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Capitalizó su vida en las sombras para llevar esperanza a los inmigrantes

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La vida de Óscar Ayón Puga ha transcurrido entre la escasez y la fama del mundo del entretenimiento. Cuando le hablan del sufrimiento de los indocumentados o del mundo de las celebridades latinas, él sabe de qué se trata y ahora combina ambas experiencias para llevar esperanza a los inmigrantes.

Ayón Puga, de 37 años, llegó indocumentado a Estados Unidos. Y aunque desde hace algunos años obtuvo su residencia, no se olvida de donde viene y a través de la organización Unidos Por La Música provee recursos y asistencia a la comunidad latina en Inland Empire.

“Le decía a mi mamá que nos regrésaramos. ¿Por qué nos tuvimos que ir?”, recuerda que le preguntaba a su progenitora cuando estaba recién llegado, entonces de 11 años de edad.

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Este líder comunitario mexicano nació en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco. En 1993 sufrió la devastadora muerte de su padre a causa del cáncer. En ese momento, vivían cinco de sus hermanos en California. Con mucha discresión, su mamá decide que lo mejor era irse a Estados Unidos.

“Yo era feliz”, dice Ayón Puga, recordando que él vivía en una colonia pobre en suelo tapatío.

Junto a su mamá y su hermana Adriana, salieron hacia Tijuana. Hicieron dos intentos para cruzar la frontera. En una de esas ocasiones, los llevaron a un cerro de madrugada. Estuvieron escondidos cuatro horas. En otra oportunidad los agarró la ‘Migra’, su mamá pasó una noche en una fría celda.

En la tercera oportunidad lograron cruzar.

“Cuando tienes las ganas y los deseos ves las cosas sin ningún obstáculo”, dice ahora cuando han pasado 25 años desde ese trayecto.

Ayón Puga tiene una licenciatura y una maestría en Mercadeo, en este momento estudia un doctorado en Gestión y Liderazgo. A principios de año se dedica a planificar junto a su equipo. En la organización trabajan siete empleados. A la fecha, han ayudado a cerca de 120 mil personas en todos los programas.

Unidos Por la Música, fundada en el 2011, tiene un banco de comida, programa de música después de escuela, becas para estudiantes “dreamers” y un programa de salud.

Fue en Brasil cuando surgió la idea. Se encontraba en un hotel de Río de Janeiro, dirigiendo la gira de Christian Chávez, exintegrante de RBD.

Al ver a la multitud, se preguntó: “¿Por qué no hacer un concierto benéfico? Se me hizo padre ver tanta gente unida por la música y aprovechar esa tarima para enviar un mensaje”.

Y es que para recaudar fondos, ha contado con el apoyo de diferentes artistas, dado que después de graduarse de la universidad, entre el 2005 y 2008, se desenvolvió como gerente de promociones de una radio, en donde estableció conexiones con músicos y cantantes.

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Cuando estaba terminando su maestría, para graduarse le pidieron en el trabajo final que elaborara un plan de lo que haría si tuviera un millón de dólares. Y lo que propuso fue la creación de una organización no lucrativa que atendiera las necesidades de la comunidad latina en Inland Empire.

“Es una idea muy sólida”, le dijeron. Ahí lo animaron a que siguiera y le diera vida al proyecto.

En mayo de 2011 comenzó con el banco de comida. Luego se fueron implementando los otros programas.

Cuenta que el programa de becas, por ejemplo, está dirigido a estudiantes amparados al programa Acción Diferida para los Llegadas en la Infancia (Daca). Aquí aceptan solicitudes de jóvenes de Los Ángeles, San Diego, Orange, Santa Bárbara, Valle del Antílope, Riverside y San Bernardino.

“Yo me identifico con los estudiantes Daca”, señaló. “Sé que un estudiante cuando recibe $1,000 es la vida para ellos. Creo mucho en ellos, porque sé lo que es tener tres trabajos”.

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Ayón Puga comenzó a laborar a los 15 años. Su primer empleo fue en un restaurante. Cuando estaba en la universidad tenía dos trabajos durante la semana y los sábados y domingos tenía otro. Ahí lavaba platos, picaba verduras, barría y trapeaba, entre otras tareas.

“No quería trabajar en un restaurante siempre”, rememoró. Por eso, con gran esfuerzo culminó su licenciatura y sigue estudiando. Y ahora a través de Unidos por la Música estimula a los “dreamers” con las becas, cuyas solicitudes deben entregarse cada septiembre.

“No quiero darles el pescado solamente, quiero enseñarles a pescar”, subrayó sobre la importancia de la educación.

Cada año realizan cinco festivales de música gratis. También organizan conciertos para recaudar fondos, el primero lo hicieron en el 2014 en Ontario, el artista invitado fue El Dasa. De esta manera, pueden financiar los diferentes programas.

Esta organización cuenta con dos centros de recursos, uno en Ontario y otro en San Bernando, a donde acude la comunidad a recibir la ayuda. A la fecha, han entregado más de 2 millones de libras de comida, las cuales se denominan “bolsas de esperanza”, entre otros resultados de sus programas.

“Las cosas pasan por algo, la vida es así, Dios te tiene preparado algo mejor”, dijo en referencia al camino que le ha tocado vivir.

“La satisfacción para mi es ver la felicidad y alegría de la gente cuando se están llevando sus bolsas de comida”, agregó. “Me apasiona ir a sentarme con gente poderosa para que dé un poquito de su bolsillo, porque la gente que recibe la ayuda siente una esperanza”, concluyó.

EL DATO
Unidos Por La Música
Sitio web: uplmnonprofit.org
Teléfono: 909.391.3999

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