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Las entidades de caridad reciben cada vez más donaciones en criptomonedas, ¿quién se beneficia?

The Bitcoin logo on the side of a tram in Hong Kong
Bitcoin, la criptomoneda más grande del mundo, alcanzó casi $69.000 por primera vez en su historia este mes. Arriba, un anuncio en un tranvía de Hong Kong.
(Kin Cheung / Associated Press)
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A medida que el valor de las criptomonedas más importantes retrocede y fluye, alcanzando niveles récord una semana antes de disminuir la siguiente, éstas se vuelven fuentes de ingresos cada vez más importantes para las organizaciones benéficas. Sin embargo, la cantidad de entidades que aceptan las monedas virtuales, conocidas por su volatilidad, sigue siendo limitada.

Bitcoin, la criptomoneda más grande del mundo, alcanzó casi los $69.000 por primera vez en su historia a principios de noviembre, repuntando después de hundirse por debajo de los $30.000 durante el verano pasado (boreal). El valor de Ethereum, la segunda mayor criptomoneda, también alcanzó un récord.

Ambas criptomonedas cayeron desde sus niveles récord después de ayudar a impulsar la capitalización de mercado general de las criptodivisas a más de $3 billones, según los precios de CoinGecko. Hasta el viernes, CoinMarketCap, otra medida popular, señaló la capitalización de mercado en $2.6 billones.

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En lo que va del año, Fidelity Charitable, el mayor donante del país, ha recibido más de $274 millones en contribuciones en criptomonedas, prácticamente cuadruplicando su récord anterior, de $69 millones en 2017, informó un portavoz de la compañía. Y la plataforma de donación de criptomonedas Engiven informó el mes pasado que aceptó la donación individual más grande de Bitcoin conocida hasta la fecha: un regalo en bitcoins de $10 millones a una organización religiosa no revelada.

Muchas grandes organizaciones benéficas y agencias de ayuda internacional, como la Cruz Roja Americana y Save the Children, han establecido mecanismos para aceptar criptomonedas o están utilizando plataformas que les ayudan a convertirlas en efectivo de inmediato. Pero las más pequeñas, que constituyen la gran mayoría de las entidades sin fines de lucro registradas en el país, están tratando de averiguar cómo aceptar estas monedas, o si tiene sentido hacerlo, explicó Rick Cohen, director de comunicaciones y operaciones en el Consejo Nacional de Organizaciones sin Fines de Lucro. “Para una gran cantidad de organizaciones esto es un poco aterrador, porque no es la contribución de dólares a lo que están acostumbradas”, comentó. “No es algo que sea gratis y fácil de configurar, y necesitan analizar si existe una demanda de sus donantes actuales para poder hacerlo”.

La organización humanitaria global Action Against Hunger comenzó a aceptar donaciones de criptomonedas el año pasado, después de que un grupo de donantes le solicitó que aceptaran los activos, reveló Aron Flasher, quien administra las asociaciones corporativas de la organización. Desde entonces, señaló, ha recaudado más de $1 millón de monedas virtuales. “Pudimos acercar nuestras causas a una cohorte muy diversa de partidarios a los que no estaríamos llegando de otra manera”, señaló. “Y hasta ahora, todas nuestras proyecciones muestran que [la tendencia] simplemente va a aumentar”.

Una encuesta del Pew Research Center publicada a principios de este mes indicó que el 16% de los estadounidenses han invertido, comercializado o usado criptomonedas de algún modo. Impulsadas por el interés de los milenios, las monedas digitales se han vuelto más comunes desde la creación de Bitcoin en 2009, pero para los escépticos su uso sigue siendo una moda pasajera.

Gary Gensler, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, afirmó el pasado mes de septiembre que los inversores carecían de suficiente protección en el mercado de las criptomonedas, al que llamó “plagado de fraudes, estafas y abusos” y lo comparó con el “Salvaje Oeste”. Los reguladores han notado que los activos digitales presentan más riesgos de lavado de dinero, financiamiento del terrorismo y otros delitos. Y algunos países ya dieron un paso al frente para prohibir las transacciones.

Las criptomonedas son atractivas como donación porque permiten a los donantes eludir el impuesto a las ganancias de capital, al cual estarían sujetos si convirtieran la moneda virtual en efectivo antes de regalarla. Ello además significa que se destinaría menos dinero a la organización benéfica seleccionada. Otro beneficio es una deducción del impuesto sobre la renta.

El ahorro de gravámenes, de acuerdo con el pequeño número de propietarios de criptomonedas que donaron algunas de sus propiedades a la caridad, fue el motor que los impulsó a regalar, informó Fidelity Charitable en octubre. Muchos de esos inversores también informaron dificultades para encontrar organizaciones que aceptaran las monedas virtuales, que podrían ser volátiles para las entidades benéficas.

Cuando el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, donó $1.000 millones en moneda Shiba Inu, conocida como un “meme” o moneda de broma, al Fondo de Alivio por el COVID de India, en mayo, la divulgación de la transferencia redujo el precio del activo en un 50%.

Dos meses después, Sandeep Nailwal, el fundador del grupo de asistencia, indicó que solo se habían utilizado $20 millones debido a las complejidades tanto para convertir la criptomoneda como para cumplir con las regulaciones gubernamentales en India con respecto a los activos (el valor de Shiba Inu subió desde entonces).

La volatilidad en el mundo de las criptomonedas es la razón por la cual algunas plataformas de donaciones y patrocinadores de fondos asesorados por donantes, como Fidelity Charitable, las convierten en efectivo de inmediato. Pat Duffy, cofundador de la popular plataforma de donación de criptomonedas The Giving Block, indicó que, aunque es inusual, algunas organizaciones sin fines de lucro que usan la plataforma eligen mantener los activos.

Fidelity coloca el dinero en efectivo de las criptomonedas en un fondo asesorado por donantes, que les permite a estos obtener deducciones de impuestos por adelantado antes de distribuir parte del dinero a una asociación benéfica en funcionamiento. “A veces, alguien dona criptomonedas, y si no las vendemos de inmediato estas podrían perder el 20% de su valor en un día”, comentó Tony Oommen, vicepresidente y consultor de planificación benéfica de Fidelity Charitable. “O podría ocurrir lo contrario”, agregó. “Pero no intentamos especular sobre eso”.

Los precios fluctuantes no son la única preocupación. La entidad de defensa ambiental Greenpeace dejó de aceptar bitcoins a principios de este año, alegando preocupaciones ambientales asociadas con la minería de la moneda digital. A pesar de este retroceso, James Lawrence, director ejecutivo de la plataforma de donaciones Engiven, cree que la mayoría de las organizaciones sin fines de lucro comenzarán a aceptar donaciones criptográficas en los próximos cinco años. “Según la mayoría de las estimaciones, hay solo unos pocos miles que aceptan cripto”, detalló. “Hay mucho espacio para el crecimiento”.

Pete Howson, profesor titular de la Universidad de Northumbria, en Inglaterra, que investiga las criptomonedas, considera que el uso de estas podría, en algunos casos, aumentar lo que él llama “filantropía de vigilancia”. Por ejemplo, GiveTrack, un sitio web de financiación colectiva de criptomonedas, usa tecnología blockchain, así como material de organizaciones benéficas para enviar informes a los donantes sobre cómo se utilizaron sus contribuciones criptográficas.

Para Connie Gallippi, fundadora y directora ejecutiva de The BitGive Foundation, que administra GiveTrack, el informe simplifica las transacciones registradas en el sistema blockchain y muestra a los donantes lo realizado gracias a sus contribuciones. El informe también revela cómo una organización benéfica gasta los fondos que convierte a una moneda local.

Gallippi añadió que el objetivo del software es aumentar la transparencia en el sector sin fines de lucro, y que cualquier crítica al seguimiento es injustificada porque las entidades benéficas pueden negarse a aceptar donaciones restringidas. “Se da la mejor transparencia posible cuando no tienes control sobre los datos que se presentan”, expresó. “Además de las acciones que están detrás de esos datos”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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