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Niños con capacidades especiales inspiran proyectos en los que todos ganan

Carlos Luna, maestro de surfeo, tiene cuatro años instruyendo a menores con autismo, síndrome de down o alguna parálisis. Jorge Nieto dirigió un documental sobre esta labor, este el el trailer del documental Ellos también, The Next Wave Always Arriv

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El agua no solo es vida, también es esperanza. Niños con capacidades especiales vuelven a sonreír en medio de una tabla y una ola. Se trata del surfeo, un deporte que para muchos es practicado para desafiar a la naturaleza y retarse a sí mismos, pero en este caso, es diferente.

Al llegar al kilómetro 42 de la carretera libre Rosarito–Ensenada —pasando una iglesia con apariencia de abandono—, se encuentra la Playa Rauls, que ha sido utilizada para surfear por locales y extranjeros.

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De Chile para México trajeron el surfeo como terapia, así lo afirma Carlos Luna, maestro de este deporte, quien tiene cuatro años instruyendo en el mar a menores con autismo, síndrome de down o alguna parálisis.

“Un instructor chileno llamado Pablo, no recuerdo su apellido, vino de intercambio a la Escuela de Deportes de la UABC, Campus Tijuana, nos buscó, tuvo la iniciativa de hacer esto y nosotros lo seguimos haciendo por el impacto positivo que ha tenido sobre los niños”, comentó Luna.

Y esa inspiración se ha extendido aún más. El periodista y documentalista Jorge Nieto es también surfer y luego de conocer la labor de Luna decidió hacer un documental sobre estas actividades.

Y es que la labor en sí es inspiradora.

Luna dijo que los niños que por sus condiciones no conviven, empiezan a hacerlo más en su escuela. “Un niño autista que no habla nada, en cuanto mira la playa dice: ‘¡Papá!’, eso te habla de que sí funciona el surf y les ayuda mucho”, aseguró.

Muchas familias recorren kilómetros desde Mexicali o Tecate, para llevar a sus hijos a dicha terapia. Las clases son totalmente gratis, han impartido más de mil, con un apoyo gubernamental mínimo y son costeadas por la escuela de surfeo local que dirige Luna y que también apoya económicamente a los diferentes instructores, que en su mayoría son estudiantes de entre 20 y 22 años.

Andrea Díaz, es una de las instructoras, lleva surfeando 5 años —empezó a los 16— y se ha percatado de los avances y las mejoras de los niños al llevar a cabo esta actividad. La surfista cuenta el beneficio y evolución en cada uno de sus pupilos.

“Inicialmente, recobran la confianza, muchos no habían ni siquiera tocado el agua. Le pierden el miedo, las olas van golpeando su cuerpo, con el paso de los días, hay una mejoría motora, mayor flexibilidad y rebasan sus límites”, explicó la voluntaria.

De acuerdo a los guías surfistas, la manera de instruir y los diversos beneficios obtenidos varían mucho de los chicos con síndrome de Down a los que tienen autismo.

Las terapias de autismo suelen ser de larga duración y muy costosas para las familias. Según datos de algunas asociaciones de niños con autismo en México y en Europa, una sesión de surfeo es equivalente a siete terapias convencionales. En España y en Estados Unidos, se practica este deporte acuático en aras de la mejora para quienes tienen autismo.

Frente a las olas, un chico comenta que “el mar es muy noble, debemos perderle el miedo pero no el respeto”. Es Arath Marchand, un estudiante de fisioterapia que a la par, se dedica a brindar sesiones de surfeo.

“Los cambios demasiado notorios entre tener a un niño en la clínica o llevarlo al mar, es que aquí se relajan, su espasticidad mejora, tienen un mejor desenvolvimiento físico y social”, mencionó Marchand.

También explicó la diferencia entre llevar al mar a alguien con síndrome de Down y autismo.

“Con un niño autista batallas porque no puedes comunicarte, no puedes hablar bien con él, un niño que tiene síndrome de Down, te expresa con sus acciones, pero también es complicado, sobretodo en un principio, porque están con miedo de caerse al mar o ahogarse”, explicó.

Para los integrantes de este proyecto: familias, niños, y maestros, el montarse en una tabla y desafiar el mar, es una manera divertida para los pequeños de enfrentar sus miedos, mejorar sus condiciones motrices, desestresarse, pero sobretodo volver a creer.

Experiencias similares a estas quedaron plasmadas en el documental de 37 minutos, Ellos también, The Next Wave always arrive, dirigido por Nieto.

El filme retrata las experiencias de diferentes niños que han tomado las clases de surfeo, las cuales se dan en series de cinco sesiones.

Nieto en un periodista que trabajó varios años en la televisión tijuanense y ahora trabaja de manera independiente. Él es un visitante regular de la playa y al ver el trabajo de Luna, empezó a hacer registro. “Me pareció algo brillante y bondadoso y surgió la idea de hacer un documental”.

Uno de los objetivos de este documental en el que Nieto trabajó por más de un año, es normalizar a estos niños, en el sentido de que la gente se acostumbre a verlos como personas normales.

En el filme —en el que un equipo de fotógrafos, surfeadores y editores ayudaron a Nieto— los padres de algunos de estos niños comparten sus experiencias y el deseo de que sus hijos puedan divertirse como cualquier otro niño.

El documental va en camino a varios festivales en busca de premios que le permitan a Nieto comprar más equipo y que igual atraiga apoyo para que la labor de Luna, que ahora es en su mayoría voluntaria, pueda mantenerse a largo plazo.

Es algo que Nieto quiere apoyar. “Porque el mar no escrutina entre tú si y tú no”.

El escritor independiente Adrián Sarabia colaboró en esta historia.

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