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De niño no podía hablar, ahora este estudiante autista dará el discurso de graduación

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Cuando Bruno Youn tenía tres años, su madre notó que algo estaba mal con respecto a su hijo primogénito. Él podía repetir lo que escuchaba. Podía recordar y recitar poesía. Pero no podía unir palabras para comunicar sus propios pensamientos.

Ella lo llevó a una prueba y supo la verdad: tenía autismo.

“No podía hacerme a la idea”, dijo Josette Thompson, una doctora de Seal Beach. “No podría tener un hijo con autismo, que no hablará. No trabajará, nunca se casará. Pierdes todos esos sueños para tu hijo a la vez, no podía soportarlo”.

Ella no debería haberse preocupado.

Hoy sábado, Youn, que ahora tiene 22 años, caminará por el escenario para recibir su diploma en Claremont McKenna College (CMC). Pero antes de que lo haga, se presentará ante una audiencia de cientos de personas y hará lo que su clase eligió: dar el discurso de graduación de los estudiantes.

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En cuatro años en la pequeña y altamente selectiva universidad de artes liberales en el valle de Pomona, Youn ha pasado de ser un estudiante de primer año que evitó a las personas, pasando la mayor parte de su tiempo escondido en su dormitorio jugando videojuegos, a un líder del campus.

Se especializó en filosofía, política y economía, y se graduará con el honor Phi Beta Kappa y un GPA de 3.8. Trabajó en la investigación de políticas en Claremont McKenna’s Rose Institute of State and Local Government. Fue seleccionado para un puesto de prestigio como uno de los dos estudiantes que organizaron y moderaron las discusiones del panel con figuras de alto perfil para el programa universitario de oradores Athenaeum.

Ha trabajado en campañas políticas. Ha tenido una novia y ha hecho muchos amigos.

“He dejado atrás un rastro de estereotipos rotos”, planea decir Youn en su discurso de graduación.

El éxito de Youn en el mundo académico es raro. Según los expertos, aproximadamente 1 de cada 59 niños son diagnosticados con autismo y, de ellos, aproximadamente un tercio tiene discapacidades intelectuales. Entre los que no las tienen, sólo la mitad de ellos asisten a la universidad, la mayoría de los cuales asisten a colegios comunitarios y tienen dificultades para transferirse a universidades de cuatro años, dijo Susan White, profesora de psicología de la Universidad de Alabama que se especializa en estudiar autismo.

“Muchas veces abandonan antes de tiempo (la escuela) o luchan con la salud mental”, dijo White.

Pronto, esto presentará un desafío para la nación, dijo. En lo que los especialistas llaman un “tsunami de autismo”, unos 500.000 adolescentes con el trastorno entrarán a la edad adulta en la próxima década, y necesitarán más servicios para ayudarlos a tener éxito de la manera en que Youn lo ha hecho.

“En general, no estamos preparados para ayudarles a funcionar con su verdadero potencial”, dijo White. “Nosotros, como sociedad, tenemos que hacerlo mejor”.

Para Youn, los retos académicos nunca fueron un problema. Pasó rápidamente por la preparatoria Los Alamitos con calificaciones casi perfectas y 13 cursos de colocación avanzada, superando todos los exámenes y convirtiéndose en un valedictorian (estudiante con las mejores calificaciones de su clase y que dará el discurso de graduación) de su clase.

Pero no ha sido fácil, incluso cuando se ve así. En un evento reciente en el campus, Youn llevaba un traje gris y una corbata granate, y su cabello estaba cuidadosamente cortado y engomado, mientras saludaba al orador de la noche: Symone Sanders. La mujer dinámica de 29 años de edad, fue secretaria de prensa nacional del senador Bernie Sanders de Vermont durante su campaña presidencial de 2016 y recientemente se unió como asesora principal de la campaña del ex vicepresidente Joe Biden.

“Hola, soy Bruno”, dijo, mirando a Sanders a los ojos y estrechándole la mano. “Encantado de conocerte”.

La guió hasta la mesa principal, le mostró la cafetería y habló sobre sus planes de posgrado. Cuando le presentó a la multitud de aproximadamente 150 estudiantes, personal y profesores, él bromeó diciendo que Sanders lo superó en la presentación de oradores porque ella presentó al ex presidente Bill Clinton en un evento cuando solo tenía 16 años.

Yo, a los 16 años, me habría estremecido al asistir a cualquier tipo de almuerzo social con más de dos personas”, dijo Youn, provocando risas.

Al final de la noche, sin embargo, estaba agotado. Su condición limita su energía para socializar, dijo. Después de aproximadamente 2 horas y media, necesita alejarse, quitarse la máscara y relajarse solo.

Youn tardó dos horas en escribir la introducción de dos minutos para Sanders, y pasó la noche siguiendo un guión en su cabeza: saludar al orador con una pequeña charla. Ofrezcer café o té. Explicar el programa de la noche.

Sin un guión, dijo Youn, soltaría algo extraño o involuntariamente ofensivo. Puede cohibirse, como a veces parecía en la recepción de los Sanders.

La presión para ser más sociable socialmente fue una de las grandes razones por las que Youn dijo que eligió la escuela Claremont McKenna. Desde temprana edad, tuvo dificultades para hacer amigos y a menudo se sentía “solo en una isla”. Estaba decidido a cambiar eso en la universidad y pensó que el pequeño campus de 1.300 estudiantes universitarios, en comparación con los 31.000 en UC Berkeley, su elección alternativa, lo obligaría a salir del aislamiento.

“En Berkeley, podría desaparecer entre la multitud muy fácilmente”, dijo. “Sabía que me estaba lanzando a los lobos yendo a algún lugar como CMC. Pero quería hacerlo lo más fácil posible para hacer amigos y salir de mi caparazón”.

Jennifer Sandoval-Dancs, vicepresidenta de admisión de Claremont McKenna, dijo que la universidad inscribe sólo a un puñado de estudiantes en el espectro autista en cada clase de aproximadamente 330 -y sólo lo sabe si comparten su condición. Youn escribió sobre eso en su ensayo personal, dijo, describiendo cómo tuvo que esforzarse para hacer contacto visual y charlar con la gente durante una temporada de voluntariado de verano con Meals on Wheels. Se produjo un gran avance cuando un hombre le estrechó la mano y felicitó sus habilidades sociales.

“Recuerdo lo duro que tuvo que trabajar por las cosas que otros dan por sentado, cuánta fuerza ha demostrado”, dijo Sandoval-Dancs, recordando algunas de las razones por las que se destacó su solicitud para la universidad.

Youn captó rápidamente la atención de John J. Pitney Jr., profesor de política estadounidense, quien lo invitó a formar parte de un grupo de 19 estudiantes en su clase. Pitney acababa de publicar un libro sobre autismo y política, que Youn leyó.

“Cada uno de nosotros estaba intrigado el uno por el otro”, dijo Pitney Jr., quien se desempeñó como asesor docente en la tesis de Youn sobre las formas de revivir la Oficina de Evaluación de Tecnología de Estados Unidos.

Youn, dijo Pitney Jr., superó las altas expectativas con su vigorosa participación en las discusiones de clase sobre el gobierno, y las habilidades de investigación y escritura que hicieron que sus trabajos se destacaran. En otra clase en el Congreso, Youn pudo trabajar en equipo y leer y reaccionar adecuadamente ante otras personas: habilidades sociales, dijo Pitney, que normalmente no están asociadas con personas con autismo.

Las clases cambiaron la trayectoria académica de Youn de economía a un énfasis en gobierno y política pública. También ayudaron a sentar las bases para las actividades y amistades en su campus.

Melia Wong, una estudiante de último año que conoció a Youn en estas clases y más tarde trabajó con él en el Rose Institute, dijo que su brillantez, humor y, a veces, la extravagancia lo convertían en alguien querido en la clase.

“Él representa lo mejor de CMC”, dijo.

La madre de Youn dijo que está emocionada por lo mucho que ha prosperado en la universidad. Todavía recuerda haberse sentido devastada cuando su hijo no podía asistir a preescolar porque no podía seguir instrucciones, usar el baño o interactuar con otros niños. Ella contrató un asistente para que le ayudara con él y gastó una “fortuna”, dijo, en terapia para ayudarlo a mejorar sus habilidades para hablar, motoras y sociales.

“Soñaba que estaría en buenas condiciones para trabajar en una tienda de comestibles”, dijo. “Mi sueño para él ahora es que sea un pionero para las personas con autismo que no saben cómo será su futuro”.

Youn dice que no está seguro de lo que terminará haciendo: aprendió por sí mismo la ciencia de la información y el aprendizaje automático, y se está inclinando hacia un trabajo de tecnología en Utah. Pero él también espera que su experiencia pueda inspirar a otros.

“Para las personas en el espectro autista que están considerando la universidad, especialmente en lugares extrovertidos como CMC”, dijo, “estoy seguro de que pueden encajar”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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