Columna de Adictos y adicciones: ¿Qué tal te va?
Estimado lector, querida amiga, si tú o alguien a quien amas, está involucrado en drogas, estas palabras son para ti.
Quiero compartir con ustedes, la experiencia de un grupo de personas que están viviendo una vida sin drogas. Todos han sido adictos a diferentes sustancias, a ellos y sus familias, les parecía imposible que algún día estuvieran limpios. Muchos aún están padeciendo las secuelas de su adicción, pero todos se han mantenido firmes y su testimonio es una luz al final del túnel.
La pregunta fue: ¿Cómo es su vida sin drogas?
“Me costó más trabajo dejar el tabaco que el alcohol; pase más de tres años luchando con la ansiedad de un trago, en esos años fumaba como locomotora, así que, cuando mi padrino me sugirió dejar el tabaco me resistí, hice trampa, me escondía para fumar, pero finalmente lo solté. ¿Cuál fue el resultado? Subí de peso, pase de 75 kilos a 150, esa fue otra lucha, tan tenaz como dejar el trago. Actualmente peso 85 kilos, tengo esposa e hijos y llevo 25 años limpio”.
Arturo
“Gracias a Dios me siento súper, ya no vivo para la droga, ahora vivo para agradecerle a Dios y a mi familia por haberme sacado del vicio, felices 24 horas”.
Aurora
“Como dice Polo Polo: Otro pinche mundo. Por la gracia de Dios llevo un año y dos meses sin consumir. Desde que supe que sería padre decidí hacer un cambio definitivo, cerré esa puerta para abrir otra, una donde está mi familia, mi hija, mis padres y hermanos; los problemas no se han terminado, pero ahora los enfrento sin ansiedad y sin miedo”.
Leo
“Yo empecé tomando alcohol, el día que me inicié en mis adicciones iba muy bien vestido, tenía un reloj muy fino, que me habían regalado mis padres, zapatos nuevos y un auto viejo, viejo, pero mío.
“¿Cómo me siento? Más o menos, entré a un programa de metadona que me ha ayudado con la ansiedad; lo malo es que el programa es de 21 días, te van reduciendo la dosis poco a poco, hasta que te dejan por tu cuenta, yo llevo dos meses y medio limpio. En este tiempo me di cuenta que soy adicto a las agujas, extraño el piquete y la rutina de andar siempre consiguiendo dinero para la cura, con la mirada en el piso, por si me encuentro un billete o una moneda. Últimamente duermo casi toda la noche, hace mucho que no tenía tres comidas, y ahora con la pandemia mis hijos están en casa todo el día, no tengo oportunidad de salirme como antes, me siento bien, pero con mucha ansiedad, no quiero ser hipócrita, todavía se me antoja, pero empieza a gustarme esta vida”.
José
“Me siento maravillosamente bien, puedo disfrutar más a mis hijos, convivir con mi familia, amo mi nueva vida”.
Yesenia
“Ahora tengo una tranquilidad excelente, ya descanso, me puedo levantar para ir a trabajar, no robo, analizo las cosas antes de hacerlas, tengo seguridad en mí mismo y sobre todo, tengo una paz espiritual que no la cambio por nada. Si no fue Dios quien logró ese cambio, ¿quién fue? Mi madre me enseñó a orar, no a rezar, sino a orar, a hablar con Dios, lo había olvidado y les puedo asegurar que Él siempre responde. Animo”.
Meño
Historias como estas se escuchan todos los días, es verdad, hay más adictos que recuperados, pero no todo está perdido. En los programas de doce pasos siempre se reconoce lo difícil que es dar el primer paso, es decir, reconocer que se tiene un problema y que la vida se nos ha salido de control, no es cualquier cosa, se necesita mucho valor. ¿Qué se necesita para dar este paso? Honestidad y humildad, honestidad para reconocer que nuestra vida se ha vuelto un caos y humildad para pedir ayuda.
En estos tiempos es muy fácil encontrar información y grupos donde recibir ayuda. Si usted es adicto o familiar de uno, siempre hay un grupo con la puerta abierta esperándolo, imagine que son los brazos de Dios y acérquese, no se arrepentirá.
Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.
cadepbc@gmail.com
Empecé con las drogas por seguirle la onda a mis amigos
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