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Los únicos insectos que viven en mar abierto

Espécimen macho de Halobates splendens.
Espécimen macho de Halobates splendens.
(EFE)
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Solamente un grupo de insectos, los denominados `patinadores oceánicos´, se ha adaptado a la vida en alta mar, un entorno ambiental muy duro y hostil para las pequeñas criaturas terrestres o voladoras. Hasta hace poco se desconocía cómo evolucionaron estos insectos oceánicos únicos para conquistar alta mar.

Ahora, un estudio de su genética ha proporcionado una pista que tiene que ver con el momento en que surgieron las principales corrientes del Océano Pacífico oriental y con la evolución de cada especie de patinador para adaptarse a las condiciones únicas de dichas corrientes.

Científicos de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), en Singapur, y del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego (UCSD), en Estados Unidos, examinaron la genética de tres especies de este insecto, también llamado ‘zancudo acuático’, recogidos con redes de inmersión en el Pacífico oriental entre Hawai y Perú.

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Los resultados de su estudio revelaron que los patinadores, científicamente denominados ’Halobates Eschscholtz, 1822’ se fueron especializando y adaptando a los diferentes sistemas de corrientes oceánicas que recorrían, a medida que estos movimientos de las aguas en los océanos cambiaban adoptando sus configuraciones modernas.

Estos hallazgos podrían desvelar el misterio de cómo cada especie de patinador llegó a ocupar hábitats enormemente diferentes de los de otros insectos, y también profundizar en nuestra comprensión de cómo el cambio climático afecta a los organismos que habitan en los océanos, según la NUS (https://nus.edu.sg).

“Es sorprendente observar cómo la historia genética de estos insectos está estrechamente ligada a la de nuestros océanos”, señala la doctora Wendy Wang, entomóloga del Museo de Historia Natural Lee Kong Chian, de la NUS.

MAR ABIERTO: UN ENTORNO MUY HOSTIL

Recalca que “el océano abierto es un entorno extremadamente hostil, con luz solar directa durante todo el día, fuertes vientos y comida limitada”.

La capacidad de la cubierta corporal o cutícula del ’Halobates’ para proteger sus órganos internos del calor y los daños provocados por los rayos ultravioleta, para sobrevivir a las violentas tormentas oceánicas y para encontrar alimento en un hábitat donde ningún otro insecto podría vivir, demuestra su singular rol ecológico en el océano, según Wang.

Asegura que “estas características convierten a estos insectos en unos fascinantes sujetos de estudio para la ciencia de los materiales y las adaptaciones biológicas extremas.”

Los ‘patinadores oceánicos’ viven toda su vida corriendo perpetuamente sobre la película superficial de los mares abiertos, soportando las tempestades y alimentándose de pequeñas presas atrapadas en la superficie del océano o justo debajo de ella.

Actualmente se conocen cinco especies oceánicas del género Halobates. Aunque se ha establecido bien dónde pueden encontrarse, se sabía poco sobre su variación genética y sobre cómo afectan a su distribución geográfica factores físicos como las corrientes oceánicas, la temperatura y los vientos.

El equipo de investigación de la NUS realizó un estudio genético de tres de esas especies de patinadores, recogidas desde la costa de México hasta la de Perú, y en puntos tan alejados en el mar como Hawai.

La mayoría de los especímenes fueron recogidos de la superficie del océano mediante redes de inmersión por la doctora Lanna Cheng, bióloga marina del Instituto Scripps (https://scripps.ucsd.edu) y coautora del estudio, quien es una experta mundial en la investigación de los Halobates y lleva casi cinco décadas estudiando a este género de insectos.

PATINANDO SOBRE LAS CORRIENTES OCEÁNICAS

El análisis genético de casi 400 especímenes de las tres especies de ‘patinadores oceánicos’ desveló que el Halobates splendens, amplió su población hace casi un millón de años, y que los Halobates micans y Halobates sobrinus aumentaron su abundancia hace entre 100.000 y 120.000 años, coincidiendo con acontecimientos climáticos pasados, según la NUS.

El H. splendens, que habita en una rica y productiva ‘lengua’ de aguas superficiales frías que se origina frente a la costa de Sudamérica y es conocida como ‘la corriente del Perú’, comenzó a crecer en población cuando esas aguas se enfriaron.

Las especiales H. sobrinus y H. micans, que viven en las aguas cálidas y relativamente improductivas de Centroamérica, se expandieron cuando el fenómeno climático de ‘El Niño’ hizo que el agua cálida del océano se desplazara hacia el Pacífico oriental.

“Sin límites físicos aparentes en el océano abierto que los detengan, los Halobates pueden patinar prácticamente desde la costa de California a través de todo el Océano Pacífico hasta Japón y más allá”, dijo la doctora Cheng.

“Sin embargo dos de las especies estudiadas en este trabajo, H. sobrinus y H. splendens, nunca han sido encontradas aventurándose más allá del Océano Pacífico oriental”, según los investigadores.

Este trabajo sugiere que esto sucede “porque las poblaciones de estas dos especies crecieron cuándo surgieron las corrientes oceánicas en las que ahora viven”, según el paleontólogo Richard profesor en el Instituto Scripps, quien participó en el estudio.

Norris explica que esas especies se adaptaron estrechamente a las condiciones específicas de las corrientes en cuya parte superior habitan, la cuales se diferencian de otros movimientos de aguas oceánicas, incluso en el carácter de la niebla marina que a veces las acompañan, así como en la película de la superficie del agua.

Por esa razón habitan en una determinada zona del mar abierto y no llegan a otras áreas donde imperan condiciones diferentes.

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