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Su boda en Big Sur infringía normas costeras; en lugar de pagar una multa, el multimillonario de la tecnología Sean Parker creó una app

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Cuando el dueño de una propiedad costera bloquea el acceso a la playa con una puerta, la Comisión Costera de California puede ordenar la remoción de ésta. Cuando un desarrollador construye en la costa sin permiso, la agencia puede desatar una lluvia de multas por millones.

Pero cuando el multimillonario de la tecnología Sean Parker eligió un lugar para celebrar su boda que violaba la Ley de la Costa de California, el estado optó por una forma de restitución mucho más particular: una aplicación móvil.

Ahora, después de cinco años de colaboración entre Parker —el fundador de Napster y primer presidente de Facebook— y la Comisión, YourCoast está disponible para descargar a partir de este 13 de diciembre en la tienda de aplicaciones iOS.

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La aplicación marca una inusual convergencia entre dos culturas distintas de California: los estrictos reguladores ambientales y los innovadores de la tecnología. También es un caso raro de violación costera de alto perfil que se resolvió con cooperación, en lugar de una pelea legal.

La saga comenzó en junio de 2013, justo antes de que Parker se casara con la cantante y compositora Alexandra Lenas en un bosque de Big Sur, en un hotel.

Los trabajadores habían instalado allí un portón de 20 pies de altura, y decoradores de sets construyeron puentes, un castillo de piedra en ruinas y columnas romanas en el claro del viejo bosque. Equipos instalaron también una pista de baile y un escenario de 50 pies para una banda, así como camas cubiertas de piel para que los invitados —como Gavin Newsom, Kamala Harris, Jack Dorsey y Sting— descansaran avanzada la noche. Todo el evento, teñido de espíritu Tolkien, iba camino a un costo mayor a $4 millones de dólares.

Entonces, la Comisión arruinó la fiesta. El sitio era un espacio asequible para el público y no podía cerrarse para eventos privados sin el visto bueno de la entidad. Tras la investigación, los funcionarios descubrieron que los propietarios del hotel no solo no habían obtenido el permiso para la boda, sino que habían cerrado el área al público de manera ilegal durante seis años.

Parker, como muchos californianos, nunca había oído hablar de la agencia. Pero cuando faltaba menos de una semana para su casamiento, se sentó con la Comisión para cerrar un trato.

La violación de la Ley de Costas puede ser costosa: las multas pueden oscilar entre los $1,000 y $15,000 diarios mientras persista la infracción.

Aunque el dueño de la propiedad tenía la culpa por las violaciones de los permisos, Parker aceptó la responsabilidad. Cubrió $2.5 millones en multas, que ayudaron a financiar rutas de senderismo, excursiones y otras iniciativas locales para aumentar el acceso público a Big Sur. Finalmente, se permitió la realización de la boda, ya que la Comisión determinó que la construcción y la fiesta no causarían daños al medio ambiente. Y, por primera vez para el estado, aceptó ayudar a crear una herramienta educativa para beneficiar a los ciudadanos de California.

YourCoast muestra a los usuarios un mapa de 1,563 puntos de acceso que la entidad rastrea a lo largo de la costa. Históricamente, esta información estaba disponible en las Guías de Acceso Costero de California, publicadas cada pocos años. En el último tiempo (como un subproducto del proceso de desarrollo de la aplicación de Parker), también están disponibles en el sitio web de la comisión.

Los usuarios también pueden buscar playas con servicios específicos y enviar fotos actualizadas o informar una violación a la Comisión. Si visitan un tramo de costa remota, los usuarios pueden guardar el mapa y la información en su teléfono, para acceder sin conexión.

Tener una aplicación de acceso costero siempre había sido un sueño imposible, relevaron los funcionarios. Tenían una base de datos, actualizada periódicamente por el personal que controlaba el vasto dominio de la comisión. Pero los requisitos técnicos y los costos siempre habían estado más allá de los fondos que el organismo podía solicitar de manera realista en el presupuesto estatal.

“Estuvimos discutiendo ideas y mencionamos una aplicación”, señaló Aaron McLendon, subjefe de la comisión que se reunió con el equipo de Parker. “Tan pronto como hablamos de ello, realmente lo entendió y simplemente se ocupó... Fue una de esas grandes oportunidades que convierten una mala situación en algo realmente bueno”.

Parker, citando una apretada agenda de viajes, respondió a varias preguntas por correo electrónico. Señaló que YourCoast “se creó teniendo en mente la sostenibilidad y el mantenimiento a largo plazo”, y reconoció que le gustó trabajar en la aplicación porque pensó “que brindaría un mayor valor al público”.

La aplicación marca como cerrados aquellos puntos de acceso que actualmente están en disputa, y algunos siguen sin listar. La comisión ahora lucha por el acceso a 8.5 millas de costa en Hollister Ranch, en el condado de Santa Bárbara, y varios puntos en Malibú son notoriamente polémicos. Otro multimillonario de la tecnología, Vinod Khosla, se enfrentó contra los funcionarios costeros durante casi una década por el acceso a Martins Beach, un tramo aislado de arena al sur de Half Moon Bay. Hollister Ranch no aparece en la aplicación; la playa de Martins está marcada como “actualmente cerrada”.

Jennifer Savage, gerente de políticas de California para la Fundación Surfrider, expresó que una aplicación como ésta podría animar a más personas a explorar en profundidad la costa de California. “Hay tantos lugares que no son obvios, y eso es un gran problema”, aseveró. “Tener una aplicación que simplemente explica todo es muy tranquilizador, te hace sentir mucho más seguro de estar en el lugar correcto”.

A menudo, la entrada pública a la playa es solo un conjunto estrecho de escaleras o un callejón al lado de una comunidad cerrada, y ciertos vecindarios son famosos por hacer todo lo posible para que dichas entradas queden sin marcar o sean poco acogedoras.

Our Malibu Beaches, una aplicación creada hace unos años por un periodista especializado en temas de medio ambiente, tenía el objetivo similar de guiar a las personas a través de letreros ilegales de “no estacionar” o conos de color naranja destinados a bloquear lugares de estacionamiento públicos.

Ahora, con una aplicación oficial de la Comisión Costera, “se refuerza que hay muchas formas para llegar a la playa, y que se tiene derecho a acceder a ellas”, dijo Savage.

Pero se necesitó el apoyo financiero y las conexiones profesionales de Parker para llevar esa confianza tecnológica a la gente de California —y poner a la Comisión en el siglo XXI—. “Muchos de nosotros somos de la vieja escuela”, consideró Al Wanger, quien supervisa la tecnología de la información y la gestión de registros de la entidad.

La primera vez que el equipo de desarrollo de Parker se reunió con la Comisión para delinear los conceptos de la app, en 2013, se sorprendió al descubrir que su sede en San Francisco no tenía (y aún no tiene) wi-fi. “Nuestro antiguo webmaster, un joven maravilloso y talentoso que desde entonces fundó su propia compañía... entendió cómo hablar el idioma de la gente de Parker”, recordó Wanger, “y podía traducirnos aquello que se necesitaba”.

El equipo de tecnología estaba acostumbrado a trabajar en un mundo respaldado por capital de riesgo, donde el objetivo es lograr un gran crecimiento o fallar rápidamente. La Comisión Costera —que funciona con un presupuesto ajustado pero se enfoca en una ambiciosa misión iniciada por los votantes en 1972, de regular la costa del estado como un bien público mayor—, necesitaba un modelo más sostenible.

El producto final es de propiedad total, operado y mantenido por la comisión, que planea mantener la aplicación en funcionamiento con el personal actual. Eso significa confiar en los datos que ya recopilaba para sus guías, organizados en una hoja de cálculo y actualizados con cada nuevo punto de entrada costero que se abre. El equipo de vigilancia, que ha oscilado entre seis y diez miembros, tiene miles de casos acumulados por revisar. Aunque evaluaron permitir que los usuarios publiquen fotos y comentarios, se dieron cuenta rápidamente de que filtrar contenidos desagradables abrumaría a la oficina.

“No somos Yelp, no somos Google, que tienen personal de moderación”, advirtió Wanger. “Sin embargo, queremos que la gente se comprometa y comparta cosas con nosotros; tenemos un buzón de correo electrónico en el que podemos ver las presentaciones, agregarlas a las fotos y reemplazar las imágenes antiguas cuando sea apropiado”.

Incluso hacer tiempo para las reuniones con el equipo de Parker resultó difícil para el personal, que tuvo control total sobre las decisiones de diseño como las fuentes, los colores y el diseño. Los desarrolladores, a veces, no tuvieron noticias de la entidad durante meses, y esos retrasos generaron más demoras. Desde que comenzó el proyecto, el propio sistema operativo iOS pasó por cinco actualizaciones principales, cada una de las cuales requirió el reajuste del código de la app.

Debido al proceso especial, es difícil precisar cuánto habría pagado la Comisión por un servicio similar, pero se estima el valor en alrededor de $300,000. “Somos pequeños, para nuestras vastas responsabilidades de regular todo desarrollo en más de 1,200 millas de costa”, comentó McLendon. “Somos insuficientes, pero creo que este resultado muestra nuestra creatividad para resolver las cosas”.

La comisión ya concretó acuerdos no financieros en el pasado. Una familia que manejaba en una pista de equitación no permitida en Malibú, acordó entregar 22 acres de tierra cerca del inicio del sendero Backbone a la Autoridad de Recreación y Conservación de las Montañas, en lugar de abonar una multa de $1 millón. Otro grupo de infractores en Santa Bárbara donó 36 acres a los parques del condado.

“Estos acuerdos de indemnización muestran que estamos abiertos a cualquier cosa”, indicó McLendon. “Mientras la promoción del acceso costero y la protección de los recursos en la costa estén en primer plano, no hay límites”.

Parker no se ha liberado todavía. Su equipo está en compás de espera para ayudar con el lanzamiento, y prometió a los funcionarios de la Comisión que los pondrá en contacto con desarrolladores de Android para adaptar la aplicación al sistema operativo de Google.

También le debe al estado algo más: un video educativo necesario para la viralización.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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