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Una “sala de guerra” que arma a los votantes negros y latinos contra la desinformación

Umarah Mughnee, from left, Ashley Bryant and Aja Campbell of Win Black/Pa’lante.
Umarah Mughnee, desde la izquierda, Ashley Bryant y Aja Campbell de Win Black / Pa’lante.
(KIrk McKoy / Los Angeles Times)
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Cuando Internet se encendió el mes pasado con latinos prominentes que prometieron boicotear los frijoles pintos y el adobo y otros productos de la empresa Goya, después de que el director ejecutivo de la compañía elogiara generosamente al presidente Trump, rápidamente se desarrolló una reacción violenta en las redes sociales.

Las cuentas identificadas como pertenecientes a usuarios latinos de las redes sociales expresaron su indignación por el acoso y la explotación de personas de color de la “mafia” políticamente correcta.

En una ‘sala de guerra’ virtual en línea dirigida por un grupo llamado Win Black / Pa’lante, los activistas comenzaron a sospechar de inmediato.

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Una inspección minuciosa reveló que miles de publicaciones no provenían en absoluto de latinos descontentos, sino de bots.

Los activistas de Win Black / Pa’lante prepararon una contraofensiva, incluida una etiqueta de comida de Goya simulada que exponía “recetas” para desinformar y distorsionar hechos.

Los anuncios y la correspondiente campaña educativa destinada a armar a los votantes negros y latinos con herramientas para detectar y evitar la manipulación en línea se lanzaron al ciberespacio con la ayuda de una red de más de cinco docenas de grupos de defensa, algunos con seguidores masivos en las redes sociales.

Mientras un flagelo de hechos falsos, engaños virales y charlatanes de las redes sociales continúa afectando a la política estadounidense, una contrainsurgencia está probando todo un arsenal de herramientas para contraatacar.

“Esto no estaba sucediendo en 2016”, dijo Ashley Bryant, cofundadora de la campaña Win Black / Pa’lante, refiriéndose a la vigilancia intensiva y la respuesta contra la desinformación. “Ahora tenemos este pulso de análisis y orientación las 24 horas del día”.

Los votantes negros y latinos son un objetivo persistente y un foco principal de los esfuerzos de desinformación, ya sea por parte de provocadores locales o agentes extranjeros que se entrometen desde el exterior.

Una investigación del Comité de Inteligencia del Senado sobre la potente campaña de propaganda que la Agencia de Investigación de Internet patrocinada por Rusia, que se llevó a cabo durante la carrera presidencial de 2016 encontró que “ningún grupo de estadounidenses fue atacado tanto por agentes de información del IRA que los afroamericanos”.

Haciéndose pasar por activistas de Black Lives Matter y grupos afiliados, los agentes extranjeros buscaron explotar el descontento por la violencia policial y la desigualdad económica. La campaña orquestada tenía como objetivo alienar a los votantes negros del sistema político y, por lo tanto, suprimir el voto negro.

Los esfuerzos de supresión en línea han aumentado desde entonces, dicen los expertos, y están cada vez más dirigidos también a los latinos, a medida que se expande su poder para influir en las elecciones estadounidenses.

Mientras tanto, las principales plataformas de redes sociales y los académicos que las estudian están luchando por controlar en tiempo real las tácticas cada vez más sofisticadas de los propagandistas, que cambian constantemente, así como lo que podría funcionar para contrarrestarlas.

“Realmente no sabemos qué decirle a la gente sobre lo que es más efectivo”, dijo Kate Starbird, una académica experta en desinformación de la Universidad de Washington.

Los expertos debaten constantemente sobre qué es lo que funciona. Starbird señaló que existe un desacuerdo sobre en qué punto se debe enfrentar la desinformación y cuándo es mejor para los destinatarios no llamar la atención sobre ella. Eso abrió la puerta a una amplia gama de grupos para probar diferentes estrategias.

La estrategia de Win Black / Pa’lante es inundar el ciberespacio con su propia contraprogramación en un esfuerzo por vacunar a los votantes contra la desinformación viral. Su contenido ha alcanzado hasta ahora los 400 millones de visitas, según el seguimiento del propio grupo.

“Estas campañas de desinformación organizadas para evitar que votemos siguen el mismo camino que los temas electorales”, manifestó Andre Banks, el otro cofundador de Win Black / Pa’lante. “Son barreras artificiales destinadas a limitar nuestro poder político”, consideró. “Luchar contra esto es difícil. Pero es bastante fácil en comparación con perder nuestro poder político”.

El desafío es irritante. Denunciando la información errónea se corre el riesgo de amplificarla, por lo que las campañas del grupo a menudo evitan mencionar específicamente la propaganda contra la que están combatiendo.

Y no siempre está claro quién es el enemigo. Desarraigar la fuente de propaganda, ya sea una granja de trolls en Filipinas que utiliza cientos de alias o activistas locales que operan de manera libre, puede llevar días o semanas, tiempo que los organizadores no tienen.

Varios días a la semana, la ‘sala de guerra’ de la campaña de casi una docena de activistas se reúne en Zoom, donde revisan los datos más recientes sobre la desinformación que se está imponiendo y trazan estrategias para combatirla rápidamente.

En una sesión reciente que tuvo lugar poco después de que Kanye West anunciara que se postularía para presidente, los organizadores asumieron que él sería el punto focal de la tormenta de propaganda de ese día dirigida a los votantes negros.

En cambio, los informes posteriores mostraron que los seguidores de la teórica de la conspiración, Laura Loomer, que se postula para el Congreso como republicana en un distrito fuertemente demócrata en Florida, habían llegado a 10.8 millones de usuarios de Twitter con ataques dirigidos a alienar a los votantes de los movimientos políticos liderados por negros.

El grupo elaboró un plan para involucrar a grupos de defensa en Florida para contrarrestar esa narrativa con mensajes en las redes sociales que enfatizaban los avances que los líderes negros han logrado para los votantes y el amplio apoyo público a movimientos como Black Lives Matter.

Si bien los donantes del Partido Demócrata y los grupos progresistas han invertido mucho en rastrear y enfrentar la desinformación durante este ciclo político, Banks dijo que le preocupaba que gran parte de la atención se centrara en ganarse a los “votantes indecisos en el campo de batalla de los estados en disputa”.

“Queríamos asegurarnos de que la nueva investigación y tecnología se movilizara para los votantes negros y latinx que a menudo son olvidados y excluidos de la conversación hasta el último minuto”, expuso.

El esfuerzo complementa el de organizaciones de defensa más grandes como Color of Change, que está utilizando su comité de acción política para involucrar a 9 millones de miembros en línea y responder a la propaganda.

La efectividad de toda esta movilización puede no estar clara hasta mucho después del día de las elecciones.

“Las herramientas que se utilizan están diseñadas en torno a lo que sabemos que existe”, dijo Starbird. “Pero los actores de la desinformación están innovando. Y esas herramientas creadas en respuesta al último ciclo de campaña pueden no tener en cuenta completamente lo que está sucediendo en este momento”.

En el trasfondo de toda esta experimentación hay una campaña pública para presionar a las grandes plataformas de redes sociales. Incluso después de que Facebook y Twitter hayan intensificado recientemente su intervención contra la desinformación, purgando a los abusadores de sus políticas y señalando incluso algunas de las publicaciones del presidente Trump por afirmaciones falsas e incitación a la violencia, la falta de regulación y transparencia permite que prospere la propaganda.

“Gran parte de la responsabilidad recae sobre los hombros de las empresas”, dijo Samuel C. Woolley, director de proyectos de investigación de propaganda en el Center for Media Engagement de la Universidad de Texas.

“Sin la aceptación y la cooperación de las empresas de medios sociales, es realmente difícil detectar de manera integral las campañas de propaganda en línea”, aseguró. “La naturaleza patentada de sus algoritmos sobre cómo se propagan los datos hace que sea complicado ser tan efectivos como nos gustaría”.

Las grandes plataformas sociales han tomado algunas medidas: esta semana, por ejemplo, Facebook dijo que había cerrado decenas de cuentas conectadas con una granja de trolls en Rumania que se hacían pasar por seguidores negros del presidente Trump.

Mientras grupos como Win Black / Pa’lante hacen el trabajo granular de tratar de hacer coincidir la propaganda más prolífica con contramensajes, otras organizaciones, incluida Color of Change y una organización sin fines de lucro lanzada por algunos activistas demócratas veteranos llamada Accountable Tech, están aumentando sus campañas para forzar más acciones por parte de las plataformas.

La mayoría de estas corporaciones están muy por detrás de donde deberían estar”, dijo Arisha Hatch, vicepresidente de Color of Change. “Existe mucho miedo real sobre las implicaciones de no controlar este tipo de comportamiento”.

De vuelta en las trincheras de Win Black / Pa’lante, hay esperanzas de que esos esfuerzos tengan éxito, pero los activistas no cuentan con eso. Están tratando de manipular los algoritmos en tiempo real, con el objetivo de usar sus propios mensajes para ahogar el contenido que amenaza con suprimir el voto.

“Estamos construyendo una cámara de resonancia de socios negros y latinos”, dijo Banks. “No se trata solo de responder ojo por ojo. Se trata de inundar el algoritmo e impulsar la conversación”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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