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Qué causa la peligrosa niebla de “tule” en el Valle Central de California, y por qué es cada vez más inusual

Esta colisión, que involucró a seis camiones semi, fue atribuida a una niebla extremadamente densa en la autopista 99 al sur de Merced, California, en 2002.
(Dave Getzschman / Merced Sun-Star)
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Considerada una maldición para los automovilistas, la niebla de tule (tule fog), un elemento básico del invierno en los valles de Sacramento y San Joaquín en California, puede reducir la visibilidad a cero y causar atascos enormes en las autopistas.

Pero también es amada por los productores de cultivos como almendras, albaricoques, cerezas, duraznos y pistachos, porque ayuda a los árboles a satisfacer el requisito de retardo necesario para producir flores y frutas; ese período de descanso es necesario para generar buenas cosechas durante la temporada de crecimiento.

Y en el seco Valle Central, el fenómeno es una parte natural de la ecología.

Se le ame o se le odie, un estudio realizado hace unos años por investigadores de la Universidad de Berkeley descubrió que la tendencia de esta niebla es decreciente.

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Una foto satelital muestra el Valle Central de California, empañado con una espesa niebla de tule blanca.
(NASA / Los Angeles Times)

¿Por qué se la llama niebla de tule?

Se cree que este fenómeno surge de humedales llenos de tules, o Schoenoplectus acutus, una caña o junco común en las marismas de California.

Un oficial del ejército español, el comandante Pedro Fages, descubrió un enorme lago de agua dulce en el sur del Valle de San Joaquín mientras buscaba desertores en 1772. Los desiertos y las marismas alrededor de las orillas del lago estaban llenos de estos juncos, por lo cual lo llamó Los Tules. El nombre proviene de una palabra náhuatl, tullin, que se emplea para juncos similares en las marismas que rodean la Ciudad de México.

Fages es el mismo explorador que encontró matorrales de vides silvestres en un cañón en Tehachapis y lo llamó Cañada de las Uvas, o Grapevine Canyon.

Un par de indígenas construyen una balsa, utilizando juncos de tule en California, a fines de la década de 1920 o principios de 1930. (Bobbi Onia / Underwood Archives / Getty Images)
(Bobbi Onia / Underwood Archives / Getty Images)

Tullin es la raíz de la cual derivan sus nombres el lago Tulare, el condado y la ciudad homónimas. Un tulare es un pantano de tules. Pero el lago Tulare, que fue uno de los más grandes del oeste, se ha secado porque los arroyos y ríos que lo alimentaban fueron desviados y el agua se utiliza para la agricultura y los municipios.

Muchos grupos de indígenas americanos usaban tules para hacer cestas, cuencos, esteras, sombreros, refugios, botes e incluso señuelos para patos.

¿Cómo se forma la niebla de tule?

La espesa niebla de tule del Valle Central es un tipo de niebla de radiación que se forma en noches tranquilas y despejadas, generalmente después de una lluvia profunda, cuando la Tierra libera su calor (lo irradia, como un radiador) al espacio. Esto sucede en noches claras y estrelladas, no cuando hay una capa de nubes que forme una acogedora manta para conservar el calor del planeta. También se puede formar niebla cerca de cualquier agua, como lagos, arroyos y acueductos.

1. La niebla se forma cuando el sol pálido del invierno, por débil que sea, calienta el suelo durante el día y es seguido por una noche despejada con vientos de menos de 5 mph.

2. El calor irradia desde el suelo hacia el espacio, enfriando el aire cerca de la superficie. Este enfriamiento nocturno puede recibir ayuda del aire frío que se hunde en el valle cuando los vientos son suaves.

3. A medida que el aire cerca del suelo se enfría hasta producir rocío, o punto de saturación, la humedad se condensa alrededor de minúsculas partículas de polvo, polen o contaminantes (núcleos de condensación), creando pequeñas gotas de agua que forman esta niebla, que es simplemente una nube cercana al suelo.

4. A medida que la capa de niebla se profundiza, el suelo queda cubierto y ya no irradia calor directamente al espacio. Pero el enfriamiento por radiación continúa en la parte superior de la capa de niebla, y la vuelve más gruesa y profunda. Las gotas de agua en la niebla son extremadamente pequeñas, de menos de una milésima de pulgada de diámetro, y se necesitarían 10.000 de ellas para cubrir la cabeza de un alfiler.

La niebla generalmente alcanza su densidad máxima a las 7 a.m., según Stephen LaDochy, profesor del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de Cal State L.A., pero puede continuar espesándose como resultado de la convección en las horas de la mañana.

“En el seco Valle Central, las plantas, especialmente las especies nativas, adoran el agua extra que proporciona esta niebla”, comentó Bill Patzert, exclimatólogo del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA.

La agricultura en el Valle Central, que representa el 95% de la producción de frutas y nueces de EE.UU, también depende del frío invernal para promover el desarrollo adecuado de brotes, flores y frutas. Para lograr altos rendimientos, los árboles frutales necesitan períodos sostenidos con temperaturas inferiores a aproximadamente 44 grados Fahrenheit, durante fases prolongadas de niebla de tule.

Los investigadores Dennis Baldocchi y Eric Walter informaron en 2014 que, según datos satelitales, la cantidad de días de niebla invernal había disminuido en un promedio de 46% en los últimos 32 inviernos. Ellos plantean la hipótesis de que esa baja ocurre junto con una reducción del frío invernal, y contribuye a ella. Es probable que el frío disminuya aún más con el calentamiento global.

El calentamiento por el cambio climático, además de los efectos de las islas de calor urbanas y el control de la contaminación del aire, puede disminuir la frecuencia de la niebla de tule, consideró LaDochy, profesor de Cal State L.A.

La contaminación se convierte en un factor en la formación de niebla porque el hollín, el polvo y los escapes de vehículos proporcionan las pequeñas partículas en el aire -o núcleos de condensación- alrededor de los cuales se condensa el vapor de agua para formar nubes, niebla y neblina.

(Paul Duginski / Los Angeles Times)

Pero si el crecimiento de la población y la urbanización continúan en el Valle Central, la reducción de la contaminación del aire podría no ser duradera, advirtió LaDochy.

Conducir en la niebla

El fenómeno ha producido atascos de más de 100 vehículos en el Valle de San Joaquín. Uno de los peores accidentes en cadena causados por la niebla involucró 108 vehículos y clausuró la Autopista 99 durante más de 12 horas en noviembre de 2007. La colisión se prolongó durante 10 minutos y dio por resultado dos muertes y 40 heridos.

Choques como ese llevaron a Caltrans a desarrollar un sistema de detección, valuado en $12 millones de dólares, para alertar a los automovilistas sobre la espesa niebla a lo largo de una sección especialmente propensa a accidentes de la Autopista 99, al sur de Fresno.

La Patrulla de Carreteras de California (CHP) sugiere que, de ser posible, los conductores pospongan sus viajes hasta que el fenómeno ceda. Aquellos que conduzcan en condiciones de niebla deben llevar encendidas las luces bajas, indica el CHP; no deben seguir muy de cerca a otros vehículos y tienen que evitar cambiar de carril. La visibilidad se puede reducir a 10 pies y la niebla podría ser desorientadora, lo cual hace que los automovilistas conduzcan más rápido de lo que creen. Tampoco hay que detenerse en las carreteras, excepto en emergencias. Conductores y pasajeros deben alejarse de los vehículos averiados. También se insta a prestar atención a los vehículos de CHP que guían el tránsito a través de la niebla.

Todo esto comprueba que, aunque la niebla de tule puede aparecer silenciosamente, tiene un efecto sorprendentemente grande en el medio ambiente, la agricultura, el comercio y la seguridad pública de California.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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