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Trump pierde en su intento de eliminar la demanda de una mujer que dice que la agredió sexualmente

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Un juez de Nueva York dictaminó el martes que una mujer del Condado de Orange que acusó al presidente Trump de agredirla sexualmente en el Hotel Beverly Hills en 2007 puede seguir adelante con su demanda por difamación en su contra.

La jueza Jennifer G. Schecter, del tribunal del estado de Nueva York en Manhattan, rechazó una solicitud de los abogados de Trump para que desestime la demanda presentada el año pasado por Summer Zervos, quien fue concursante en su reality show “The Apprentice”.

“Nadie está por encima de la ley”, escribió Schecter, diciendo que nada en la Constitución sugiere que el presidente no pueda ser obligado a rendir cuentas ante un tribunal estatal por conducta ilícita que no guarde relación con sus deberes en la Casa Blanca.

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El fallo expone a Trump a procedimientos judiciales potencialmente embarazosos que podrían prolongarse durante meses o años.

A petición de los abogados de Zervos, la campaña de Trump acordó en marzo preservar todos los documentos que pueda tener sobre las denuncias de que Trump tocó a Zervos y a otras nueve mujeres de forma inapropiada.

Ahora, la campaña podría verse forzada a dar esos y otros documentos relacionados con las acusaciones de mala conducta sexual por parte de Trump al equipo legal de Zervos, dirigido por Gloria Allred.

Unas semanas antes de que Trump fuera elegido presidente, Zervos alegó que Trump intentó forzarla en 2007 en una cena en un bungalow en el hotel.

Trump respondió acusando repetidamente que Zervos y otras mujeres que lo acusaban de conducta sexual inapropiada estaban mintiendo. Amenazó con demandarlas después de las elecciones, pero nunca las llevó a los tribunales.

Zervos, sin embargo, demandó a Trump unos días antes de su toma de posesión, diciendo que la había difamado a ella y a las otras mujeres a las que tachaba de mentirosas. Ella está buscando una retractación, una disculpa y daños no especificados.

Trump “a sabiendas, intencionalmente y maliciosamente, arrojó a todas y cada una de estas mujeres una serie de insultos, con total despreocupación por el impacto que podría tener en sus vidas que las llamara mentirosas”, dijo en su denuncia.

Los abogados de Trump argumentaron que sus comentarios durante la campaña fueron “una retórica feroz” pero que estaban protegidos por la 1ª Enmienda, y que no constituían un caso de difamación.

En el fallo del martes, Schecter citó la opinión de la Corte Suprema de Estados Unidos de 1997, en la que se estableció que el presidente Clinton no era inmune a un litigio en una demanda por acoso sexual que Paula Jones presentó en su contra en una corte federal. Schecter rechazó los argumentos de los abogados de Trump de que el caso Jones no se aplicaba a los tribunales estatales.

“Los tribunales estatales pueden entablar demandas contra el Presidente basadas en conductas privadas no oficiales, al igual que los tribunales federales”, dijo Schecter.

También rechazó la solicitud de Trump de posponer el caso hasta el final de su presidencia, diciendo que no tenía “absolutamente ninguna autoridad” para hacerlo.

Zervos, de 43 años, es una de las tres mujeres cuyas demandas distraerán a la Casa Blanca en los próximos meses. La actriz porno Stormy Daniels demandó a Trump en un intento por anular un contrato secreto que requiere que guarde silencio sobre su presunto romance con él en 2006 y 2007.

La ex modelo de Playboy Karen McDougal presentó una demanda el martes para anular un acuerdo de confidencialidad que le impide hablar sobre un supuesto romance con Trump durante el mismo período.

La semana anterior, Zervos habló de sus acusaciones de octubre de 2016. Trump se disculpó por decir durante la grabación de un episodio de “Access Hollywood” que podía agarrar mujeres por sus genitales cuando quisiera porque era una celebridad.

Pero Trump negó las acusaciones de que realmente participó en conducta sexual inapropiada.

Después de aparecer en “The Apprentice” en 2005 y ser “despedida” en el programa, Zervos buscó trabajo en la Organización Trump. En una visita a su oficina de la Trump Tower en 2007, la besó en los labios sin su consentimiento, dijo.

Poco después, la invitó a cenar al Hotel Beverly Hills. Cuando llegó, el guardia de seguridad de Trump la llevó al bungalow de Trump, donde la besó agresivamente, le puso la mano en el pecho y presionó sus genitales contra ella, dijo.

Zervos dijo que ella rechazó sus avances, lo que provocó el enojo de Trump.

Zervos, de filiación política republicana, no hizo públicas sus acusaciones hasta la semana después de que Trump negó haber negado participado en el tipo de conducta que describió en “Access Hollywood”.

“Sentí que tenía que hablar sobre su comportamiento”, dijo. “No tienes derecho a tratar a las mujeres como objetos sexuales solo porque eres una estrella”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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