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Experimento con carteras ‘perdidas’ revela que la gente es sorprendentemente honesta

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Dicen que la honestidad es la mejor política, y ahora hay pruebas científicas que lo demuestran.

Un estudio no convencional que ofreció a los voluntarios la oportunidad de embolsarse casi 100 dólares encontró que mientras más dinero había en la cartera, había más posibilidades de que la gente la regresara.

Los resultados, publicados el jueves en la revista Science, ofrecen ideas sorprendentes sobre las maneras en que el dinero influye en la honestidad.

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Los hallazgos podrían ayudar a diseñar políticas que fomenten la conducta en una variedad de situaciones, señalaron los investigadores. El Servicio de Impuestos Internos podría diseñar sus formularios de manera que disuada a la gente de hacer trampa en sus impuestos, por ejemplo, mientras que las compañías de seguros podrían cambiar la manera en que recolectan información sobre un accidente automovilístico para que mentir sea menos atractivo.

“La honestidad es esencial para casi todas las relaciones sociales y económicas”, dijo Michel Maréchal, un profesor de economía de la Universidad de Zurich que ayudó a dirigir el estudio.

Los científicos han estudiado cómo la tentación del dinero afecta la honestidad en el laboratorio, pero se sabe poco sobre cómo se relacionan en el mundo real, especialmente a escala global.

Así que un equipo de economistas diseñó un experimento con más de 170.000 billeteras “perdidas” que aparecieron en 335 ciudades de 40 países, desde Indonesia hasta Ghana y Brasil.

Cada billetera contenía un recibo de compras, una llave y tres tarjetas de crédito con el mismo nombre y dirección de correo electrónico de un hombre. Algunas de ellas no tenían dinero, mientras que otras tenían el equivalente a unos 13.50 dólares.

Para comenzar el experimento, un asistente de investigación llevó una cartera a la recepción de un hotel, banco, oficina de correos u otro lugar público. Afirmaría haberla encontrado y la acercaría hacia la persona que está detrás del escritorio.

“Alguien debe haberla perdido”, le decía el asistente de investigación al empleado que participaba de manera involuntaria. “Tengo prisa y debo irme. ¿Puedes encargarte de ello, por favor?”.

Los autores del estudio plantearon la hipótesis de que los empleados tendrían más probabilidades de enviar por correo electrónico al “propietario” de la billetera si no contenía dinero en efectivo. Después de todo, los economistas asumen que la gente se comportaría racionalmente y maximizaría su utilidad - lo que en este caso significaría mantener la ganancia inesperada de $13.50.

Pero eso no es lo que pasó.

“Para nuestra sorpresa, observamos el efecto contrario”, dijo Maréchal. “La gente era más propensa a devolver la billetera cuando contenía una mayor cantidad de dinero”.

En el experimento, el 51% de las billeteras con dinero fueron devueltas, en comparación con el 40% de las que no contaban con efectivo ni monedas.

Y la gente no trató de quedarse con “una comisión”. Los controles puntuales de las carteras mostraron que el 98% del dinero fue entregado.

“Cuando faltaba algo, eran monedas”, dijo el líder del estudio Alain Cohn, economista conductual de la Universidad de Michigan. En esos casos, dijo, los investigadores pensaron que simplemente “podían haber caído de la billetera”.

Tal vez 13.50 dólares sea una miseria “que la gente simplemente no se molestaría en robar”, dijo el coautor Christian Zünd, un estudiante de postgrado de la Universidad de Zurich. Así que los investigadores ampliaron su experimento para incluir billeteras con el equivalente a unos $94.

El dinero extra parecía inducir aún más honestidad. Las billeteras con más efectivo fueron devueltas en el 72% de las veces, comparado con el 61% de las carteras con menos dinero y el 46% de las mismas sin efectivo. Una vez más, los economistas se quedaron perplejos.

“¿Por qué es más probable que la gente devuelva una billetera que contiene más dinero que menos?” dijo Zünd.

Tal vez la gente tenía miedo de meterse en problemas legales si se quedaban con el dinero para sí mismos. Los investigadores verificaron si las tasas de devolución eran más altas cuando la billetera era entregada en presencia de testigos o cámaras de seguridad, pero esos factores no parecieron hacer una diferencia. Tampoco existía una correlación entre las tasas de retorno y las leyes locales sobre propiedades perdidas.

Si la gente no estaba actuando por miedo o siendo influenciada por la presión de sus compañeros, tal vez estaban sinceramente preocupados por el bienestar del “dueño” de la billetera. Así que los investigadores introdujeron carteras “perdidas” que contenían dinero pero sin llave. El resultado: Los empleados eran 9.2% más propensos a devolver una billetera con una llave que sin ella, una señal de altruismo, dijeron los autores del estudio.

Pero eso no explicaría por qué las carteras con $94 fueron devueltas en índices más elevados que las que contenían $13.50. Los investigadores llevaron a cabo una encuesta en Estados Unidos, el Reino Unido y Polonia (los tres lugares donde se “perdieron” las billeteras con más efectivo) y pidieron a la gente que calificara qué tanto se sentirían como un ladrón si tuvieran una de ellas, con o sin dinero.

Mantener una cartera sin efectivo en ella no daba la sensación de estar cometiendo un robo, dijo Zünd. “Con el dinero, sin embargo, de repente la sensación de hurto aumentaba conforme había más efectivo en juego”.

En otras palabras, cuanto más dinero contenga la cartera “perdida”, mayor será el coste psicológico de verse a sí mismo como un ladrón. Ese era un precio que la gente no quería pagar.

Los resultados refuerzan la idea de que “la gente se preocupa por mantener una visión moral positiva de sí mismos”, dijo Nina Mažar, una economista conductual de la Universidad de Boston que no participó en el estudio.

Investigaciones anteriores han demostrado que recordar a las personas sobre sus normas morales justo antes de realizar una tarea específica ayuda a reducir su tentación de hacer trampa. Por ejemplo, la gente era más propensa a llenar un formulario de seguro honestamente si tenían que firmar una declaración de honor al principio del formato en lugar de al final.

Estudios futuros deberían probar si estos resultados se mantendrían si el dueño de la billetera “perdida” pareciera ser un extranjero, según Shaul Shavi, quien estudia ética y economía del comportamiento en la Universidad de Ámsterdam.

“La gente encuentra que vale la pena actuar amablemente con los miembros de su propia comunidad pero no con los de otros grupos”, escribió en un ensayo que acompaña al estudio.

Mažar dijo que le gustaría saber más sobre cómo varía el comportamiento honesto entre países. En el experimento, por ejemplo, las probabilidades de una billetera con devolución de dinero eran más de tres veces mayores en Suiza que en China.

“Queremos entender, ‘¿Cuáles son los puntos en común, cuáles son las diferencias?’” dijo Mažar. “Porque si lo entendemos, tal vez tengamos una mejor idea de cómo podríamos aumentar la honestidad civil a una escala mucho mayor o reducir la corrupción”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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