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Los niños de la escuela Las Vírgenes están entre los primeros en Los Ángeles en regresar a clases en persona

Kindergarten students of teacher Ursula Dysthe wear face protection at Lupin Hill Elementary School in Calabasas.
Los niños de kindergarten en la clase de la maestra Ursula Dysthe usan protección facial en la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas, una de las primeras escuelas primarias públicas en reabrir en el condado de Los Ángeles bajo una exención en medio de las crecientes infecciones por coronavirus.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Las escuelas privadas y públicas de las zonas de mayores ingresos del condado de Los Ángeles han comenzado a abrir sus campus a sus estudiantes más jóvenes en virtud de exenciones y normas que permiten que las escuelas se abran a pequeños grupos de alumnos con necesidades especiales.

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Aprender a compartir suele ser una de las primeras lecciones para los pequeños de jardín de infantes. Pero no lo fue cuando cientos llegaron al campus el lunes, los primeros niños de escuelas públicas en el condado de Los Ángeles que regresaron a algo así como un aula normal en medio de un aumento de las infecciones por coronavirus.

No se permiten lápices o crayones compartidos. No sentarse juntos en las mesas. No hacer rebotar una pelota de una persona a otra. El uso de “brazos de extendidos para mantenerse alejado de sus compañeros de clase es la nueva norma.

Sin embargo, a pesar de todas las restricciones que tuvieron que sortear, las familias y los funcionarios expresaron su entusiasmo porque su pequeño sistema de escuelas públicas en el área de Calabasas se convirtió en el primero en el condado de Los Ángeles en reabrir los campus a clases de transición de jardín de infantes a segundo grado bajo exenciones aprobadas por el Condado. Estas exenciones permiten que los campus vuelvan a abrir incluso cuando las tasas de infección por COVID-19 son altas. Aproximadamente 2.000 estudiantes pisaron las aulas para el aprendizaje en persona 55 días después del año escolar.

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“¡Estamos emocionados de empezar!”, dijo el superintendente Dan Stepenosky al Times. Su distrito abarca la frontera entre el condado de Los Ángeles y el condado de Ventura, pero se encuentra principalmente dentro de la jurisdicción del condado de Los Ángeles, por lo que sus exenciones fueron otorgadas por el Departamento de Salud Pública de ese Condado. “La mayoría de los padres están muy entusiasmados”, agregó.

Expresiones similares de alegría y alivio, mezcladas con preocupaciones residuales, se desarrollarán en docenas de escuelas primarias locales en las próximas semanas, pero inicialmente no de una manera que sea equitativa para todos los estudiantes.

Hasta el lunes, el departamento de salud pública del Condado había otorgado exenciones a 74 escuelas primarias, una pequeña fracción de las 2.200 escuelas públicas en el condado de L.A. La gran mayoría de ellas han sido para escuelas privadas. Los departamentos de salud de Pasadena y Long Beach han otorgado 10 exenciones adicionales, todas para escuelas privadas. Narrativas similares se han desarrollado en otros condados de California.

Aunque más distritos escolares públicos están comenzando a ingresar al proceso de solicitud, los sistemas escolares más grandes del Condado y muchos que atienden a un gran número de estudiantes de familias de bajos ingresos, incluido el Distrito Unificado de Los Ángeles, no están aplicando, citando importantes preocupaciones de seguridad ya que el Condado permanece en el nivel púrpura más restrictivo según el plan de reapertura de cuatro fases del estado, lo que indica una transmisión generalizada del virus. Algunos citan la falta de fondos para proporcionar el equipo de seguridad y salud necesario, así como la resistencia de los sindicatos de empleados.

Teacher assistant Susan Silic oversees proper hand washing at Lupin Hill Elementary School.
Susan Silic, asistente de maestra de jardín de infantes, supervisa el lavado de manos adecuado en la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas, una de las primeras escuelas primarias públicas que reabrió el lunes bajo una exención en el condado de Los Ángeles.
(Al Seib / Los Angeles Times)

El miedo por el virus persiste incluso cuando las familias están llevando a sus hijos al campus.

Liraz Benelisha se puso a llorar al ver a su hijo ir al jardín de infantes; no se permiten adultos que no sean empleados en el campus. Aunque estaba feliz de que finalmente pudiera conocer a sus compañeros de clase en persona, se sentía preocupada.

“Fuera de la escuela, algunas personas todavía no usan mascarillas, siguen socializando como si nada”, dijo. “Estoy confiando a otros la salud de mi hijo”.

Al buscar exenciones, muchas escuelas privadas tomaron en cuenta las preocupaciones de los empleados, pero no había sindicatos que impulsaran medidas de seguridad adicionales. El condado de L.A. inicialmente hizo obligatorio el apoyo de los empleados para una exención, pero luego eliminó ese requisito. El proceso del Condado ahora simplemente requiere un acercamiento a los empleados, lo cual se alinea con las pautas estatales. Con este cambio, las escuelas públicas podrían ponerse al día con las privadas en las exenciones, pero los distritos escolares siguen siendo cautelosos a la hora de resolver las preocupaciones planteadas por los sindicatos.

Incluso antes de que las exenciones estuvieran disponibles, muchas escuelas privadas se movieron rápidamente para traer de regreso a un gran número de estudiantes con “necesidades especiales”, cuando eso fue posible en el condado de Los Ángeles el 14 de septiembre.

Cuando las exenciones también estuvieron disponibles, los protocolos de seguridad de estas escuelas ya estaban implantados, a menudo incluyendo salones de clase con tiendas de campaña al aire libre para instrucción a tiempo parcial, nuevos sistemas HVAC que filtran el aire y escritorios separados por plexiglás. Algunos han requerido pruebas regulares de coronavirus a estudiantes y personal.

Muchas escuelas privadas interpretaron la disposición de necesidades especiales para incluir a todos sus estudiantes más jóvenes. El Condado ha dejado que los educadores definan las necesidades especiales.

La escuela Chadwick, que está solicitando una exención, trajo de regreso a los alumnos de kindergarten a fines de septiembre, y a los de primer y segundo grado a mediados de octubre a su campus de la península de Palos Verdes. La próxima semana, los estudiantes hasta el grado 12 comenzarán las visitas semanales al campus.

Westside Neighborhood School en Playa Vista, que ha recibido una exención, dio la bienvenida a sus 85 alumnos de kindergarten y primer grado a principios de octubre. Gradualmente, los grados superiores se estarán incorporando a la vida del campus.

La escuela ha establecido un programa de pruebas de vigilancia COVID-19, con 900 pruebas emitidas a estudiantes y personal hasta ahora, todas con resultados negativos, dijo el director de la escuela Bradley Zacuto.

Algunas escuelas privadas se han vuelto creativas con la instrucción al aire libre. Seven Arrows Elementary, una pequeña escuela privada en Pacific Palisades, ha traído cada grado de regreso para “acondicionamiento juvenil”, lo cual está permitido bajo las pautas del Condado.

Dos veces por semana, los maestros llevarán a sus grupos de 12 a un parque o cerca de Will Rogers State Beach, donde los estudiantes nadan y practican yoga en la costa.

“Ha sido un cambio de juego”, dijo Margarita Pagliai, directora de la escuela Seven Arrows. “Permite que los niños se vean entre sí, hagan conexiones y obtengan mucha energía, de modo que cuando entran a Zoom están enfocados”.

Seven Arrows también recibió una exención y gradualmente estará aceptando a los estudiantes en la instrucción en persona, comenzando con 60 alumnos K-2 en el campus actualmente.

Kindergarteners practice social distance walking through the library at Lupin Hill Elementary School.
Los estudiantes de kindergarten de la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas practican la caminata social a distancia por la biblioteca el lunes por la mañana.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Las Vírgenes pudo abrir con una exención después de ganar un respaldo sindical. El Segundo Unified también obtuvo el respaldo de sus empleados como parte de sus exitosas solicitudes de exención. Es probable que sus dos escuelas primarias abran a principios de diciembre. Otros sistemas escolares locales con exenciones aprobadas hasta el lunes son La Canada Unified y Manhattan Beach Unified. Los cuatro sistemas escolares sirven a comunidades comparativamente prósperas, y también a áreas donde las tasas de infecciones por coronavirus son más bajas.

Palos Verdes Peninsula Unified está solicitando exenciones, pero al superintendente Alexander Cherniss también le gustaría ver la autorización para una reapertura más general en partes del condado de Los Ángeles donde las tasas de infección por el coronavirus son comparativamente bajas.

En la reunión pública el lunes, la directora de salud pública del Condado, Bárbara Ferrer, dijo que las reglas estatales no permiten que los condados reabran en secciones. También señaló que las tasas de infecciones están aumentando en prácticamente todas las comunidades del condado de Los Ángeles.

En las escuelas reabiertas, dijo Ferrer el lunes, hasta ahora ha habido “tres o cuatro” casos en 10 escuelas. Un campus informó nueve casos después de que un grupo de estudiantes fuera a Arizona a jugar un partido de béisbol. Los participantes se infectaron, luego regresaron a casa e infectaron a otros, expuso. Ferrer no nombró la escuela.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, el segundo sistema escolar más grande del país, no ha solicitado la reapertura de exenciones, pero está brindando tutoría individual e instrucción en grupos pequeños para hasta tres estudiantes a la vez para aquellos con necesidades especiales. El distrito dijo recientemente que cerca de 1.000 alumnos estaban participando entre sus 460.000 estudiantes de Kínder a 12º grado.

Calabasas kindergarten teacher Jennifer Klein administers hand sanitizer to students on the playground.
La maestra de kindergarten Jennifer Klein administra desinfectante de manos a los estudiantes en el patio de recreo de la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas.
(Al Seib / Los Angeles Times)

El Distrito Escolar Unificado de Rowland, un sistema escolar diverso del Valle de San Gabriel, está en un camino similar y llegó a un acuerdo el viernes con su asociación de maestros para comenzar evaluaciones individuales en persona para estudiantes con discapacidades.

“Este será el primer paso para traer de regreso a los alumnos”, dijo la portavoz del distrito Gina Ward. “Tanto el sindicato como el distrito están comprometidos con la seguridad de todos los estudiantes y el personal”.

CALABASAS, CA
El superintendente de las escuelas Las Vírgenes, Dan Stepenosky, ayuda a un estudiante de kindergarten que llega el lunes por la mañana a la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas.
(Al Seib / Los Angeles Times)

El lunes, los niños encontraron nuevas reglas y procedimientos cuando ingresaron a la escuela primaria Lupin Hill en el Distrito Unificado de Las Vírgenes.

Los estudiantes se sometieron a dos escaneos de temperatura: uno afuera y otro dentro del edificio de la escuela. Una temperatura de 100 grados o más significa que deben darse la vuelta y regresar a casa. Las mascarillas son obligatorias para todos, incluso para los alumnos más jóvenes, excepto durante el almuerzo.

First-grader Lili McInerney has her temperature checked before entering Lupin Hill Elementary.
La gerente de la oficina, Lola Stone, le revisa la temperatura a Lili McInerney de primer grado antes de ingresar a la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas.
(Al Seib / Los Angeles Times)

El color del día es azul y la forma del día es un círculo. Los puntos azules indican qué tan separados deben estar los estudiantes en clase, en el patio de recreo y en las áreas para comer.

En la clase de jardín de infantes de Jennifer Klein, todos los estudiantes recibieron sus propios útiles.

“¿Por qué no podemos compartirlos?”, preguntó a sus alumnos.

Olivia Johnson levantó la mano.

Kindergarten teacher Jennifer Klein collects crayons from students at Lupin Hill Elementary.
La maestra de kindergarten Jennifer Klein recolecta crayones de los estudiantes en su salón de clases en la escuela primaria Lupin Hill en Calabasas.
(Al Seib / Los Angeles Times)

“Debido a la corona”, dijo sin dudarlo detrás de su mascarilla blanca, que complementaba sus zapatos altos con lentejuelas de color rosa claro.

Ninguna clase puede tener más de 12 alumnos, además de dos adultos, un profesor y un ayudante. La sesión de la mañana dura de 8:15 a 10:40 a.m. Luego hay una sesión de limpieza antes de que el grupo de la tarde, que es otro, asista a clase de 12:25 a 2:50 p.m.

Terrence Littlefield, miembro del equipo de limpieza, comienza cada mañana con una nueva mascarilla, una pila de toallitas y desinfectante para manos.

“No tengo quejas”, dijo Littlefield, quien había estado desempleado desde julio y está feliz de estar de regreso en el trabajo. “Lo que estamos haciendo es necesario para mantener a todos a salvo”.

Supt. Dan Stepenosky reacts after COVID test at Wright Middle School in Calabasas.
Dan Stepenosky, superintendente del Distrito Escolar Unificado de Las Vírgenes, reacciona después de que le extrajeron sangre con éxito en el tercer intento en la escuela secundaria Arthur E. Wright en Calabasas. La muestra de sangre se analizará para determinar si ha contraído COVID-19 en los últimos dos meses.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)

“Tenemos que hacer esto bien”, dijo el superintendente Stepenosky. “No podemos abrirnos y convertirnos en un súper esparcidor”.

Pero no está demasiado preocupado: “En realidad, los estudiantes han estado entrenando durante meses”, enfatizó. “Además, las escuelas no son bares ni juegos de fútbol. Los alumnos saben que tienen que seguir las reglas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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