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Un milagro del Día de la Madre: hermanas gemelas, cuatro bebés y un triunfo sobre el cáncer

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Las madres a menudo consideran a sus bebés recién nacidos como pequeñas maravillas. Sin embargo, en el caso de los trillizos recién nacidos de Jazmin Vázquez, “maravilla” sería subestimar lo que pasó.

“Esto es un milagro”, dijo Frank Ávila, el padre de Jazmin y abuelo de los bebés.

Los trillizos nacieron hace tres días, justo a tiempo para el Día de la Madre. Era un suceso improbable en la dramática vida de Jazmin, ya que siete años atrás había estado luchando contra el cáncer. Mientras que la enfermedad fue superada de manera inesperada -más sobre esto más adelante- a Jazmin se le dijo que su tratamiento probablemente la había dejado estéril.

“Uno de mis grandes sueños era ser madre y casarme”, dijo Jazmin. “En ese momento, tuve que renunciar a esos sueños”.

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Con las probabilidades en su contra, Jazmin todavía tenía una gran fortaleza a su favor: el poder de las gemelas.

Jazmin y su gemela, Eve, nacieron momentos después de la medianoche del 1 de enero de 1990, los primeros bebés nacidos en Chula Vista ese año. Desde ese auspicioso debut, las hermanas han crecido al unísono a través de los hitos de la vida.

Ambas eran estudiantes con calificaciones de cuadro de honor en la escuela Mar Vista High en 2008.

Ambas eran estudiantes de desarrollo infantil en Southwestern College.

Ambas tomaron trabajos en instituciones preescolares, Jazmin con el Early Childhood Development Center de Coronado, y Eve con Little Steps Christian Preschool de La Jolla.

Comprometidas con una semana de diferencia, se casaron con un mes de diferencia.

Después de un año de intentar concebir sin éxito, Eve se enteró en septiembre pasado de que ella y su esposo, Dillan Roman, se convertirían en padres primerizos. La fecha del nacimiento: 22 de mayo. Es un niño.

Tal vez, era inevitable que la otra gemela siguiera su ejemplo, a pesar del linfoma y la quimioterapia.

Después de un año de intentar concebir sin éxito, Jazmin se enteró en octubre pasado de que ella y su esposo, Edgar Vázquez, se convertirían en padres primerizos. El pasado jueves, entre las 8:59 y las 9:01 a.m, dio a luz a tres niños: Josiah, Eliel y Diego Vázquez.

“Es increíble”, dijo Frank Ávila, un orgulloso abuelo.

“Dios me sanaría”

En 2012, la vida de Jazmin se salió de control. De sentirse bien, de un día para otro, el dolor y la debilidad la hicieron caer al suelo de su ducha.

En el hospital Kaiser en Chula Vista, se le realizaron pruebas y exploraciones. Revelaron una masa sobre su corazón, a la cual se le hizo una biopsia. Días después, llegaron los resultados: linfoma.

“Tenía un poco de miedo”, dijo.

La quimioterapia era aún más aterradora. Después de tres semanas de este tratamiento. ella había perdido 20 libras. Estaba gravemente deshidratada y su hígado estaba dañado, volviendo su piel y ojos amarillentos con ictericia.

El oncólogo de Jazmin detuvo el tratamiento de quimioterapia y planeaba reanudarlo cuando su hígado se hubiera recuperado. Jazmin tenía otros planes.

“Para mí esto fue una señal de que algo no iba bien”, dijo, “no pensé que eso me iba a curar, pensé que Dios me sanaría”.

El oncólogo le comentó a Frank Ávila. “Nunca he visto un milagro”, le dijo, “sugiero que ella tome la quimio”.

Los padres de Jazmin fueron persuadidos. Jazmin, sin embargo, escuchó a su gemela. Eve estaba convencida de que lo mejor para Jazmin era abandonar la quimioterapia por completo.

“¿Debo seguir la opinión de mi hermana”, dijo Jazmin, “¿o la opinión de mis padres?”

No hubo discusión. Ella siguió el consejo de su gemela. No más quimio.

Exteriormente, Ávila intentó apoyar la decisión de Jazmin, pero internamente, estaba abrumado por pesadillas. “¿Dónde voy a enterrar a mi hija?”, se preguntó a sí mismo. “¿Dónde haremos el funeral?”

Para aumentar sus probabilidades, Jazmin y el resto de la familia adoptaron una dieta baja en grasas, comiendo pescado, pollo y verduras. Parecía que valía la pena, en pocas semanas, Jazmin recuperó peso y cabello. Ella se sintió mejor y comenzó a decirle a la gente: “Dios me sanó”.

Ella también cambió su plan de salud, pasando de Kaiser a Scripps. Ávila la acompañó a una cita con el nuevo oncólogo, con la esperanza de que comenzaran positivamente.

“Esta jovencita cree que Dios la ha sanado”, dijo Ávila.

“He visto algunas cosas”, fue la respuesta del médico, “pero no puedo garantizar nada”.

Ordenó una exploración PET de Jazmin. Cuando los resultados regresaron libres de cáncer, el médico solicitó la biopsia inicial de Kaiser. ¿Podría ser, en primer lugar, que ella nunca hubiera tenido cáncer?

Pero la biopsia mostró claramente un linfoma. “Su hija tenía cáncer”, le dijo el doctor a Ávila. “Frank, tal vez fueron las oraciones que mencionaste”.

Curando un corazón roto

Jazmin conoció a Edgar Vázquez en la iglesia. Hablaba con suavidad, trabajaba duro, -estaba empleado por una compañía de control de plagas- y, siendo seis años mayor que ella, estaba listo para formar una familia. Aún así, ella esperó un tiempo para contarle sobre el cáncer.

“Quiero ser honesta contigo”, dijo. “Tal vez no pueda tener hijos en el futuro”.

¿Su respuesta? “realmente no me molestó”, dijo la semana pasada. “Me enamoré de ella y eso era lo importante”.

Casi al mismo tiempo, Eve conoció a Dillan Roman, un electricista que es tres años menor que ella.

Jazmin y Edgar se casaron en octubre de 2016. Eve y Roman en noviembre de 2016. Ambos celebraron con recepciones en el Factory of Dreams, un salón en el centro de Chula Vista.

Luego llegaron las noticias de los embarazos de las mellizas. Mientras que Eva concibió primero, Jazmin fue la primera en convertirse en madre, ya que los trillizos se gestaron temprano. Pasando el Día de las Madres en Mary Birch’s Neonatal Intensive Care Unit, sus hijos son pequeños: Josiah pesa tres libras y cinco onzas, Eliel cuatro libras y dos onzas y Diego cuatro libras, cuatro onzas, pero más grande de lo normal para ser trillizos.

Ávila, al momento de conocer a sus nietos, recordó una conversación que él y su hija habían compartido cuando ella era una niña.

“Papá”, le dijo Jazmin, “uno de estos días me voy a casar y tener hijos”.

Contra todo pronóstico, pero impulsado por el poder de las gemelas, ese día llegó el jueves pasado.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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