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OPINIÓN: Los indocumentados no votan

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Hace unos días en un mensaje por Twitter, el presidente Donald Trump sugirió que las elecciones presidenciales en Estados Unidos, programadas para el próximo 3 de noviembre deberían posponerse.

El argumento central del presidente es que en las condiciones actuales los resultados electorales no serán confiables. Su razonamiento tiene varios elementos, esencialmente sigue la lógica de que habría más participación por correo, que no es confiable y en la que pueden participar no ciudadanos y particularmente inmigrantes indocumentados.

El presidente Trump sabe perfectamente que no tiene facultades para decidir la fecha de la elección. Si las tuviera o creyera tenerlas, en vez de un mensaje vía Twitter hubiera emitido un decreto, pero también sabe que ese tipo de mensajes alimentan a su base electoral claramente antiinmigrante y hacen camino para no reconocer un eventual resultado desfavorable.

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Nada apoya la idea de que los inmigrantes indocumentados participarían en un proceso electoral estadounidense. No existe ningún antecedente que permita siquiera plantear la hipótesis y sí muchos elementos que la contradicen.

En virtud del carácter no autorizado de los indocumentados, no hay registros ni estimaciones directas. En el mejor de los casos, se trata de aproximaciones según las cuales habría entre 10 y 12 millones en Estados Unidos. México ya no es el país de donde provienen la mayoría, pero sigue siendo por mucho el grupo que más contribuye a este número, con cerca de cinco millones de mexicanos. De ahí que la afirmación del presidente Trump está especialmente dirigida a ellos.

Por las crecientes dificultades de cruce de la frontera, entre otros muchos factores sólo el 20% de ellos tienen menos de 5 años en Estados Unidos. Es decir, si tuvieran una “cultura” de participación electoral no autorizada, no sería esta la primera elección involucrada y nada permite siquiera sospechar que participaron en las anteriores.

Votar por correo en Estados Unidos no es mandar una carta sin remitente diciendo “voto por…”. El procedimiento es mucho más complejo por lo que prácticamente ninguno estaría dispuesto a hacerse visible y arriesgar su estancia en EE.UU con la finalidad de incidir en una elección.

Para votar por correo, aunque las condiciones varían de estado a estado, hay que solicitar la boleta y estar registrado para votar y para ello hay que dar un domicilio, un correo electrónico y un número telefónico. Debe recibirse una boleta electoral y enviarla en tiempo y forma. ¿Cree usted que los indocumentados harían eso? El principio fundamental de su vida cotidiana es vivir de manera subrepticia, no hacerse visible. Por eso, muchos de ellos ni siquiera van al médico.

Aunque hay quien supone que en la próxima elección se relajará el trámite de solicitud de la boleta electoral para votar por correo, toda vez que en virtud de la crisis sanitaria, la boleta se enviaría sin solicitud previa, ese envío se haría únicamente a los votantes previamente registrados.

Adicionalmente, los indocumentados mexicanos no tienen la costumbre de participar en procesos electorales. Ni siquiera cuando de pleno derecho podrían hacerlo. En la pasada elección presidencial mexicana, a pesar de las cuentas alegres del Instituto Nacional Electoral y de una costosa campaña de credencialización en los consulados, equivalente al registro para votar, solamente se derivaron 98 mil votos.

No se sabe cuántos de estos votos eran de indocumentados en Estados Unidos, pero aún suponiendo que ese fuera el caso para todos los votos emitidos, estaríamos hablando de menos del 2% de participación en elecciones mexicanas, con pleno derecho para hacerlo y sin exponer su presencia en EE.UU ¿Cómo justifica el presidente Trump sus sospechas?

Lo que queda cada vez más claro es que los inmigrantes, particularmente los indocumentados y especialmente los mexicanos, serán uno de los grupos preferidos de ataque por parte del presidente Trump.

Muchos de ellos recordarán las palabras del presidente mexicano y se preguntarán ¿No que somos reconocidos y respetados por el presidente Trump?

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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