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Perdió su trabajo. Está en la ruina. Aquí tiene un plan de acción de 12 pasos para salvarse

Illustration of a storm cloud
¿Perdió su trabajo? No entre en pánico, tome medidas en su lugar.
(Ross May / Los Angeles Times)
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Si esto fuera la televisión, la hora sería alrededor de las 10 de la mañana, y estaría sentado en un bar oscuro, mirando su tercer o cuarto whisky, preguntándose cómo ir a casa y decirle a su cónyuge que ha perdido su trabajo.

Un poco cliché quizá, pero mucho más plausible que la realidad de 2020, el año que comenzó con tal promesa financiera y luego se convirtió, todavía se está convirtiendo, en escenarios tan extraños que apenas reaccionamos a ellos. ¿Una pandemia mortal de coronavirus? ¿Estanterías de supermercados vacías de productos de limpieza, comida y papel higiénico? Órdenes de permanecer en casa. Uso de mascarillas, no, luego siempre sí. Bares, restaurantes, gimnasios, salones de belleza cerrados. Un respiro colectivo, luego restricciones relajadas. Una nueva oleada de infecciones y presione repetición.

Corrección:

5:12 a.m. agto. 26, 2020An earlier version of this story said Erin Nelsen is a fee-only certified planner and partner with Asset Planners in Cypress. She is with Asset Planning Inc.

“Este era el año en que iba a conseguir ese aumento”, pensó. Ahora es “Me están despidiendo”.

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En este momento tiene una hipoteca o un alquiler pendiente, un pago de automóvil, tal vez varios hijos... y casi nada en ahorros.

¿Qué hace ahora?

Primero, no entre en pánico. Ese es el consejo inicial de los asesores financieros Erin Nelsen, planificadora certificada de solo pago y socia de Asset Planning en Cypress; Chris Browning, un analista financiero que creó y presenta los podcasts “Popcorn Finance” y “This Is Awkward” (“Donde hablamos de finanzas en el tiempo que se tarda en hacer una bolsa de palomitas de maíz”) y Louis Barajas, un planificador financiero certificado basado en honorarios de MGO Wealth Advisors en Irvine y autor de varios libros, entre ellos “My Street Money”, “Overworked, Overwhelmed & Underpaid” y “Small Business, Big Life”.

Muchas personas que comenzaron el año con un empleo estable y aparentemente sólido ahora están sin trabajo debido al coronavirus. La tasa de desempleo del 4% que parecía tan optimista en enero ahora es del 11% a nivel nacional y casi del 15% en California, según la Oficina de Estadísticas Laborales, por lo que ciertamente no está solo.

Le pedimos consejo a Nelsen, Browning y Barajas sobre lo que la gente debería hacer después de perder su trabajo. Los tres estuvieron de acuerdo en que el primer paso (aparte de evitar el whisky a las 10 a.m.) es mantenerse alejado del sentimiento de culpa, especialmente de la autoculpa.

“Tiene un enorme costo mental; el hecho de que pase por esta enorme interrupción financiera en su vida sin que usted tenga la culpa”, dijo Browning. “Dese un poco de gracia y un descanso, porque en muchas de estas situaciones no hay nada que pudiera haber hecho para que las cosas fueran diferentes”.

Browning dijo que probó el veneno de la autoculpa después de que él y su esposa pusieron $27.000 en sus tarjetas de crédito los primeros años de su matrimonio, más de la mitad de sus ingresos familiares. “Realmente me castigué a mí mismo por eso”, dijo. “Fui a la escuela para esto, debí haberlo planeado... pensé en ello todo el tiempo, incluso en el trabajo. ¿Cómo pude dejar que las cosas se pusieran tan mal?”

Él y su esposa hicieron un presupuesto, varios, en realidad, y finalmente pagaron la deuda en 2 años y medio, pero el remedio comenzó hablándolo, señaló, con su esposa y un amigo cercano, que escuchó sin juzgar. “Quieres a alguien que pueda ser amable contigo en sus respuestas, no alguien que te dé una paliza”, dijo Browning.

Y si tiene el honor de ser elegido como el oyente designado para un amigo y familiar desempleado, Browning indicó que es importante recordar que su función es escuchar como apoyo. “Evite interrogarlos con preguntas como ‘¿Qué sucedió?’ o, lo que diría mamá: ‘¿Dijiste algo grosero en una reunión?’”

Los mayores errores con el dinero se cometen por miedo o por codicia, dijo Barajas. “No quiere entrar en pánico o asustarse; es entonces cuando el viejo cerebro reptil entra en acción con reacciones financieras precipitadas. Quiere ser proactivo y estar preparado”.

En otras palabras, no sature sus tarjetas de crédito mientras finge que todo va a estar bien. No hay vergüenza en ello, comentó Browning. Todos estamos en el mismo barco de la incertidumbre. “Esta situación no tiene precedentes, nadie estaba preparado para esto o ni siquiera lo habíamos experimentado en nuestras vidas”.

En lugar de sentirse por el piso o esconderse, ahora es el momento de profundizar en su situación financiera y hacer un plan, indicó Nelsen, quien tiene dos hijos en edad universitaria viviendo en casa porque ambos fueron despedidos de sus trabajos a tiempo parcial. Sus dos hijos eran elegibles para beneficios de desempleo y viven en casa gratis, pero a cambio, Nelsen dijo que insistió en que hicieran presupuestos y ahorraran todo el dinero que pudieran en caso de que siguieran sin empleo cuando se les acabaran los cheques de desempleo, lo que en California ocurre después de 26 semanas.

“Les pedí que hicieran un inventario de todos sus gastos y que fueran realmente sinceros sobre lo que es necesario y útil frente a los gastos discrecionales”, dijo Nelsen. “Con mis hijos, como con la mayoría de la gente, puede decir en su cabeza que algo es una ‘necesidad’ pero en realidad es sólo un ‘deseo’. No ‘necesitan’ tener su suscripción a Spotify para vivir”.

Los tres asesores recomendaron la aplicación presupuestaria gratuita Mint para ayudar a las personas a llevar un control de sus cuentas bancarias y sus gastos: “Lo último que desea hacer es incurrir en más gastos con una aplicación presupuestaria que cobra una tarifa mensual”, expuso Nelsen, pero, en realidad, el presupuesto se puede hacer con cualquier cosa con la que se sienta cómodo, como una hoja de cálculo de Excel o papel y lápiz. El truco consiste en seguir intentándolo hasta encontrar un sistema que funcione, sugirió Browning. Él y su esposa revisaron varios presupuestos antes de encontrar uno que funcionara.

El método que use no importa, dijeron los asesores. Lo importante es que tome medidas ahora, antes de que sus acreedores comiencen a llamar y esté demasiado deprimido para levantarse de la cama. Tenga en cuenta también que algunas asociaciones de planificación financiera ofrecen sesiones de asesoramiento gratuitas, como los servicios de planificación financiera COVID-19 que ofrece la Asociación de Planificación Financiera o los servicios de asesoramiento financiero virtual de 45 minutos que ofrece la Asociación de Planificación Financiera del Condado de Orange.

Incluso si no ha perdido su trabajo, Browning dice que él se asegura de revisar todos sus gastos e ingresos cada año para hacer un presupuesto de emergencia básico, por si acaso. (Es el Episodio 193 del podcast de marzo). De esa manera, si ocurre un desastre, él ya sabe cuántos ingresos necesitará para cubrir lo básico y puede tomar medidas para obtener ingresos adicionales, aunque eso signifique entregar pizzas, para llenar los vacíos.

Aquí está por dónde empezar:

1. Haga una lista de TODOS sus gastos

Este es un primer paso crítico para comprender lo que tiene que gastar cada mes para mantenerse a flote y lo que puede dejar ir, al menos por ahora. Saque algunos estados de cuenta bancarios y de tarjetas de crédito y observe a dónde va su dinero cada mes. Es la diferencia entre gastos fijos y variables, dice Barajas. Es probable que el pago de su automóvil o hipoteca sea fijo a menos que pueda negociar algo con su prestamista, pero lo que gasta en comida cada mes es variable. Y asegúrese de comprobar las suscripciones en las tarjetas de crédito, como las membresías de gimnasio o esas pequeñas tarifas de Netflix o Hulu que pueden sumar cientos de dólares.

2. Busque factores que rompan el presupuesto

Las personas a menudo se olvidan de incluir los gastos que llegan solo una vez o dos al año, pero los verdaderos rompedores de presupuestos son aún más furtivos, expuso Nelsen, como los regalos que damos en los cumpleaños o durante los días festivos. Es importante reconocer esos gastos ahora y decidir cómo los afrontará. Si su presupuesto no le permite dar regalos, dígale a la gente que no va a dar ninguno este año o que hará los suyos propios, dijo. “La mayoría de las personas preferirían que no se endeude antes que recibir un regalo de navidad de su parte”.

3. No evite la palabra con P

Un presupuesto puede liberarlo porque le muestra cuánto dinero entra y a dónde tiene que ir cada mes. Si tiene muchos más gastos que ingresos, ahí es donde empieza a recortar. ¿Qué gastos se pueden reducir o eliminar? Cuando identifica los gastos básicos y aún tiene un déficit, eso le permitirá tomar decisiones informadas. ¿Puedo ahorrar dinero mudándome con un amigo o familiar? ¿Puedo negociar un pago de automóvil más barato o posponer los pagos de mi hipoteca? ¿Debería eliminar los cargos por uso de datos de mi teléfono y sólo depender del Wi-Fi? Estas preguntas pueden responderse mejor cuando se tiene una idea clara de la situación en la que se encuentra.

4. Empiece a hablar

Una vez que haya identificado los gastos de su hogar, es fundamental contar con su cónyuge o pareja para discutir cómo proceder. El presupuesto es una gran fuente de conflicto para las parejas, que a menudo no se ponen de acuerdo sobre qué gastos son discrecionales, dijeron los asesores, pero esas conversaciones son más fáciles cuando se tienen las cifras reales de gastos expuestas ante ustedes. Por eso es crítico mirar los estados de cuenta de las tarjetas de crédito y los bancos en lugar de adivinar que los gastos varios son de alrededor de $100 al mes y luego descubrir que en realidad están más cerca de los $500 y que se ha quedado sin dinero, dijo Nelsen. Si hay suficientes ingresos para permitir gastos discrecionales después de cubrir todos los gastos fijos (y ahorrar para emergencias), divida ese dinero equitativamente cada mes y deje que todas las partes lo gasten como quieran, sugirió Browning.

5. Obtenga una carta

Comuníquese con la oficina de recursos humanos de su antiguo empleador y solicite una carta de despido en la que se indique que no lo dejaron ir por causas o problemas de desempeño, indicó Nelsen. Luego pídale a su antiguo jefe o supervisor que le escriba una carta de recomendación y solicite a sus compañeros de trabajo que agreguen recomendaciones en su página de LinkedIn.

6. Haga la llamada

Ahora es el momento de informar a sus prestamistas sobre el cambio en sus ingresos debido a COVID-19 y ver si puede negociar un plan de pago más indulgente. “Si no puede hacer los pagos, no esconda la cabeza en la arena”, dijo Barajas. “Si puede negociar unos meses de pagos más bajos o no pagar, y el prestamista está de acuerdo, no debería afectar su puntaje crediticio. Pero no espere a que lo llamen”.

7. Otras fuentes de ingresos

Los tres asesores se estremecieron ante la idea de retirar dinero de los fondos de jubilación, pero dado que la Ley CARES elimina la penalización del 10% sobre los retiros anticipados de las cuentas IRA durante la pandemia, podría ser una consideración de último momento. “Probablemente sea mejor que acumular una enorme cuenta de tarjeta de crédito con un interés del 20% del que nunca saldrá y meterse en un agujero más profundo”, expuso Nelsen. Otra posibilidad es pedir prestado a su 401(k), dijo Browning. No todos los planes 401(k) permiten pedir prestado, pero si esa opción está disponible, es preferible a los retiros que agotan sus fondos de jubilación. Por ejemplo, apuntó, si tiene un pago de automóvil de $700 al mes que ya no puede pagar, y puede vender el auto por el dinero suficiente para saldar su préstamo, podría considerar pedir prestados $4.000 de su 401(k) para comprar un vehículo usado más barato. Sólo asegúrese de no terminar vendiendo su auto y seguir debiendo dinero en su préstamo.

8. ¿Qué hay de los préstamos de capital?

Si tiene algo de capital en su casa y estaba pensando en refinanciar antes del despido, probablemente sea demasiado tarde, a menos que su cónyuge o pareja pueda asumir los nuevos pagos con sus ingresos. Pero para las personas que están en medio de un refinanciamiento, o que piensan que un despido puede estar por llegar, un refinanciamiento con una línea de crédito hipotecaria (HELOC, por sus siglas en inglés) podría proporcionar algo de efectivo de emergencia si las cosas se ponen difíciles, comentó Barajas. “No tiene que pagarlo si no lo usa, pero está ahí por si acaso”.

9. ¿Qué hay del seguro médico?

La Ley Ómnibus Consolidada de Reconciliación Presupuestaria (COBRA, por sus siglas en inglés) permite a las personas mantener su seguro médico grupal después de perder su empleo, pero a un costo de hasta 102% de la prima. Es probable que sea más barato obtener una póliza de seguro de salud a través de Covered California, la agencia de seguros médicos del estado, que le ayuda a encontrar una cobertura que pueda pagar. Covered California es una buena opción si usted y su familia están sanos, dijo Nelsen, pero si los miembros de su familia requieren atención especializada, asegúrese de que su nueva póliza incluya los médicos y las instalaciones donde reciben tratamiento antes de cambiar de cobertura.

10. Revise sus opciones de ayuda

Ahora es el momento de investigar qué opciones hay disponibles para obtener ayuda. Eso incluye el desempleo, sí, pero si llama al 211 o visita el sitio web 211 de su condado, como 211LA.org, puede encontrar una amplia gama de ayuda disponible. Empiece a solicitar el desempleo inmediatamente y consulte las opciones de asistencia pública, vivienda y alimentos. (Los voluntarios también pueden encontrar oportunidades de ayuda a través de estas páginas). O tal vez sea hora de mudarse con familiares y amigos, y compartir los gastos allí. Esta situación no durará para siempre, señaló Barajas. “Probablemente empeore antes de mejorar, pero deberíamos tener una vacuna el año que viene, así que tenga cuidado de no tomar decisiones drásticas”.

11. Haga correr la voz

No sea tímido a la hora de compartir su situación y su búsqueda de empleo. Este es el momento de decirle a todos que está buscando trabajo, dicen los asesores. “Dígaselo a todos sus conocidos y publíquelo en todas sus redes sociales: Facebook, Nextdoor, lo que sea. Hágale saber a la gente a qué se dedica y qué tipo de trabajo busca”, dijo Nelsen, “porque nunca se sabe de dónde puede venir un empleo potencial”. Y si su trabajo estaba en una industria que ha sido devastada por los cierres provocados por COVID-19, tal vez sea tiempo de reconsiderar su carrera profesional, precisó Browning, y considerar qué otros trabajos caen dentro de su conjunto de habilidades.

12. Mientras tanto...

Si las cosas se ponen difíciles, tome cualquier empleo que pueda encontrar, con la siguiente condición: asegúrese de no salir peor al final con trabajos mal pagados que impongan todos los gastos al trabajador, dijo Nelsen. No quiere terminar trabajando gratis como repartidor porque sus gastos de conducción se llevan la mayor parte del dinero que ganó o los gastos de cuidado de sus hijos superan sus ganancias en un almacén. (Consulte los podcasts “Side Hustle” de Browning para obtener información sobre el trabajo en la economía colaborativa).

Pero sepa también que no hay vergüenza en aceptar un trabajo temporal fuera de su campo, dicen los asesores. “Mi orgullo no debería obstaculizar el sustento de mi familia”, dijo Barajas. “Obviamente va a buscar un empleo [similar al trabajo que perdió], pero mientras tanto tiene que hacer lo que tenga que hacer para salir adelante”.

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