. Ha sido reiterativo al mencionar que las fuerzas federales que llegaron a la entidad, ingresaron para proteger al jefe del cártel de los templarios.

A 24 horas de que se registrara su detención, el doctor José Manuel Mireles había anunciado su intención de crear la Conferencia Nacional de Autodefensas en la comunidad de La Mira, en Lázaro Cárdenas, en donde había establecido su base de operación. La intención era convertir el movimiento armado local en una lucha nacional contra la inseguridad y el desgobierno que se siente en diversos puntos del país.

A su ingreso a la cárcel federal número 11, en Sonora, en donde Mireles fue clasificado como el preso número 5457, ya fue designado como un reo de altísima peligrosidad. Se le asignó al área de aislamiento en donde se le permite salir solo una hora al día para tomar el sol. Está incomunicado. Recibe cartas cada semana. Le permiten escribir desde su celda solo a familiares. Su correspondencia es vigilada. Una cámara lo vigila las 24 horas al día en el interior de su reducida celda, en donde espera que se desahogue su proceso por los delitos que le imputan. Para el gobierno federal Mireles cometió delitos graves como la portación de armas, pero los miles de seguidores aseguran que cometió un delito aún más penado en México: ser rebelde.

Desde entonces, y hasta hoy día de su muerte, Mireles escribió un libro: “Todos Somos Autodefensas” (Grijalbo 2017), buscó ser candidato a gobernador de Michoacán en 2015, quiso ser diputado federal en 2018, se incorporó al servicio público del gobierno federal en 2019, se casó en segundas nupcias en 2019, y ahora solo forma parte de las estadísticas funestas que en México siguen al alza ante el avance de la pandemia de Covid-19, que se manifiesta incontenible.

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