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Madre pide castigo para policía que mató a hispano desarmado

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Familiares de un joven latino que murió tiroteado por un policía de Los Ángeles pidieron ayer a la fiscalía de la ciudad que entable cargos criminales contra el agente.

La petición, que busca justicia para Sergio Navas, se dio después que la Comisión del Departamento de Policía dijera que el oficial violó las políticas de disparar en contra de un hombre desarmado.

“Sólo queremos que se haga justicia y que esto no vuelva a pasar, para que otros niños no queden huérfanos”, dijo Rosa Navas, madre de la víctima.

Sergio Navas, de 35 años, murió en la madrugada del 5 de marzo del 2015, después de eludir a los agentes que intentaron detenerlo por conducir a exceso de velocidad.

La persecución terminó en un callejón donde el latino supuestamente se bajó de su vehículo y se enfrentó al oficial Brian Van Gorden, que le tiró dos disparos. El latino estaba desarmado.

“No todos los días escuchamos que la Comisión de Policía admite que un agente de policía actuó de forma incorrecta, debemos sentar un precedente y sacar a estos agentes de las calles”, advirtió el abogado Luis Carrillo.

El hecho causó una serie de protestas de la comunidad hacia el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) en marzo pasado, pero las manifestaciones fueron minimizadas por otro tiroteo captado en vídeo, en el que un indigente afroamericano murió en un enfrentamiento con agentes del LAPD.

“Son muchos los hechos en los que oficiales del LAPD han estado involucrados y debemos cambiar estas prácticas que están afectando a las comunidades más vulnerables”, indicó Carrillo.

En abril del año pasado, la familia de Navas, padre de tres niños, demandó oficialmente a la ciudad por 10 millones de dólares. Ahora esperan que la fiscalía tome acciones y entable cargos de asesinato involuntario contra Van Gorden.

La madre del difunto espera ahora que el jefe del LAPD, Charlie Beck, apoye esta petición, así como apoyó los cargos criminales en otro caso en el que un hombre desarmado murió en la ciudad de Venice a manos de uno de sus oficiales.

“Es un acto de justicia lo que pedimos”, dijo la mujer entre lágrimas.

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