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Funcionarios de la Casa Blanca acusan al primer ministro canadiense Justin Trudeau de traidor y manipulador

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Funcionarios de la Casa Blanca arremetieron contra el líder de Canadá, ustin Trudeau, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, con una ferocidad extraordinaria acusándolo de tratar de hacer que el presidente Trump pareciera débil al dirigirse a su cumbre con el líder de Corea del Norte.

Dos de los principales asesores económicos de Trump calificaron al primer ministro canadiense como un traidor y manipulador que realizó una “acrobacia política de segundo grado”, que amenazó con avergonzar a Trump antes de su tan esperado encuentro con Kim Jong Un en Singapur, que se va a llevar a cabo el martes 12 de junio.

“Hay un lugar especial en el infierno para cualquier líder extranjero que trate con mala fe al presidente Donald J. Trump y luego trate de apuñalarlo por la espalda al salir”, dijo Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca. Fox News Sunday.

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Las acciones de la administración provocaron reproches por parte del ministro de relaciones exteriores de Canadá, demócratas y republicanos en Washington, incluido el senador Jeff Flake (republicano por Arizona), quien en Twitter llamó a los miembros de su partido después de los comentarios de Navarro: “Compañeros republicanos, esto no es lo que nosotros somos. Este no puede ser nuestro partido”.

La ira de la Casa Blanca se debió a las críticas de Trudeau a las políticas comerciales de Trump, en una conferencia de prensa brindada después de la cumbre anual del Grupo de los 7, y que Trudeau organizó en un complejo en Charlevoix, Quebec, el sábado 9 de junio.

Trump abandonó la cumbre temprano y un funcionario de la administración dijo a los periodistas que se había unido a un extenso comunicado de los líderes mundiales elaborado el viernes y el sábado.

Esa noche, sin embargo, Trump anunció abruptamente a través de Twitter que no firmaría la declaración conjunta, llamando a Trudeau “deshonesto y débil” por su crítica comercial.

Navarro criticó duramente la declaración final del G-7, refiriéndose a ella como “un comunicado socialista”.

Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, ofreció una versión algo diferente, y dijo el domingo que Trump estaba de acuerdo con el lenguaje del comunicado, que Kudlow ayudó a redactar. La declaración delineó un compromiso compartido para trabajar en una variedad de asuntos económicos, sociales, ambientales y de seguridad.

Pero Trump se ofendió por los comentarios de Trudeau, dijo Kudlow, y retiró el comunicado en gran parte porque quería evitar verse débil antes de su cumbre con Kim.

El presidente “no va a permitir que un primer ministro canadiense lo haga ver mal ... en la víspera de la cumbre”, dijo Kudlow en el “Estado de la Unión” de CNN.

“No va a permitir ningún tipo de debilidad en el viaje para negociar con Corea del Norte, ni debería hacerlo”, dijo Kudlow. “Kim no debe ver la debilidad estadounidense”.

Cuando Trudeau dijo que Canadá se vería obligada a tomar represalias por los aranceles estadounidenses sobre acero y aluminio y agregó que no aceptaría una cláusula de suspensión en un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, “realmente nos apuñaló en la espalda”, dijo Kudlow.

“Estuvimos muy cerca de llegar a un acuerdo con Canadá sobre el TLCAN (...) luego nos vamos y él saca este truco político de segundo año para consumo interno”, dijo Kudlow sobre Trudeau.

“Es una traición, es una doble cara”, dijo Kudlow.

Trudeau no respondió públicamente.

En Twitter, escribió: “El acuerdo histórico que todos alcanzamos en #G7Charlevoix ayudará a fortalecer nuestras economías, proteger nuestras democracias, salvaguardar nuestro medioambiente y proteger los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Eso es lo que importa”.

Un vocero no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Pero la oficina de Trudeau hizo una declaración afirmando que “el primer ministro no dijo nada que no haya dicho antes en público y ante Trump”.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo en una conferencia de prensa en la ciudad de Quebec que “Canadá no cree que los ataques ad hominem sean una forma particularmente apropiada o útil de conducir nuestras relaciones con otros países”.

La ira de la Casa Blanca se produjo cuando Trudeau hizo lo que Trump y los funcionarios del gobierno de Estados Unidos hacen a menudo al jactarse de defender el interés de su país.

Trudeau prometió que Canadá aplicaría tarifas de represalia en los productos estadounidenses el 1 de julio, si no se eliminan los aranceles al acero y aluminio.

“Le he dejado muy en claro al presidente, que no es algo que disfrutemos, pero es algo que haremos absolutamente porque los canadienses somos educados, somos razonables, pero de ninguna manera permitiremos ser maltratados”, dijo Trudeau.

Trump había usado una retórica incendiaria, al acusar a los aliados de tomar ventaja de EE.UU.

“Somos como la alcancía que todos roban, y eso va a terminar”, dijo Trump. “Se va a detener o vamos a dejar de comerciar con ellos ... Si toman represalias, estarán cometiendo un error”.

Las tensiones comerciales son altas entre Estados Unidos y todos sus aliados, pero particularmente con Canadá, por la decisión de Trump de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio.

Trump invocó una cláusula de seguridad nacional poco utilizada, para eludir las normas de la Organización Mundial del Comercio sobre tales aranceles.

Trudeau ha declarado públicamente que es insultante llamar a Canadá una amenaza a la seguridad nacional dado que los canadienses han luchado “hombro con hombro” con el ejército estadounidense en conflictos que datan desde la Primera Guerra Mundial.

Los dos parecían llevarse bien durante una reunión uno-a-uno el viernes, que la Casa Blanca describió como “excelente”. Incluso bromearon sobre la disputa comercial en comentarios públicos antes de su reunión bilateral.

“Justin acordó recortar todos los aranceles y todas las barreras comerciales entre Canadá y Estados Unidos, así que estoy muy feliz por eso”, dijo Trump mientras Trudeau se reía.

Pero Trump no se reía desde el Air Force One después de abandonar la cumbre y enterarse de la conferencia de prensa de Trudeau.

Navarro calificó la conferencia de prensa como un “truco” y tildaba a Trudeau de “mala fe”, “débil” y “deshonesto”. Navarro dijo que esas descripciones eran suyas, pero que “son el sentimiento que había en el Air Force One”.

También indicó que Trump ni siquiera quería ir a la cumbre del G-7, una reunión anual que data de la década de 1970 de las principales economías avanzadas y los aliados más antiguos de Estados Unidos.

“El presidente Trump hizo la cortesía a Justin Trudeau de viajar a Quebec para esa cumbre. Tenía otras cosas, cosas más importantes en Singapur ... le hizo un favor”, dijo Navarro.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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