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Avanza la nueva caravana migrante hondureña; en El Salvador podría salir otra

Más de 1,000 personas salieron desde San Pedro Sula, Honduras el miércoles, luego se han sumado otros grupos.
Más de 1,000 personas salieron desde San Pedro Sula, Honduras el miércoles, luego se han sumado otros grupos.
(EFE)
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Una nueva caravana migrante salió de San Pedro Sula, Honduras, el miércoles anterior; mientras ese grupo avanza en Guatemala, las autoridades de El Salvador han salido al paso para disuadir lo que sería otra movilización y en México advierten que no los dejarán pasar como ocurrió en el pasado.

Ayer por la noche circuló la información en El Salvador que se estaría organizando una caravana que saldría, el lunes a las 6 am, del emblemático monumento al Divino Salvador del Mundo, algo que alertó de inmediato a la Embajada de Estados Unidos en ese país y al Ministerio de Relaciones Exteriores.

“El Gobierno de El Salvador, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, reitera el llamado a la población a no dejarse engañar por personas inescrupulosas que incitan a viajar en grupo, de manera irregular”, dijo la Cancillería en su cuenta de Twitter.

En la misma red social, Ronald Johnson, embajador estadounidense, exhortó a los salvadoreños para que no se unan a un viaje “destinado al fracaso”; a su juicio, bajo la presidencia de Nayib Bukele, esta nación “está en un momento de cambio, los invito a construir su futuro aquí en El Salvador”.

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Esta modalidad de desplazamiento, denominada caravana migrante, irrumpió el 16 de octubre de 2018, cuando partió la primera de territorio hondureño.

Como en aquella ocasión, nuevamente arrancó de la gran terminal de buses en San Pedro Sula. Según lo reportó CNN en Español, la convocatoria fue compartida a través de las redes sociales. Decenas de personas se concentraron en ese punto el martes anterior a partir del mediodía.

“Hicimos este viaje por la falta de oportunidades de trabajo, aquí nosotros en este país estamos sin trabajo, no tenemos seguridad, salud, educación. Este país ha colapsado con este gobierno que tenemos”, dijo un inmigrante a la referida cadena de noticias.

Un grupo de aproximadamente 700 personas salió el miércoles en la madrugada hacia Agua Caliente, punto fronterizo con Guatemala. Otro grupo, de alrededor de 300 personas, utilizaron la frontera de Corinto para ingresar a suelo chapín, quienes rompieron el cerco de seguridad.

Otro grupo que pasó por esa misma frontera ayer por la noche repitió la escena, la cual ha sido captado por los medios de comunicación.

Las caravanas que salieron en el 2018 y a principios de 2019 tuvieron cierta facilidad para desplazarse hacia la frontera con Estados Unidos.

En esta oportunidad, según lo informó laverdadnoticias.com, los controles de inmigración son más estrictos en Guatemala, en donde los funcionarios chapines son acompañados por los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE).

Por otro lado, en el territorio mexicano la Guardia Nacional está apostada vigilando la frontera, lo que hará el trayecto más intrincado.

Este accionar del gobierno federal mexicano fue impuesto por el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, quien a raíz de las anteriores caravanas amenazó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador con imponer aranceles a todas las importaciones si no detenía a los migrantes.

Tan solo unas cuantas horas después de asumir su mandato, Alejandro Giammatei, presidente de Guatemala, manifestó que había conversado con Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores de México.

“Le preguntamos (al canciller Ebrard Casaubon) sobre la caravana y el Gobierno mexicano nos advirtió que no los va a dejar pasar”, dijo el mandatario guatemalteco en conferencia de prensa, quien fue juramentado presidente apenas el martes anterior por la noche.

En territorio chapín, agregó el Jefe de Estado, se realizará una exhaustiva revisión de documentos de los integrantes de la carvana.

Baja las nuevas normativas, firmadas entre el gobierno de Estados Unidos con su contraparte de Honduras, El Salvador, Guatemala y México, los solicitantes de asilo tienen que someter su petición en otro país, no en la frontera estadounidense. A esto se le conoce como “tercer país seguro”.

Eso significa que los nicaragüenses y cubanos tendrían que presentar su solicitud en Honduras, entretanto los migrantes hondureños y salvadoreños les corresponde hacerlo en Guatemala.

A pesar de que los centroamericanos conocen de las barreras que enfrentarán en el camino, se han aventurado a sumarse a esta caravana que les ofrece mayor seguridad que si lo hicieran de manera individual, debido a las extorsiones y secuestros por parte de grupos delincuenciales.

En entrevista con la agencia Associated Press, Edmundo Orellana, exministro de Defensa y excanciller hondureño, manifestó que “vivir en Honduras es asfixiante” debido al déficit de empleo. “Los pequeños empresarios son extorsionados por las pandillas y el gobierno no hace nada por generar riqueza”, dijo.

“Los hondureños están desesperados por las circunstancias en que viven y no les importa huir del país aunque saben que Estados Unidos no los recibirá con los brazos abiertos y que los detendrá en Guatemala o México, donde pocos de ellos podrían asilarse”, apuntó Orellana.

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