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El Super Bowl podría convertirse en un evento “súper propagador” de COVID-19, advierte un funcionario de salud de Los Ángeles

A banner in a football stadium reads, "Wear a face mask. Maintain a 6-foot distance."
En el Estadio Raymond James en Tampa, Florida, sede del próximo Super Bowl, los letreros recuerdan a los asistentes que tomen precauciones contra la transmisión del virus.
(Jason Armond / Los Angeles Times)
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El juego más importante de la NFL presenta un gran riesgo de transmisión del coronavirus, si numerosos residentes se reúnen para ver y celebrar el Super Bowl con personas de otros domicilios, advirtieron esta semana los funcionarios de salud de Los Ángeles.

Aunque el condado, como California en su conjunto, está experimentando descensos prometedores en los casos y hospitalizaciones por COVID-19 luego de un devastador aumento de semanas, ese progreso sigue siendo precario y podría erosionarse fácilmente, señalaron, si demasiados angelinos no toman precauciones cuando los Tampa Bay Buccaneers y los Kansas City Chiefs salgan al campo el 7 de febrero.

“Será trágico si el Super Bowl se convierte en un superpropagador del coronavirus”, indicó el miércoles la directora de Salud Pública del condado, Bárbara Ferrer.

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Los funcionarios de salud locales han señalado durante mucho tiempo que las reuniones celebradas entre los domicilios son un factor principal de transmisión del COVID-19. El riesgo aumenta en interiores saturados; cuando la gente no usa cubrebocas; y cuando están cantando, coreando o gritando, ya que hacerlo puede impulsar las exhalaciones y las gotas que transportan el virus a distancias aún mayores.

Es por eso que los funcionarios de salud estaban alarmados por las celebraciones, tanto improvisadas como planificadas, para marcar los triunfos de campeonato de los Lakers y Dodgers, y por qué un evento social como el Super Bowl es motivo de preocupación.

Un aumento en la transmisión podría retrasar o detener el progreso del condado hacia reaperturas más amplias, o reavivar el incremento ahora estancado que ha resultado en más de 8.800 muertes por COVID-19 reportadas en todo el condado desde el 1 de noviembre.

“Todas las personas y la totalidad de las empresas deben seguir tomando las precauciones diariamente para evitar la transmisión”, señaló Ferrer. “Realmente depende de nosotros si podemos mantener estas reaperturas sin poner en peligro la salud de los demás y nuestra capacidad para lograr que más escuelas vuelvan a abrir”.

Este año, los fanáticos de los deportes deben “ir a lo seguro”, señaló Ferrer. “No organice una fiesta en casa. No vaya a una celebración del Super Bowl”.

Por primera vez en dos meses, Los Ángeles permitió esta semana oficialmente la reanudación de reuniones privadas, siempre que se realicen al aire libre, a las que asistan miembros de no más de tres domicilios y con 15 personas o menos.

Pero la relajación de estas disposiciones, indicó Ferrer, “está destinada a permitir que un domicilio forme un grupo social pequeño y estable, con uno o dos hogares más, de modo que puedan reunirse ocasionalmente, siempre al aire libre, manteniendo dos metros de distancia y con no más de 15 personas”.

“Simplemente no funciona”, agregó, “si cada noche la gente se reúne con un grupo diferente de personas para tener fiestas pequeñas”.

Un aumento en la transmisión, advierten los funcionarios, iniciará un efecto dominó. Más personas infectadas significa que más pacientes serán hospitalizados con COVID-19 en las próximas semanas. Algunos de ellos eventualmente requerirán tratamiento en una unidad de cuidados intensivos y otros morirán a causa de la enfermedad.

“No podemos permitir que esto suceda”, señaló la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud de Los Ángeles. “No podemos permitir que el alto número actual de pacientes con COVID-19 que todavía están en el hospital se convierta en algo normal para nosotros. Simplemente no es sostenible”.

Un poco más de 6.000 angelinos con coronavirus fueron hospitalizados el martes, según los últimos datos estatales disponibles. Durante el apogeo de una oleada observada durante el verano, ese número alcanzó un máximo de poco más de 2.200.

“Si se preocupa por nuestros niños, por nuestros pequeños negocios, necesitamos que siga las disposiciones de salud pública en todo momento”, señaló Ferrer, como usar cubrebocas en público, practicar el distanciamiento físico y no ser anfitrión de reuniones llenas de gente.

“Cada uno de nosotros debe tomar decisiones muy cuidadosas sobre lo que hacemos. No reanude la socialización con muchas personas que no pertenecen a su domicilio”, indicó.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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