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OPINIÓN: El papel de México en la reforma migratoria de Biden

Poco menos de la mitad de esos11 millones de indocumentados son mexicanos
Poco menos de la mitad de los 11 millones de indocumentados en EE.UU son mexicanos, lo que los convierte en el grupo más grande y solo por eso ya cabe la pregunta de lo que México puede hacer por estos millones de mexicanos.
(Morena Perez Joachin/For the Times/Morena Perez Joachin/For the Times)
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La propuesta de Biden para regularizar a los cerca de 11 millones de indocumentados en Estados Unidos que recientemente fue presentada formalmente en el congreso estadounidense, es sin duda la mas completa e integral. Es tan buena que difícilmente será aprobada tal y como fue presentada. Demasiado buena para ser cierta.

No solamente regularizaría prácticamente a todos los indocumentados presentes en territorio estadounidense al 1 de enero de 2021 sino que establece un camino claro y relativamente corto para obtener la ciudadanía. Parece un sueño.

No será fácil que se apruebe en esos términos. Hay un porcentaje nada despreciable de estadounidenses y en consecuencia de su congreso, que están y estarán en contra de cualquier regularización de inmigrantes, independientemente de cualquier argumento. Nada convencerá a los fanáticos de Trump de las bondades y aportaciones económicas, sociales o culturales de los migrantes. Algunos estiman que hasta el 30% de los americanos estarían ciegamente en contra.

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Ciertamente, también hay otra parte de la sociedad estadounidense, no tan numerosa como la anterior, que ya está a favor y convencida de que lo que mas conviene a su país es regularizar a esos indocumentados.

El resto es el que debe considerarse como la población objetivo de la propuesta de Biden. Hay quien cree que es tan ambiciosa que los espantará. Los argumentos son los de siempre. Regularizar indocumentados atraerá nuevos inmigrantes sabedores que tarde o temprano serán “perdonados”.

Que los países de salida no hacen lo suficiente por retener y dar oportunidades a sus ciudadanos y que México no se hace cargo de lo que transita por su frontera. Y eso sin considerar los argumentos irracionales y falsos que manejan los que se oponen sistemáticamente a estas reformas como por ejemplo de que los inmigrantes incrementan la inseguridad y la delincuencia.

Poco menos de la mitad de esos indocumentados son mexicanos, lo que los convierte en el grupo más grande y solo por eso ya cabe la pregunta de lo que México puede hacer por estos millones de mexicanos.

Por supuesto una intervención directa o equivocada en un asunto que los estadounidenses consideran interno sería contraproducente, pero ser simples observadores de lo que afecta a millones de mexicanos allá y en consecuencia a sus familiares en México, es moralmente improcedente. México podría hacer mucho. Por ejemplo:

De entrada, bien haría AMLO en no seguir diciendo que en este tema Biden y Trump son iguales. No solo porque objetivamente no lo son, sino porque esas afirmaciones no contribuyen a una buena comunicación entre los gobiernos. Solo imaginemos lo que pasaría si Biden dijera que AMLO es igual a Peña Nieto o a Calderón.

El gobierno mexicano podría desplegar en sus consulados estrategias masivas de asesoría legal para conformar los expedientes que necesariamente tendrían que ser presentados bajo cualquier reforma migratoria. De particular importancia será demostrar que el inmigrante ha pagado impuestos y para ello asesorías fiscales en los consulados serán fundamentales.

El tiempo presente en Estados Unidos será un factor y una manera de comprobarlo sería la fecha de emisión de la matrícula consular que es un documento con altos estándares de seguridad. Nada de eso es nuevo, ya los consulados lo hacen, pero por limitaciones de recursos, que se restringieron aun mas en este gobierno, sus alcances son muy limitados y quedarán rezagados en un proceso de esta magnitud.

Adicionalmente, México tendría que demostrar que la regularización sería un proceso que contribuiría al desarrollo en México. No solamente por las remesas que mes con mes AMLO celebra y se adjudica sino con propuestas concretas que hagan intervenir a empresarios de ambos lados de la frontera que son altamente empleadores de mano de obra inmigrante e indocumentada.

Por último, habría que demostrar que México es capaz de gobernar su territorio, incluida la frontera y ordenar todos los procesos que ahí ocurren, en particular el tránsito de personas. Pero no con la guardia nacional solamente, tal y como instruyó Trump, sino con instituciones, de la mano de la sociedad civil, de los gobiernos locales.

No soy optimista, si irresponsablemente el gobierno mexicano dejó correr la pandemia renunciando a la mas elemental intervención, más allá de reportar fallecimientos, no creo que haga mucho por los mexicanos indocumentados en Estados Unidos. Son otros actores los que deben hacer algo y ésta es una buena oportunidad para demostrar que México no es solamente su gobierno.

* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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