Adiós, Skyslide. U.S. Bank Tower obtendrá una remodelación de $60 millones que deja fuera la atracción turística
El propietario de U.S. Bank Tower en el centro de Los Ángeles gastará $60 millones para actualizar y reposicionar el rascacielos de 73 pisos que ha sido una característica del horizonte de la ciudad desde que se completó en 1989, pero que ha trabajado para atraer inquilinos en los últimos años.
Parte del cambio de imagen exige poner fin a las aspiraciones de convertirse en un lugar turístico, al eliminar su plataforma de observación pública cerrada durante mucho tiempo y un tobogán al aire libre muy alto, denominado Skyslide, entre dos de los pisos superiores y que fue inaugurado en 2016 por el dueño anterior.
El desarrollador de Nueva York, Silverstein Properties, que compró el edificio el año pasado por $430 millones, espera hacer que la imponente torre sea más atractiva para las empresas en campos creativos que a menudo han dado la espalda a los rascacielos, en favor de propiedades más nuevas tipo campus con espacio al aire libre y servicios orientados al ocio.
Silverstein Properties planea hacer que una visita a U.S. Bank Tower se sienta más como estar en un hotel boutique o un edificio residencial de alta gama, en comparación con una catedral corporativa, dijo Jeremy Moss, jefe de arrendamiento de la compañía.
“Habrá muchas oportunidades para sentarse de manera informal para las reuniones, o para escapar y descansar”, dijo Moss.
Habrá un café y un bar en el lobby, grandes mesas comunales y asientos en el patio, alrededor de las entradas en la planta baja, con la intención de hacer que el vestíbulo sea más “permeable” y aprovechar el clima templado de Los Ángeles, señaló.
El piso 54, donde las personas que suben deben cambiar de ascensor, se convertirá en un salón para inquilinos. Tendrá una chimenea, un espacio con estaciones de trabajo, un bar, una cafetería para llevar que vende alimentos preparados y una cocina de servicio completo para atender reuniones y eventos privados.
El nuevo salón para inquilinos reemplazará un piso anteriormente dedicado a promover Skyspace, una antigua atracción turística en los pisos 69 y 70 que incluía plataformas de observación y el Skyslide acristalado de 45 pies que colgaba fuera del edificio, el cual conectaba los dos pisos y ofrecía un viaje breve pero espeluznante. Al parecer, ni la atracción de vidrio ni las clases de yoga a gran altura fueron suficientes para atraer a las multitudes.
Skyspace se cerró antes de la pandemia y no regresará, indicó Moss, en parte porque las conversaciones con los inquilinos revelaron que no les importaba la antigua atracción.
“Si bien hay ejemplos de plataformas de observación y atracciones turísticas que coexisten con el espacio de trabajo, en este caso particular creo que estaba teniendo un impacto demasiado negativo en la experiencia que queríamos crear y preservar para las empresas que están aquí”, comentó.
Los pisos superiores de Skyspace se reconvertirán en espacio de oficinas en alquiler, señaló. El edificio de 1.4 millones de pies cuadrados está arrendado en un 78%.
Las empresas, particularmente en las industrias del entretenimiento y la tecnología, se han inclinado en los últimos años hacia oficinas en entornos con aire natural que brindan una sensación de estar en exteriores en el lugar de trabajo, o que permiten que las personas se relajen o trabajen bajo el sol real. Según los informes, el interés en las oficinas de baja densidad aumentó durante la pandemia de COVID-19.
Los propietarios de algunos rascacielos convencionales que se construyeron para servir a la cultura corporativa del siglo XX han respondido a la tendencia haciendo que los espacios al aire libre que tienen sean más acogedores, con jardines, estaciones de café, terrazas y asientos destinados a revertir los rasgos de exclusividad, apreciados por constructores e inquilinos de los años ochenta.
“Incluso antes de la pandemia, vimos un alejamiento de muchas de las costumbres tradicionales de la oficina, ya sea lo que la gente usa para trabajar, traer a sus mascotas o tener opciones de comida convenientes”, comentó Moss. “Mucho de esto fue diseñado para hacer que el trabajo se sienta más como en casa, por lo que el espacio laboral se convirtió en un lugar más acogedor, en comparación con un área premonitoria”.
En U.S. Bank Tower, el exclusivo restaurante 71Above en el piso 71 está abierto y seguirá funcionando, señaló Moss. Un gran espacio para establecimientos de comida en los pisos inferiores, anteriormente ocupado por un restaurante chino, se convertirá en Market Creations, un local informal que se espera que abra para el Día del Trabajo.
Las otras mejoras al edificio tomarán de un año a 18 meses, explicó, y también incluirán mejoras en el gimnasio, los ascensores y el área de estacionamiento con valet.
La construcción de U.S. Bank Tower fue quizá el logro más destacado de Maguire Thomas Partners, una empresa de desarrollo inmobiliario de Los Ángeles que era una de las más grandes del país en las décadas de 1980 y 1990. El fundador, Robert F. Maguire III, murió el martes. El rascacielos se llamó primero Library Tower y fue conocido durante un tiempo como First Interstate World Center.
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