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Decisiones éticamente difíciles surgen mientras California elige quién recibirá la vacuna contra COVID-19

Nurses get ready as San Bernardino County activates the mass-vaccination site on Thursday at the Ontario Convention Center.
Las enfermeras se preparan mientras el Departamento de Salud Pública de San Bernardino activa el sitio de vacunación contra el coronavirus en el Centro de Convenciones de Ontario el jueves
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

¿Quién recibe la vacuna COVID-19 de California? Un momento de “elección de Sophie” para muchos necesitados

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Con las dosis de la vacuna contra COVID-19 aún escasas, la decisión de cómo priorizar las inmunizaciones se está convirtiendo en un asunto cada vez más complicado, ya que los funcionarios deben elegir entre muchos grupos, cada uno con su propia necesidad desesperada de ser el siguiente.

Centrarse en las personas mayores, los discapacitados y otras personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente por el coronavirus tiene el potencial de salvar muchas vidas. Reservar dosis para trabajadores esenciales también ayudaría a frenar la propagación del COVID-19. Y trasladar a los educadores a una posición prioritaria podría hacer que los docentes estén dispuestos a regresar al campus para impartir clases de manera presencial.

“Lo que es tan difícil en este momento es que incluso tenemos que ver esto como prioridades en competencia. Existe toda esta tensión sobre el cambio de prioridades en los grupos y todo se basa en un suministro limitado”, señaló la Dra. Eve Glazier, presidenta del Grupo de Práctica Docente de UCLA Health. “Hay muchos lentes diferentes para verlo”.

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Hasta ahora, varios de los condados más poblados de California han dado prioridad a los trabajadores de la salud, los que viven en entornos de atención a largo plazo y las personas de 65 años o más para el antígeno. El estado está recibiendo solo una fracción de las dosis que necesita, por lo que probablemente tomará semanas o meses cubrir a esos grupos.

Pero ha habido mucho debate sobre quién será el siguiente, con sindicatos, grupos de derechos de los discapacitados, docentes y otros defendiendo su posición. El comité asesor de vacunas del estado, de 60 miembros, ha pasado semanas discutiendo el asunto.

Los datos refuerzan la evidencia de que la región está saliendo de una oleada que comenzó a finales de octubre y que estuvo a punto de desbordar los hospitales de la zona.

Feb. 2, 2021

Durante una reunión consultiva el miércoles por la noche, los miembros del grupo más pequeño responsable de redactar las pautas de vacunas del estado dijeron que se presentarán nuevas recomendaciones ante la entidad después de las reuniones del viernes, entre el grupo de trabajo y un nuevo equipo estatal.

El grupo de trabajo estatal, compuesto por miembros de los departamentos de Envejecimiento, Servicios para Discapacitados y Salud y Servicios Humanos, se lanzó recientemente para resolver la logística de cómo los residentes con discapacidades y condiciones de salud subyacentes podrían priorizarse subsecuentemente.

“Nos estamos tomando esto increíblemente en serio. Este es el próximo grupo de prioridad”, señaló la epidemióloga estatal, la Dra. Erica Pan, durante una reunión del comité el miércoles.

La propuesta actual del comité es que las personas de 16 a 64 años con problemas de salud subyacentes o discapacidades sean el siguiente grupo elegible para la obtención de la vacuna.

No estaba claro de inmediato si las recomendaciones despojarían planes anteriores para apuntar a una lista de prioridades basada en la edad o cómo se determinaría el acceso de los grupos. Tampoco estaba claro cuándo estarán disponibles las vacunas para ellos.

Los docentes, los trabajadores de cuidado infantil y aquellos que laboran en las industrias de alimentos, agricultura y servicios de emergencia ya tienen prioridad después de los trabajadores de la salud, el personal y los residentes de centros de atención a largo plazo y los adultos de 65 años o mayores. Pero el suministro limitado de dosis no ha dejado claro qué tan rápido llegarán al frente de la fila.

Existe una creciente creencia de que la vacunación masiva finalmente puede cambiar el rumbo de la pandemia este año. Los funcionarios esperan que los suministros aumenten, pero hasta entonces se ven obligados a tomar decisiones difíciles.

“Hay muchas personas que necesitan vacunarse y es muy difícil determinar cuál de estas prioridades es más urgente, apremiante e importante”, indicó la directora de salud pública de Los Ángeles, Barbara Ferrer. “Así que todos tendremos que ser pacientes”.

Algunos expertos dicen que California ha empezado a levantar las restricciones demasiado pronto. Recomiendan extremar las precauciones ante la propagación de nuevas cepas de coronavirus más contagiosas.

Feb. 2, 2021

Entre los grupos a considerar se encuentran las personas cuya edad, condiciones de salud subyacentes u otras circunstancias las ponen en mayor riesgo de morir por COVID-19. Otros angelinos trabajan en entornos con un mayor riesgo de transmisión del coronavirus, y podrían potencialmente llevar el virus a casa con ellos. Otros están empleados en campos que brindan servicios públicos críticos.

En Los Ángeles, llegaron 193,950 dosis la semana del 11 de enero, pero solo 168,575 se entregaron la semana siguiente, así como 146,225 la semana sucesiva.

“El nombre del juego en este momento es mantener a todos con vida”, comentó Ferrer. “Esa es la prioridad número uno para nosotros: conseguir la mayor cantidad de personas posible para poder permanecer con vida durante esta pandemia y reducir el riesgo para aquellos que tienen mayor peligro de morir”.

Las pautas estatales brindan a los funcionarios locales cierta discreción sobre a quién más priorizar y estas opciones incluyen a los docentes. Como resultado, algunas instituciones de salud locales han comenzado a aceptar citas para vacunar a docentes y otros educadores de primera línea, incluidas dependencias en Riverside y Long Beach, que tienen su propio departamento de salud pública local independiente de Los Ángeles, mientras que otros no lo han hecho.

Pero simplemente permitir que los docentes se pongan en línea con todos los demás no necesariamente dará como resultado que las escuelas vuelvan a abrir más rápido, si ellos tienen los mismos problemas para programar citas que los demás. ¿Y los educadores que pueden conseguir citas son los que más se necesitan para poner en funcionamiento los campus para los estudiantes con las mayores necesidades?

En cuanto a los docentes, los funcionarios estatales y federales han insistido durante algún tiempo en que los campus para estudiantes de jardín de infantes, hasta el doceavo grado, pueden reabrir de forma segura sin que el personal esté vacunado. Pero los docentes en algunas áreas, incluida Los Ángeles, señalan que el único enfoque seguro es la vacunación completa, antes de que las escuelas vuelvan a abrir.

Además de las personas mayores, Riverside y Long Beach han abierto citas de vacunación para quienes trabajan en educación y cuidado infantil, alimentos y agricultura, así como servicios de emergencia.

San Bernardino ha permitido las vacunas a los socorristas como bomberos y policías, pero no a educadores, ni trabajadores de la industria alimenticia.

Pero al dar acceso a las vacunas a más grupos, hay dudas de si eso hará que sea más difícil para las personas mayores, quienes tienen muchas más probabilidades de morir de COVID-19, recibir sus inoculaciones. En Los Ángeles, alrededor del 70% de los que murieron a causa del COVID-19 tenían 65 años o más.

La escasez en todo el estado es tan aguda que algunos condados de California que habían comenzado a ofrecer vacunas a grupos de menor prioridad, como docentes, trabajadores de cuidado infantil y otros que trabajan en entornos educativos, han dejado de suministrarles el antígeno para concentrarse en las personas mayores.

El condado de Marin anunció el 21 de enero que las limitaciones de suministro lo habían obligado a priorizar las vacunas para los mayores de 75 años, y los funcionarios dejaron de programar citas para personas en grupos de menor prioridad.

La capacidad de California para realizar varias tareas se está poniendo a prueba, ya que los funcionarios de salud se esfuerzan por encontrar personal para los centros de vacunación y, al mismo tiempo, mantener las pruebas y el rastreo de contactos.

Ene. 25, 2021

Una declaración conjunta de ocho instituciones de salud locales en el Área de la Bahía el miércoles, señaló que los funcionarios darán prioridad a los trabajadores de la salud, las personas que viven en entornos de atención a largo plazo y las personas mayores. Marin, Napa, Santa Cruz y Solano están dando prioridad a los residentes de 75 años o más; mientras que Contra Costa, San Francisco, San Mateo y Santa Clara a las personas de 65 años o mayores.

El Área de la Bahía no tiene suficientes vacunas para inocular a todos los residentes de 65 años o mayores, mucho menos a los educadores, los trabajadores agrícolas y de alimentos, y los socorristas, informaron los funcionarios.

“Necesitamos ser directos y honestos con el público en el sentido de que, aunque queremos vacunar a todos, en este momento, simplemente no tenemos suficientes dosis para hacerlo”, señaló la Dra. Sara Cody, funcionaria de salud y directora de salud pública de Santa Clara, en un comunicado. “Dado el suministro limitado de vacunas, debemos priorizar la de aquellos con mayor riesgo de muerte o enfermedad grave”.

Además de los trabajadores de la salud y los residentes de cuidados a largo plazo, Ventura, Santa Bárbara y San Luis Obispo se están enfocando en las personas mayores de 75 años; Los Ángeles, San Diego, Orange, Kern e Imperial se están enfocando en los mayores de 65 años. Pasadena, que tiene su propia dependencia de salud pública, está siguiendo el mismo enfoque que el Departamento de Salud Pública de Los Ángeles.

Los expertos médicos dijeron que la discusión sobre la priorización está llena de minas éticas explosivas.

“Necesitamos reconocer que existe un peligro real allí, aunque solo sea a nivel simbólico, de atribuir valor social a ciertas personas o grupos”, indicó el Dr. Aaron Kheriaty, director de ética médica en UC Irvine.

Kheriaty dice que un enfoque basado en la edad, comenzando con la mayoría de los ancianos, es éticamente justificable, pero la cuestión de quién debe recibir la vacuna a continuación sigue siendo una estrategia compleja y en constante cambio.

Pero otros también presentan argumentos convincentes.

“Trabajo turnos de ocho horas en interiores, expuesto a mil personas al día”, comentó un trabajador de un supermercado de 31 años de Santa Cruz.

El trabajador, quien pidió permanecer en el anonimato, agregó que la confusión actual sobre quién obtiene la prioridad es una frustración más en un año en el que los supermercados y otros establecimientos que permanecieron abiertos durante la pandemia han visto brotes de COVID-19.

La exposición ha sido un argumento clave para la vacuna entre muchos que laboran como trabajadores esenciales en el frente, atendiendo a los clientes cara a cara y sin la capacidad de hacerlo desde casa. En las primeras conversaciones sobre la estrategia de implementación de vacunas, se dio mayor prioridad a los trabajadores esenciales. Pero con el tiempo, el plan cambió.

“Entiendo la idea de dar mayor prioridad a las personas en función de la exposición. Pero a nivel de políticas públicas y dados los impactos en la sociedad, creo que se debe comenzar con las personas con mayor riesgo de peores resultados y avanzar desde allí”, señaló Kheriaty.

Los defensores de las personas con discapacidad han estado luchando para asegurarse de que ese grupo tenga una mayor prioridad.

“Me sentiré mucho mejor cuando los funcionarios estatales se comprometan con un plazo para vacunar a las personas con discapacidades de alto riesgo”, indicó el miércoles Andy Imparato, director ejecutivo de Disability Rights California y miembro del comité asesor de vacunas. “Se siente como si estuviéramos hablando de dientes para afuera”, comentó sobre la falta de información concreta que acompañaba a las noticias sobre posibles nuevas orientaciones prioritarias.

El Dr. Paul Offit, profesor de vacunación en la Universidad de Pennsylvania, señaló el mes pasado durante un panel de discusión en UC San Francisco que idear un plan de prioridad es difícil.

“Esto es duro. Quiero decir, esto es como [la película] “La decisión de Sophie”, ¿verdad? Quiero decir, ¿quieres vacunar a las personas que están en mayor riesgo? ¿Quieres inocular a quienes ayudan a que la sociedad avance?”, Offit preguntó. Desafortunadamente, podría haber otras 100,000 o 200,000 personas que morirán de COVID-19 a nivel nacional durante los próximos meses, cuyas vidas podrían haberse salvado con el antígeno, pero simplemente no pudieron obtenerla, señaló.

“Es muy difícil. Solo tienes tantos botes salvavidas que te permiten salvar personas. Y simplemente te rompe el corazón”, indicó Offit. “Así que distribuyan la vacuna tanto como se pueda. Dense cuenta de que van a molestar mucho a un grupo u otro. Harán enojar a la gente de todos modos. Así que haz lo que creas que funciona mejor”.

Howard Blume contribuyó a este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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