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Las familias se reúnen después de casi dos años de separación: “El comienzo de otro viaje”.

Esvin Fernando Arredondo embraces his daughter, Alison Arredondo, at Los Angeles International Airport
Esvin Fernando Arredondo abraza a su hija, Alison Arredondo, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Un juez federal encontró que Estados Unidos había deportado ilegalmente a Arredondo y lo había separado de su familia.
(Jason Armond / Los Angeles Times)
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El niño se balanceaba de un lado a otro mientras buscaba en cada rostro en el aeropuerto, tratando de encontrar a su padre.

Byron Xol se mezcló con docenas de otras personas que esperaban en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles para saludar a sus seres queridos. Pero entonces un hombre detrás de Byron preguntó cuánto tiempo había pasado desde que el niño de 9 años había visto por última vez a su padre.

“Más de 600 días”, dijo Holly Sewell, cuya familia ha cuidado de Byron durante los últimos nueve meses. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

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Byron había estado esperando casi dos años este momento.

David Xol of Guatemala hugs his son Byron, 9, at Los Angeles International Airport
David Xol de Guatemala abraza a su hijo Byron en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles durante su primera reunión después de haber sido separados hace más de un año y medio.
(Ringo H.W. Chiu / Associated Press)

Su padre, David Xol, fue uno de los nueve padres que llegaron de la Ciudad de Guatemala en la noche del miércoles. Todos ellos fueron deportados sin sus hijos y separados de sus familias debido a las políticas de inmigración del presidente Trump.

En septiembre, el juez de Distrito de EE.UU Dana M. Sabraw declaró que las expulsiones habían sido ilegales y ordenó al gobierno que les permitiera regresar a Estados Unidos.

La reunión nocturna sirvió como un recordatorio de los efectos duraderos de la política de separación familiar de la administración Trump en miles de niños y sus padres. Los defensores y defensoras de los migrantes afirman que la administración ha seguido separando discretamente a cientos de familias utilizando diferentes tácticas.

“Por muy feliz que sea esta reunión, es realmente el comienzo de un viaje totalmente distinto para estos padres y niños que han quedado muy traumatizados por lo que han pasado”, dijo la doctora Amy Cohen, una psiquiatra infantil que ha trabajado estrechamente con Byron y su familia.

El número total de niños separados de sus padres o tutores sigue siendo desconocido. Al menos 471 padres fueron deportados sin sus hijos, y algunos aún no se han reunido.

“Quiero asegurarme de que la gente entienda que esta es una crisis que todavía sigue vigente; no se ha resuelto”, dijo el representante Jimmy Gómez (D-Los Angeles), quien estuvo en el aeropuerto para recibir a los padres que regresaban. “Sé que se está llevando a cabo una impugnación, sé que hay una elección presidencial en marcha, pero las vidas de estas familias no han podido seguir adelante porque han sido destrozadas”.

Family members and friends wait at LAX for reunions
Familiares y amigos esperan en el aeropuerto de LAX mientras nueve padres que fueron deportados sin sus hijos regresaron a EE.UU el miércoles por la noche.
(Jason Armond / Los Angeles Times)

En la Terminal Internacional Tom Bradley, una multitud de familiares, amigos, medios de comunicación y organizaciones de defensa se reunieron para esperar la llegada del avión poco antes de las 11 p.m.

Un puñado de personas llevaban un cartel que decía: “Bienvenidos inmigrantes y refugiados”. Un hombre sostenía nueve globos en forma de corazón que planeaba dar a cada padre.

Mientras Sewell y Byron esperaban, un hombre reconoció al niño y se detuvo. Se había sentado al lado de Xol en el avión y el orgulloso padre le había mostrado fotos.

“Me contó todo sobre ti”, le dijo el hombre a Sewell. “Muchas gracias por lo que hiciste por él”.

Byron pasó casi un año en varios refugios antes de ir a vivir con Matthew y Holly Sewell y sus dos hijos, Desmond y Windy, en su casa de Texas. Durante los últimos nueve meses, el niño ha hablado frecuentemente con sus padres y hermanos menores en Guatemala.

Sewell voló con Byron de Texas a Los Ángeles el miércoles por la mañana para que los dos pudieran estar presentes para la llegada de Xol. En su equipaje, el muchacho empacó un dibujo que había hecho de sí mismo y de su padre debajo de un corazón.

Fernando Arredondo, center, walks into the arrival area at the Tom Bradley terminal
Esvin Fernando Arredondo, al centro, camina hacia el área de llegada en la terminal de Tom Bradley en LAX.
(Jason Armond / Los Angeles Times)

“Te quiero, papá”, escribió en español. “Te extraño, papá”.

También trajo el cinturón y la cartera de su padre que le habían dado después de la separación. El chico había llenado la cartera negra y marrón con 100 dólares, que se ganó vendiendo limonada.

Sewell mantuvo un brazo protector alrededor de Byron mientras le aseguraba una y otra vez que su padre saldría pronto. Al niño le dolía el estómago por los nervios.

“Están haciendo el control de ICE [Servicio de Inmigración y Control de Aduanas]”, dijo Sewell.

“¿Patinaje sobre hielo?” preguntó el chico, sin entenderlo. Acababa de ir a patinar sobre hielo el fin de semana pasado.

“No, son los funcionarios de inmigración”, explicó.

Pronto, una ovación resonó entre la multitud cuando vieron a los padres que por fin se abrían paso entre los demás pasajeros.

“Oh, Dios mío”, dijo Sewell, mientras veía al padre de Byron.

Cuando Xol finalmente llegó a su hijo, se arrodilló y lo abrazó con fuerza, enterrando su cara llena de lágrimas en el cuello del niño. Además de tener su pelo más largo, Byron era más alto de lo que recordaba. Xol lo sostuvo con fuerza durante varios minuto.

“Cuando lo dejé estaba mucho más chico”, dijo Xol, sosteniendo una mano para mostrar cuántas pulgadas había crecido su niño desde su separación.

Hace casi dos años, Xol llegó a la frontera con su hijo, quien entonces tenía 7 años, para pedir asilo. Según Xol, los oficiales de inmigración le dijeron que si continuaba con su solicitud de asilo, sería retenido por dos años y separado de Byron.

El padre dijo que decidió firmar un formulario que creía que le permitiría salir del país con su hijo. Sabraw consideró que la expulsión de Xol era ilegal porque no había retirado su solicitud de asilo voluntariamente.

El niño dijo a los periodistas que se sentía bien después del reencuentro.

“Echo mucho de menos a mi familia”, dijo Byron. “Finalmente puedo ver a mi padre”.

Mientras el niño y su padre se reunían, Ricardo de Anda, el abogado de la familia, abrazó a Sewell.

“Lo hicimos”, dijo De Anda.

Esvin Fernando Arredondo runs to embrace his daughter, Alison Arredondo, as the rest of his family watches at LAX.
Esvin Fernando Arredondo corre a abrazar a su hija, Alison Arredondo, mientras el resto de su familia lo ve en el LAX.
(Jason Armond / Los Angeles Times)
Family reunions at LAX
De izquierda a derecha, Alison Arredondo, su madre, Cleivi Jerez, y sus hermanas Andrea y Keyli esperan para reunirse con Esvin Fernando Arredondo en el LAX.
(Jason Armond / Los Angeles Times)

Al otro lado del aeropuerto, Esvin Fernando Arredondo se reunió con su esposa, Cleivi Jerez, y sus tres hijas, de 17, 13 y 7 años. Su hija menor, Alison, sostenía un póster azul que decía “Bienvenido papá”.

Arredondo fue separado de su hija Andrea en mayo de 2018. El gobierno deportó a Arredondo incluso después de que Sabraw ordenara la reunificación de las familias y emitiera una orden de restricción temporal que prohibía a los funcionarios deportar a los padres separados de sus hijos, según el fallo del juez.

“Es algo muy duro”, dijo Arredondo sobre la separación. “Como si alguien te hubiera sacado algo del cuerpo”.

Dondequiera que Arredondo fuera, Alison se aferraba a él, con la cara roja de tanto llorar. No quería volver a separarse de su padre. Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras él besaba la parte superior de su cabeza.

“¿Estás feliz?” le preguntó a la joven, que estaba vestida con un suéter rosa de Disney y zapatos brillantes. “¿Estás feliz?”

“Sí”, respondió en español.

Ahora, dijo, se trata de recuperar el tiempo perdido.

Byron Xol, 9, watches as his father, David Xol, right, is interviewed upon his return to the U.S.
Byron Xol, de 9 años, observa cómo su padre, David Xol, a la derecha, es entrevistado a su regreso a Estados Unidos.
(Jason Armond / Los Angeles Times)

Otros siete padres que llegaron en el vuelo se reunirán con sus hijos este fin de semana o en las próximas semanas. Muchos de sus hijos están dispersos por todo el país, desde Virginia hasta Texas.

Una madre no estaba segura de cuándo volvería a ver a su hijo adolescente. Él todavía está bajo custodia del gobierno, pero ella tiene fe en que su reunión será pronto.

Durante su separación, ella se estresó tanto que su rostro quedó paralizado por unos días, según documentos de la corte. Se sintió “abrumada por la depresión”.

Después de casi seis meses de separación de su hijo, abandonó su solicitud de asilo después de que se le dijera que permanecerían separados durante cinco meses más. Sabraw consideró que su expulsión era ilegal.

Byron regresará a Texas el jueves por la noche y luego se reunirá con su padre para siempre a principios de febrero.

En una videoconferencia con la hija de Sewell, Windy, antes de dirigirse al aeropuerto, Byron trató de consolar al niño de 5 años.

“Te extraño; no quiero dejarte, Windy”, dijo el niño. “Pero quiero ver a mi padre”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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