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Columna de Adictos y adicciones: Extrañas adicciones

 Parents and family members who have formed
Aunque toda adicción a una sustancia, desarrolla una personalidad obsesiva compulsiva, no todos quienes padecen este trastorno son adictos a sustancias, sin embargo, a la larga puede tener los mismos efectos indeseables del consumo de drogas.
(Alejandro Tamayo/The San Diego Union-Tribune)
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Estimado lector, querida lectora, como tal vez usted sepa, toda adicción está considerada como un trastorno de la personalidad, la adicción a las drogas, por ejemplo, desarrolla en la mayoría de los casos, una dependencia física a la sustancia, además de un trastorno conocido como: trastorno obsesivo compulsivo.

Aunque toda adicción a una sustancia, desarrolla una personalidad obsesiva compulsiva, no todos quienes padecen este trastorno son adictos a sustancias, sin embargo, a la larga puede tener los mismos efectos indeseables del consumo de drogas.

La obsesión por la limpieza, es un buen ejemplo de este trastorno, caracterizado por ansiedad o aprensión, temor e inquietud. La enfermedad puede aparecer en la juventud y se manifiesta lentamente, aunque se dispara cuando hay altos niveles de estrés.

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Socialmente no es mal visto que una persona sea muy limpia y ordenada, pero cuando se padece la convulsión por la limpieza, la vida personal y familiar se puede volver intolerable y es necesario buscar ayuda.

La persona que se obsesiona por la limpieza y el orden, suele ocupar gran parte de sus pensamientos, en la necesidad de limpiarse a sí mismo o limpiar objetos, barrer, acomodar armarios y hacer limpieza general en la cocina, ordenando simétricamente los objetos, como clasificar por color la ropa o de mayor a menor. Cuando se padece el trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, se establecen rutinas concretas y se genera mucha ansiedad cuando no se pueden cumplir esas rutinas.

En el caso del trastorno obsesivo compulsivo, las rutinas de limpieza suelen ser tan solo un paliativo, que calma momentáneamente la ansiedad, por ello insistimos en que si la obsesión llega a trastornar la calidad de vida, es importante consultar con un especialista, entre más pronto, mejor.

Antonio ha consumido cristal los últimos cinco años, en el curso de su adicción ha desarrollado una obsesión por la limpieza, pasa horas limpiando y ordenando su habitación, se lava las manos cada quince o veinte minutos, y es se baña por lo menos tres veces al día.

Antony, como le dice su familia, nos explica que tiene pensamientos intrusivos, “Es como si hubiera alguien dentro de mi cabeza, si no me lavo las manos, empiezo a sentir mucha ansiedad, esa voz en mi cabeza me dice que estoy en peligro de enfermar y tengo que dejar todo lo que estoy haciendo para ir a lavarme las manos”.

A medida que ha aumentado el consumo de Antony, su obsesión por el orden se ha vuelto enfermizo y en últimas fechas ha desarrollado ciertos rituales supersticiosos, tales como tocar madera para prevenir algún acontecimiento catastrófico.

Antony vive en casa de sus padres, quienes impotentes ante su adicción y lo que ellos llaman manías, le han destinado una habitación de la vivienda, donde Antony pasa los días recluido, antes por el consumo de cristal y en últimas fechas por miedo a contagiarse; está de más decir que no trabaja, su actividad principal es la limpieza.

Su rutina incluye varias horas limpiado su habitación, durante gran parte del día sus pensamientos están relacionados con la limpieza o siente que Dios lo está castigando.

En el caso de Antony, las alarmas sonaron el día que sufrió una fuerte intoxicación, al pretender lavar el excusado con amoníaco y cloro. Gracias a una oportuna intervención el caso no pasó a mayores.

Actualmente Antony está bajo tratamiento, para él ya no es una opción dejar las drogas, ya que como le dijo su doctor, la metanfetamina solo agrava su problema, y a la larga el deterioro físico y mental lo puede dejar incapacitado.

El presente artículo pretende llamar la atención a un trastorno de la personalidad, que en el último año ha creado crisis debido al confinamiento y el miedo al contagio. Solamente un especialista puede dar un diagnóstico y es recomendable acudir por ayuda si la “adicción” a la limpieza ha rebasado aquello que consideramos una vida normal.

Agradezco a Antony y su familia, por haber conversado conmigo y permitirme publicar su caso.

Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.

cadepbc@gmail.com

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