El qué y porque desde Washington: El voto no ciudadano… ¿nos ayuda o nos perjudica?
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WASHINGTON.- — El jueves pasado el cabildo de la Ciudad de Nueva York, votó por 33 contra 14 votos para permitir que los más de 800 mil inmigrantes no ciudadanos naturalizados que viven en la ciudad voten en elecciones municipales.
Llame por teléfono al Dr. Sergio Santos médico general y erudito en mil cosas, que es el amigo más neoyorkino que tengo, para saber que pensaba de lo que la gente dentro y fuera de la ciudad califica como… “Una decisión histórica”. Sergio con un silbido agudo en el teléfono me dijo, “Carajo Armando, ¡no repitas que es histórico! en Nueva York”, dijo Sergio, “los no ciudadanos han votado varias veces, en la historia de la ciudad y lo han hecho por más de 200 años”
Eso comenzó por ahí de los 1700’s y tomó impulso después de la Guerra Civil, cuando la mayoría de los residentes adultos de la ciudad eran europeos recién llegados, de los países que más enviaron gente en la segunda mitad de los 1800’ s: Irlanda, Alemania, Italia y Noruega.
Además Nueva York permitió durante años, hasta el 2002, que los padres no ciudadanos votaran en las elecciones de las juntas escolares. La ciudad después abolió esas juntas de educación que estaban diseñadas para darle voz a los padres de los niños en las escuelas públicas.
Lo que hay que decir es que usted que nos lee, este de acuerdo o no con la decisión debe saber que esto, les dará a los inmigrantes no ciudadanos una influencia enorme sobre los funcionarios municipales, desde el alcalde, hasta los líderes de los 5 Boroughs (especie de condados) que forman a la gran manzana.
Y eso está bien me dijo mi entrañable amigo José Pertierra, un abogado de inmigración que ejerciendo su profesión en Washington, conoce como pocos, el complicado relajo migratorio con el que vivimos en Estados Unidos. Mira Armando me dijo José, la gente vive ahí y debe tener voz, no importa que se trate de la capital del mundo, la gente sufre las consecuencias de las acciones de los políticos y los politiqueros que influyen directamente con esas acciones.
Yo no lo veo así, me dijo Roland Roebuck, activista comunitario en la Capital del país y hombre afrolatino que piensa que lo peor sería que esto termine creando intereses, en los que la gente vote solo para quedar bien con los políticos locales, que a su vez podrían viciar el círculo, favoreciendo a los intereses de los inmigrantes que hagan más ruido.
Además Roland está anticipando una reacción negativa de las comunidades blanca y afroamericana… ya los oigo me dijo… gritando, “Say what - ¿que diablos ha hecho esta gente para hacerlos especiales?”
“Mi primera reacción”, me dijo mi amiga, Yanina Rivas, productora de televisión en Los Ángeles, “fue, no-no está bien”. “Claro”, me dijo, “que ya que ves que es solo para las elecciones locales pues ya lo tomas con más calma, pero, y los que han pasado por el tiempo y el costo y la angustia naturalizándose. También hay que pensar en eso.”
El problema es más grave me dijo desde Carolina del Norte mi buen amigo el periodista Rafael Prieto. “Mira aquí en Charlotte los Latinos naturalizados no votan. Hace algunos años hubo una contienda política entre un sheriff que como propuesta tenía usar la sección 287-G de la ley de inmigración para que la policía local llevará a cabo vigilancia migratoria. Y ni así, los latinos naturalizados salieron a votar en grandes números.
En Bladensburg Maryland la iglesia episcopal de mi amigo el padre Vidal Rivas ha hecho maravillas con los inmigrantes. En el 2008 el padre Vidal comenzó con una comunidad pequeña y hoy tiene seguidores por todo el estado. Quizás por eso él me dijo, “el poder votar nos da un valor adicional. No todos tienen la oportunidad de hacerse ciudadanos y eso no debe ser impedimento para que quienes hacen su casa en Nueva York tengan una voz que se reafirme con su voto”.
Francisco Moya, miembro del cabildo de Nueva York, ha tenido puestos locales en la ciudad y el estado y ha trabajado en Washington para miembros del congreso. Moya representa el distrito 21 con base en Queens y obviamente entendió que los inmigrantes querían tener una voz que se escuchara en la ciudad. El mismo empezó su carrera política organizando a vecinos que querían que sus demandas de mejora de vida no se las llevara el viento. El Concejal Moya tenía entonces solo 15 años.
Y no se vaya con la finta de que esto es solo un asunto latino. La concejal, Margaret Chin, se metió de lleno a pelear por el voto no ciudadano, porque esto les afecta también frontalmente a miles de inmigrantes de Asia, que tampoco habían sido motivados antes para elegir a quien toma las decisiones públicas que afectan sus vidas.
“Que irónico,” ha dicho el concejal, Ydanis Rodríguez, “que la ciudad de Nueva York permite ahora a los no ciudadanos votar en elecciones locales, cuando en tantos estados en la unión, están aprobando iniciativas diseñadas para evitar que los ciudadanos, los nacidos en Estados Unidos, vean su voto ser restringido solo por ser liberales o de distinto color de piel”.
Roberto y Carina son dos millennials, nacidos en California, que siendo hijos de familias inmigrantes, han crecido escuchando en las tertulias familiares tantas historias de la lucha diaria de los inmigrantes. Para ellos el peligro es que esto desvirtúe el enorme valor de quienes adoptan la ciudadanía de Estados Unidos, con el sueño de precisamente, un día poder votar.
Esto desalienta a quienes invierten tiempo, dinero y esfuerzo en naturalizarse.
En Nueva York hace semanas que se anticipa que el 9 de diciembre haría historia, en eso no se equivocaron. Tampoco se equivoca mucha gente que por todo el país está ya pegando el grito en el cielo. Seguro que esto llevará a demandas de que este voto de los no ciudadanos, aún cuando es solo para las elecciones locales en la ciudad de Nueva York, es inconstitucional.
Hay otro obstáculo que los promotores de esta idea van a tener que superar, un plazo de 30 días para que el alcalde decida si veta esta iniciativa. El alcalde, Bill de Blasio, ya indicó que no vetará el proyecto de ley, si este llega a su escritorio antes de que abandone el cargo.
El alcalde de Blasio, expresó la misma preocupación que Yanina, Roland, Robert y Carina… La forma en la que potencialmente desalienta esto a los inmigrantes a aspirar a la ciudadanía.
Un punto final, la ventana de 30 días que permite al alcalde decidir si vetar o no, se extenderá levemente para incluir a la nueva administración entrante de Eric Adams que tomará posesión el uno de enero. Si bien el nuevo alcalde, ya expresó su apoyo a otorgar derechos de voto a los no ciudadanos legales, también le preocupa que la ley no sea capaz por sus propios méritos de resistir los muchos desafíos legales que seguramente tendrá… y el enorme costo que la ciudad de Nueva York tendrá que enfrentar para la defensa en las cortes.
La primera elección local en que los no ciudadanos podrían votar no ocurrirá sino hasta mediados del 2023. Pensándolo bien, Carajo, esto ¡si es histórico!
* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.
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