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¿Es esta la nueva casa de Meghan y Harry? Según fuentes inmobiliarias, la pareja adquirió una finca en Montecito por $14.65 millones

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Meghan y Harry se mudaron sigilosamente a la costa después de adquirir una casa en el área de Santa Bárbara, indicaron fuentes a The Times.

El príncipe Harry y Meghan Markle compraron una casa en el centro de Montecito, según personas familiarizadas con el asunto, que no estaban autorizadas a hablar en público del tema.

Los tabloides informaron por primera vez que el duque y la duquesa de Sussex se estaban mudando a la exclusiva comunidad costera -llena de celebridades- ubicada entre el Océano Pacífico y las montañas de Santa Ynez, pero ofrecieron pocos detalles.

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Agentes inmobiliarios del área apuntan a una propiedad de $14.65 millones, que cerró en una venta por fuera del mercado, en junio pasado. Los registros de impuestos a la propiedad, de siete acres de extensión, que se cotizó el año pasado por $34 millones, coinciden con las compañías de responsabilidad limitada creadas previamente por la duquesa de Sussex, según los registros obtenidos por The Times.

Construida en 2003, la extensa finca está cercada y cerrada con portones desde la calle; se accede a ella por un camino sinuoso, pavimentado con piedra de origen local cortada a mano. Más allá de la entrada cubierta de enredaderas hay una sala de estar con techo artesonado, una sala de billar/juegos, un cine en casa, instalaciones de spa, un ascensor y un gimnasio.

Hay nueve habitaciones en la casa principal, de aproximadamente 14.500 pies cuadrados. Una casa de huéspedes, de dos dormitorios; una casa de té, una cancha de tenis, una piscina y un gimnasio abierto personalizado se encuentran entre las comodidades del lugar.

La parte vendedora fue una sociedad de responsabilidad limitada vinculada al inversor ruso Sergey Grishin, según muestran los registros. Grishin es el antiguo propietario de otra mansión de Montecito, la denominada finca Scarface.

El traslado concluye una larga saga para la pareja, que comenzó en enero pasado, cuando anunciaron que “darían un paso atrás como miembros ‘clave’ de la familia real y serían financieramente independientes”.

Prometiendo dividir el tiempo entre Gran Bretaña y América del Norte, citaron la necesidad de espacio para criar a su hijo Archie, que nació en mayo de 2019, como la razón principal de la muy analizada medida.

El matrimonio pasó los primeros meses del año en la isla de Vancouver, Canadá, supuestamente viviendo en una mansión de inspiración francesa con un valor aproximado de $14 millones, pero con planes de mudarse eventualmente a Los Ángeles. El brote de coronavirus aceleró esa intención y, en marzo, se mudaron temporalmente a la casa de Tyler Perry, en Beverly Hills, para ponerse en cuarentena.

Con 22 acres en Beverly Ridge Estates, la espectacular finca de estilo toscano tiene ocho dormitorios y 12 baños, un poco más grande que el nuevo lugar de la pareja en Montecito.

Sin embargo, el retiro no les brindó la privacidad que esperaban. En julio, Harry y Meghan presentaron una demanda por acoso en el Tribunal Superior del condado de Los Ángeles, alegando que paparazzis no identificados hacían volar drones por encima de ellos y cavaban agujeros en la cerca para fotografiar a su familia.

En comparación con Los Ángeles, una ciudad densamente poblada, Montecito y las comunidades vecinas de Santa Bárbara y Hope Ranch han servido durante mucho tiempo como un refugio tranquilo, pintoresco y amplio para aquellos que pueden pagarlo.

Sin embargo, la privacidad tiene su precio. Zillow calcula que el valor medio de una vivienda en Montecito es de $3.2 millones, más del cuádruple del valor medio de una vivienda en Los Ángeles, de $752.000.

A lo largo de los años, los residentes famosos en el área han incluido a un miembro de los Beach Boys, Mike Love; a la estrella de “The Sopranos” Michael Imperioli, y al actor Rob Lowe, quien puso su propiedad de 3.4 acres en Montecito en el mercado por $47 millones en 2018. Jeff Bridges vendió su finca de viñedos allí por $15.9 millones en 2017, y este verano, Ellen DeGeneres vendió una casa de estilo Tudor inglés a la estrella del pop Ariana Grande por $6.75 millones.

Oprah es quizá la propietaria más famosa de la zona. Invirtió $50 millones en una extensión de 42 acres conocida como “Promised Land” (tierra prometida) en 2001, y desde entonces ha adquirido propiedades en toda la comunidad, incluida una granja de caballos cercana que compró en una subasta por $28.95 millones en 2015.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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