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El triclosán podría ser realmente dañino para el intestino, y probablemente esté en su pasta dental

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El triclosán, un agente antimicrobiano que se encuentra en juguetes, pasta dental, cosméticos y más de 2,000 productos de consumo, causa estragos en los intestinos de los ratones cuyas concentraciones sanguíneas del compuesto son aproximadamente equivalentes al nivel típico para los humanos.

Un grupo de roedores alimentados con una dieta mezclada con triclosán durante tres semanas sufrieron una inflamación leve del colon y la pérdida notable de su flora intestinal. Cuando los investigadores químicamente indujeron la enfermedad inflamatoria del intestino en otro grupo de roedores, aquellos expuestos a niveles reales de triclosán sufrieron un mayor daño en el colon y síntomas de colitis más severos que los que no habían alimentados con el químico.

Finalmente, en ratones creados para desarrollar cáncer de colon, aquellos expuestos al triclosán a niveles humanos normales desarrollaron más tumores, impulsados por la activación de genes conocidos por generar más crecimiento del cáncer. Además, estos roedores tuvieron una probabilidad ligeramente mayor de morir de cáncer de colon que sus contrapartes cuyas dietas y ambientes no contenían triclosán. Sin embargo, la diferencia fue demasiado pequeña para que los científicos precisaran si se había tratado de algo más que un golpe de suerte estadístico.

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Los hallazgos fueron publicados a finales de mayo en la revista Science Translational Medicine.

Los autores del estudio, dirigidos por Haixia Yang, investigadora postdoctoral en ciencias de la alimentación de la Universidad de Massachusetts Amherst, descubrieron que los intestinos de los ratones alimentados con triclosán carecían particularmente de bifidobacterium, una cepa que ha demostrado tener efectos antiinflamatorios.

Al cambiar la población microbiana del intestino y activar los genes que gobiernan la inflamación y el crecimiento del cáncer, el triclosán “podría causar efectos adversos sobre la inflamación y el cáncer de colon”, escribieron Yang y sus colegas. “Se necesitan más estudios urgentes para caracterizar mejor los efectos de la exposición al [triclosán] en la salud intestinal y así establecer políticas con rigor científico para la regulación de este compuesto antimicrobiano en los productos de consumo”.

Investigaciones previas demostraron la toxicidad del triclosán en dosis que serían inusualmente altas para los humanos, pero el nuevo estudio es uno de los primeros en explorar rigurosamente la seguridad del compuesto a niveles más típicos de exposición.

Triclosán solía ser ampliamente utilizado en los jabones antibacterianos y desinfectantes de manos disponibles para los consumidores. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ordenó en 2016 la eliminación de la sustancia de dichos productos comercializados. En diciembre de 2017, la FDA declaró que el triclosán y otros 24 compuestos antimicrobianos “no son generalmente reconocidos como seguros y efectivos” para los productos antisépticos destinados también al cuidado de la salud.

Los hallazgos de la FDA dieron a los fabricantes de jabones antisépticos, lociones y preparaciones para la piel hasta el final de 2018 para eliminar el triclosán y otros compuestos antimicrobianos de sus productos, y la mayoría ya lo han hecho. Pero el producto sigue siendo omnipresente en el mercado de EE.UU., donde se lo emplea para reducir la contaminación bacteriana de los cosméticos, esterillas de yoga y otras prendas y equipos atléticos, juguetes para niños, utensilios de cocina e incluso materiales de construcción como alfombras y pintura.

Correspondería a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) regular el uso de triclosán y agentes antimicrobianos relacionados en bienes de consumo donde no se reclama ningún beneficio sanitario para el consumidor. Con Scott Pruitt al frente de la EPA, la agencia se ha centrado en revocar las regulaciones en lugar de ampliarlas.

Mientras tanto, el triclosán se usa habitualmente en muchas pastas dentales -con la aprobación de la FDA- ya que se ha descubierto que previene la gingivitis. Los investigadores encontraron evidencia de que este se asienta y acumula en el polvo doméstico, extendiendo así la exposición de los humanos.

El triclosán parece absorberse fácilmente en el tracto gastrointestinal. Mientras que los humanos depuran la mayor parte rápidamente, hay una creciente evidencia de que se acumulan rastros del compuesto y sus efectos sobre la salud han caído bajo sospecha creciente.

En dosis altas, se asocia con una disminución en los niveles de algunas hormonas tiroideas, al menos en animales. Otros estudios generaron preocupación de que la exposición al triclosán aumente la resistencia de las bacterias a los antibióticos. Los investigadores también investigan actualmente si la exposición al compuesto a largo plazo incrementa el riesgo de cáncer de piel.

En junio de 2017, 200 científicos y profesionales médicos firmaron la declaración de Florencia, donde consideraron al triclosán y a un agente relacionado, triclocarbán, como “disruptores endocrinos ambientalmente persistentes que se bioacumulan y son tóxicos para los organismos acuáticos y otros”. El grupo pidió una “mayor transparencia” en su uso y agregó que “solo deberían usarse cuando proporcionan un beneficio para la salud basado en la evidencia”.

La ingeniera ambiental de la Universidad de Northwestern Erica Marie Hartmann, quien no participó en el nuevo estudio, aseveró que el trabajo fue “muy minucioso”.

“Estos investigadores profundizaron y dijeron: ‘Creemos que el efecto adverso está mediado por el microbioma intestinal’”, afirmó.

Dado que la FDA cuestionó su uso rutinario, la realización de ensayos de exposición humana a largo plazo al triclosán podría ser éticamente problemática, añadió Hartmann. “Pero creo que es justo decir que es posible establecer analogías”, agregó. “Incluso a niveles muy bajos de exposición, todavía vemos resultados adversos para la salud. Esto no me hace sentir más cómoda con el triclosán presente en la pasta de dientes”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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