Anuncio

California estableció una meta del 100% de energía limpia; ahora otros estados pueden seguir su ejemplo

Share

Han pasado menos de cuatro meses desde que California se comprometió a obtener toda su electricidad de fuentes amigables con el clima para el año 2045. Pero la idea ya se está popularizando en otros estados.

Al menos nueve gobernadores que juraron al cargo este mes, desde Nevada a Michigan y Nueva York, hicieron campaña sobre el 100% de energía limpia, o han respaldado el objetivo desde que se consagró como ley en California.

El Distrito de Columbia también estableció una meta de energía limpia al 100% en diciembre. Lo mismo hizo Xcel Energy, una empresa de servicios públicos con sede en Minneapolis, que atiende a 3,6 millones de clientes de electricidad en ocho estados del oeste y medio oeste.

Anuncio

La creciente popularidad de la política se debe, en parte, a las tendencias del mercado y los avances tecnológicos, que posibilitan imaginar un futuro en el que ya no sea necesario quemar combustibles fósiles para obtener electricidad. Pero los expertos señalan que la reciente aprobación en California del Proyecto de Ley Senatorial 100 también está jugando un papel al respecto.

“A veces, otros estados no quieren admitir que siguen la guía de California. Pero realmente lo hacen”, indicó Carla Frisch, del Rocky Mountain Institute, un grupo de expertos con sede en Colorado, que ha trabajado con ciudades y estados en materia de política energética.

Como la quinta economía más grande del mundo, California posee un enorme poder para influir en la política ambiental a nivel nacional, e incluso global.

Las acciones del estado cambiaron la forma en que las industrias hacen negocios, modificaron los hábitos de las personas y establecieron la agenda para otros estados y países.

Las automotrices, por ejemplo, se vieron obligadas a fabricar vehículos cada vez más eficientes en el consumo de combustible durante décadas, debido a la autoridad de California para establecer reglas de emisión de escape más estrictas que las del gobierno federal.

Las políticas agresivas del Estado Dorado también pueden provocar una reacción negativa. En los más de cuatro años transcurridos desde que los legisladores votaron a favor de prohibir las bolsas de plástico de único uso en la mayoría de las tiendas, nueve estados aprobaron leyes que impiden que los gobiernos locales promulguen dichas prohibiciones.

El papel de California como líder global estuvo en la mente del senador estatal Kevin de León cuando elaboró la legislación energética 100% respetuosa con el clima.

El demócrata de Los Ángeles había redactado previamente un proyecto de ley que aumentaba el objetivo de energía limpia del estado al 50% para 2030. Pero en unos pocos años, se hizo evidente que California podía alcanzar ese objetivo mucho antes de lo esperado, sin el enorme perjuicio económico que los oponentes habían predicho.

“California le ha mostrado durante mucho tiempo al resto de la nación cómo proteger el medio ambiente mientras aumenta la economía”, expuso De León. “Si California puede hacerlo, todos los demás también”.

Una característica exclusiva del 100% de la energía limpia, señalan sus partidarios, es que fue comprendida por los legisladores y el público de una manera no lograda por otras políticas de cambio climático.

Para muchos economistas, una herramienta basada en el mercado que ponga un precio a las emisiones de carbono que calientan el planeta sería la forma más barata de combatir el cambio climático. Pero incluso en lugares con amplio apoyo para la acción climática ha sido difícil obtener apoyo para ese tipo de políticas.

Los votantes en el estado de Washington, por ejemplo, rechazaron abrumadoramente un impuesto al carbono en 2016, y nuevamente en 2018.

Adam Browning, director ejecutivo del grupo de acción Vote Solar, con sede en Oakland, citó un punto común entre los defensores del clima: los dos únicos problemas con un impuesto al carbono son el “carbono” y el “impuesto”. A nadie le gustan los gravámenes, y la mayoría de la gente no tiene sentimientos contundentes sobre el carbono.

Una política de energía limpia al 100%, por otro lado, es simple y se enfoca en un cambio positivo, afirmó Browning. Sus defensores resaltan los beneficios potenciales del aire más limpio, la creación de empleos y las tecnologías de vanguardia.

“Es emocionante ser parte de esto; habla de valores, habla de soluciones y de cosas que les gustan a las personas. Y tiene un apoyo bipartidista abrumador”, resaltó.

El concepto no se originó en California. Hawái se convirtió en el primer estado en aprobar una norma de energía limpia al 100% en 2015, y el senador estadounidense Jeff Merkley, un demócrata de Oregon, presentó una legislación federal a tal efecto en 2017.

Más de 100 ciudades han respaldado el concepto, según el Sierra Club, como lo han hecho 150 grandes corporaciones que forman parte de la coalición RE100.

Pero en los meses transcurridos desde que California aprobó su orden de energía limpia al 100%, la idea ganó un importante impulso político.

Los votantes de Colorado, Connecticut, Illinois, Maine, Michigan, Nevada y Wisconsin eligieron nuevos gobernadores en noviembre, que firmaron un compromiso de la Liga de Votantes por la Conservación para apoyar el 100% de energía limpia para 2050. En varios estados, los nuevos gobernadores marcan un giro drástico en comparación con sus predecesores.

En Maine, por ejemplo, la demócrata Janet Mills reemplazó al republicano Paul LePage, quien emitió una moratoria sobre los aerogeneradores nuevos y vetó un proyecto de ley para estudiar cómo afectaría el cambio climático al estado.

En Oregon, los votantes reeligieron a la gobernadora Kate Brown, quien también firmó el compromiso de energía limpia al 100% de la Liga de Votantes de Conservación. En Nuevo México, la recién elegida gobernadora Michelle Lujan Grisham hizo campaña con la promesa de alcanzar el 80% de energía renovable para 2040, y elogió la ley de energía limpia del 100% de California como un caso de éxito. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, también anunció su apoyo, en diciembre, a una energía 100% respetuosa con el clima.

David Bookbinder, consejero principal del Niskanen Center, un grupo de expertos libertarios en Washington, D.C., describió la oleada de apoyo a las políticas de energía limpia al 100% como una “tendencia política”, ante todo. “Todos estos son gobernadores demócratas, y todos están tratando de ser progresistas. Hablar del “100% de energías renovables” es dinero en el banco en lo que se refiere a su base [de seguidores]”, expuso el especialista.

El Niskanen Center alienta a los políticos a apoyar un impuesto al carbono como una forma económicamente eficiente de reducir las emisiones. Aún así, Bookbinder describió la expansión del apoyo al 100% de la energía limpia como un desarrollo positivo en la lucha contra el cambio climático. Muestra que el público está comenzando a tomar el problema en serio, explicó, y que los legisladores ven un “millaje político” al comprometerse con una acción climática ambiciosa.

Eso es ciertamente lo que ocurre en Colorado, donde Jared Polis, quien juró como gobernador el 8 de enero, hizo de la energía 100% renovable una promesa clave de campaña. Ello puede haber sido un factor importante en la decisión de Xcel Energy de convertirse en la primera empresa de servicios públicos de EE.UU. que se compromete con un 100% de electricidad sin carbono, como objetivo a lograr en 2050. La mayor base de clientes de electricidad de Xcel está en Colorado.

Washington, D.C., dispuso una fecha más cercana, 2032, para eliminar los combustibles fósiles. La capital de la nación también estableció un objetivo estricto de energía completamente renovable, lo cual abarca solo los recursos naturales renovables, como la luz solar, el viento y el calor geotérmico. California y Xcel establecieron metas de cero emisiones de carbono, que también podrían incluir la energía nuclear o las centrales eléctricas de combustible fósil que capturan el dióxido de carbono antes de que salga a la atmósfera.

Para muchos de los gobernadores recién elegidos, no está claro qué tipo de “energía 100% limpia” buscarán en última instancia. Pero independientemente de los estándares que avalen, los efectos de simplemente establecer la meta podrían sentirse de inmediato, incluso con una fecha límite de aquí a 20 o 30 años.

Wade Schauer, director de investigación de la firma de consultoría energética Wood Mackenzie, afirmó que los inversores podrían dudar en invertir en centrales eléctricas de gas en estados que buscan eliminar los combustibles fósiles en las próximas décadas.

“¿Por qué alguien querría construir en Nueva York una planta de energía que, para 2035 apenas estaría funcionando, y que dejaría de hacerlo por completo en 2040?”, se preguntó. La adopción de objetivos de energía limpia al 100%, expuso, “podría cambiar completamente el juego” para el gas natural.

Al mismo tiempo, el establecimiento de objetivos es la parte fácil. Cuando se trata de eliminar los combustibles fósiles de la electricidad, el problema está en los detalles, y otros estados mirarán a California para ver si es realmente posible.

El mayor inconveniente que California necesita resolver es cómo distanciarse del gas natural, la fuente de electricidad más grande del estado.

Ya se están poniendo en práctica algunas ideas, como las baterías que almacenan energía solar para uso nocturno, las plantas geotérmicas que generan energía limpia las 24 horas del día y las tarifas de electricidad cambiantes según la hora, que alientan a las personas a usar energía en diferentes momentos del día. Pero aún no está claro cómo encajarán esas políticas y tecnologías, o qué tan rápido California podrá reducir radicalmente su uso del gas.

Otra propuesta favorecida por el exgobernador Jerry Brown es fusionar la red eléctrica de California con las de otros estados occidentales.

Hasta ahora, el plan descarriló ante las espinosas políticas del trabajo en conjunto de los estados rojos y los azules. Pero a largo plazo, la mayoría de los expertos en energía sostienen que una red eléctrica ampliada, que facilite el intercambio de electricidad a través de las líneas estatales, será una de las formas menos costosas de cumplir con los objetivos de energía limpia al 100%.

Otro problema que enfrenta California: los automóviles y los camiones —y no la electricidad— son su mayor fuente de emisiones de calentamiento del planeta. El estado ya obtiene casi un tercio de su electricidad de fuentes renovables. Cuando se cuentan las centrales nucleares y las grandes centrales hidroeléctricas, la cantidad de electricidad procedente de fuentes de carbono cero aumenta a la mitad.

Pero el estado progresó mucho menos en la transición de los vehículos propulsados por petróleo como la principal fuente de transporte. “Es fácil pasar del carbón al gas, y del gas a las energías renovables. Relativamente fácil”, consideró Bookbinder. “Deshacerse del motor de combustión interna es algo totalmente diferente”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio