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Cinco puntos a destacar del debate demócrata en Carolina del Sur

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¡Bueno, lo del martes fue valiente!

Carolina del Sur tiene una historia de políticos duros y debates escandalosos, y la discusión de dos horas del martes por la noche en Charleston, no fue la excepción.

Para los que no se llaman Michael R. Bloomberg o Bernie Sanders, el debate puede ser la última oportunidad para que los candidatos tomen algo de impulso antes de las primarias demócratas del sábado, que podrían reclamar varias bajas antes del bombardeo electoral del 3 de marzo, el Súper Martes.

Aquí hay cinco puntos a destacar:

Acoso a Sanders

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Hicieron falta dos victorias de Sanders y un empate virtual para que sus rivales lo admitieran, pero el martes por la noche no había ninguna duda: El senador de Vermont es el favorito para la nominación demócrata.

Con Sanders en la punta de la contienda, todos hicieron lo posible para hacerle tropezar.

La senadora de Minnesota, Amy Klobuchar, se burló de sus elevadas promesas: “Las matemáticas no cuadran”.

Pete Buttigieg comentó el apoyo de Sanders al proceso conocido como filibustero en el Senado, en el que los proyectos de ley necesitan 60 votos en lugar de una mayoría simple para ser aprobados. “¿Cómo vamos a hacer una revolución si ni siquiera apoyas un cambio de reglas?”, se mofó el exalcalde de South Bend, Indiana.

Joe Biden casi acusó a Sanders de tener sangre en sus manos por votos pasados en favor de la Asociación Nacional del Rifle (el exvicepresidente dijo erróneamente que las armas han matado a 150 millones de personas desde 2007, cuando Sanders votó para eximir de responsabilidad a los fabricantes de armas).

Sanders pareció molesto a veces, apenas suprimiendo un giro de ojos cuando su antigua aliada progresista Elizabeth Warren argumentó que ella sería una presidenta más efectiva.

Sin embargo, él se abstuvo en gran medida propinar ataques, recurriendo a sus temas básicos como Medicare para todos, y le dio una palmadita en la espalda a Biden diciendo que él también había emitido muchos votos “malos” durante sus décadas como senador de Delaware.

De hecho, fue el público el que golpeo a Sanders, cuando abuchearon su respuesta en la que hizo elogios a los programas de alfabetización de Cuba.

“¿En serio?”, gritó por encima de las burlas. “¿En serio?”

Bloomberg mejoró notablemente

La campaña presidencial de Bloomberg rebosa de superlativos: asombrosas sumas de dinero, una ventisca de publicidad, un ejército de personal.

Pero su ampliamente criticada actuación en el debate de la semana pasada en Las Vegas provocó descripciones menos grandiosas, lo que dejó al exalcalde de la ciudad de Nueva York sin ningún espacio a donde ir sino para arriba.

Hizo un chiste patético y obviamente ensayado, declarando su sorpresa de que otros subieran al escenario después de que él limpiara el suelo con ellos en Nevada. Fue altivo, dejando de lado a una persistente Warren y quejándose de ser interrumpido por los moderadores.

Casi les da una paliza a sus oponentes cuando habló de los millones que invirtió en las elecciones intermedias de 2018, diciendo, “todos los nuevos demócratas que llegaron y pusieron a Nancy Pelosi al mando y dieron al Congreso la capacidad de controlar a este presidente... yo los tengo”.

Pero lo principal de su actuación es que Bloomberg superó el bajo nivel que presentó en Nevada - probablemente ayudó el hecho de que Sanders recibiera tantas críticas - y presentó uno de los argumentos más convincentes que ha presentado para su candidatura. “Tengo la experiencia”, dijo. “Tengo los recursos y el historial”.

Biden también mejoró

Terminó cuarto en Iowa, quinto en New Hampshire y un lejano segundo en Nevada. Para alguien cuya candidatura se basa casi totalmente en la noción de la elegibilidad - es decir, la supuesta capacidad de ganar elecciones - eso no es mucho ganar.

Y eso explica por qué las primarias de Carolina del Sur significan el todo por el todo para Biden, ya que, si no gana el sábado, podría despedirse de la candidatura.

La urgencia se hizo evidente cuando él hizo su mejor actuación en el debate hasta la fecha.

En un tono agudo y repetitivo, le dio una paliza a Sanders por su relativamente escaso historial de logros en el Congreso y puso en apuros al multimillonario Tom Steyer, que también está tratando de sobrevivir en Carolina del Sur, citando su inversión en prisiones privadas que han abusado principalmente de las minorías.

Biden se dirigió a la cámara en tono de “voy a por ustedes”, dirigiéndose a la Asociación Nacional del Rifle. Y repetidamente se negó a que le hicieran callar cuando se le acabó el tiempo - “Hablaron de más y yo también voy a hablar” - un contraste con los anteriores debates en los que se sometía mansamente al guardián del reloj.

“¿Por qué voy a detenerme?”, dijo en un momento dado. “Si nadie lo hace”.

La sólida actuación del exvicepresidente en el debate antes de las asambleas electorales de Nevada probablemente le ayudó. Su intervención del martes por la noche probablemente no le hizo daño.

De cualquier manera, cuando le preguntaron si dejaría la carrera si no ganaba el sábado, Biden no cayó en la provocación.

“Ganaré en Carolina del Sur”, declaró. Punto.

Warren vs. Bloomberg, parte 2

A la senadora de Massachusetts le gusta mucho, mucho, atacar a Bloomberg.

Warren retomó su ataque que inicio en Las Vegas citando el trato a las mujeres que trabajaban para él, pidiendo una vez más a Bloomberg que emitiera un comunicado general para aquellas que firmaron acuerdos secretos por un supuesto comportamiento grosero.

Compartiendo su propia historia de haber sido discriminada como profesora cuando estaba embarazada, Warren redujo al exalcalde de la ciudad de Nueva York a una situación de escándalo. “Al menos no tuve un jefe que me dijera, ‘mátalo’, de la forma en que el alcalde Bloomberg supuestamente le dijo a una de sus empleadas embarazadas”, dijo.

Él negó categóricamente haber dicho eso.

Pero la estrategia perdió un poco de su fuerza, ya sin el factor sorpresa de su lado y amortiguada por los abucheos de la multitud a favor de Bloomberg.

“Con esta senadora”, dijo cortando a Warren, “nunca es suficiente”.

Los temas de Carolina del Sur

Cuando los candidatos se reunieron para un debate en la temporada de Navidad en Los Ángeles, los temas centrados en California no recibieron prácticamente ninguna mención. En Nevada fue igual.

El martes por la noche, no hubo ningún error en el escenario ya que los candidatos invocaron hitos locales y asuntos de interés particular de Carolina del Sur, como la justicia penal, la historia de los derechos civiles, de la mala suerte de su liderazgo y la disparidad racial en la mortalidad materna.

Criticando el historial de Sanders en armas, Biden mencionó el tiroteo masivo de 2015 en la Iglesia Emanuel AME. Al promocionar su trabajo junto con el presidente Obama, el exvicepresidente citó los 500 millones de dólares que la administración destinó a la economía local.

Steyer invocó el cruel legado de la esclavitud. Buttigieg habló de la supresión de los votantes negros. Klobuchar dijo que entendía por qué los afroamericanos eran escépticos ante las promesas políticas.

El enfoque no era una cuestión de cortesía, o de que los candidatos actuaran como invitados amables. Los votantes negros constituyen más del 60% del electorado primario previsto para el sábado, un contraste con el cuerpo político más atomizado de California y Nevada.

Eso no quiere decir que un solo argumento le quede bien a cada demócrata de Carolina del Sur. Pero la importancia de los votantes negros hace más fácil para los candidatos complacer - adaptar - sus mensajes a una audiencia crucial y fácilmente identificable.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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