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El repunte del coronavirus en el condado de Los Ángeles alcanza niveles alarmantes, con 10.000 infectados en una semana

A teenager receives a COVID shot.
Jacob Alexander, de 14 años, recibe una segunda dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech en una clínica móvil de vacunación contra el COVID-19, organizada por Mothers In Action en colaboración con el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, el viernes 16 de julio de 2021 en Los Ángeles.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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El condado de Los Ángeles está registrando ahora más de 10.000 casos de coronavirus a la semana -un ritmo que no se veía desde marzo-, una señal alarmante de los peligros que supone la variante del Delta para las personas que no se han vacunado y que aumenta la presión sobre las autoridades sanitarias para revertir la tendencia.

Un análisis de los datos de Los Angeles Times encontró que el condado de Los Ángeles estaba registrando 101 casos semanales de coronavirus por cada 100.000 residentes, por encima de los 12 del período de siete días que terminó el 15 de junio. Esto significa que el condado ha superado el umbral de “alta” transmisión comunitaria de la enfermedad, el peor nivel definido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. Una región debe alcanzar 100 o más casos semanales por cada 100.000 habitantes para ser considerado en ese nivel.

Sigue siendo mucho menos que durante la oleada mortal del invierno, cuando el condado de Los Ángeles registraba más de 1.000 casos semanales por cada 100.000 residentes, pero subraya la creciente preocupación de que las personas no vacunadas están en mayor riesgo.

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El aumento aquí y en otros lugares es la razón por la que 11 condados -en los que vive más de la mitad de los californianos- están instando a todos los residentes, independientemente de su estado de vacunación, a llevar mascarilla en lugares públicos cerrados. Hasta ahora, el condado de Los Ángeles es el único que lo ha convertido en un requisito, mientras que gran parte del Área de la Bahía de San Francisco, así como los condados de Sacramento, Fresno y Yolo, han hecho de esta petición una recomendación.

La razón principal para una política de uso de mascarilla obligatoria en lugares públicos cerrados es conseguir que las personas no vacunadas empiecen a usarlas de nuevo, reduciendo el riesgo de transmisión de la enfermedad hasta que disminuyan las nuevas infecciones.

Las autoridades creen que muchas personas no vacunadas dejaron de usar la mascarilla al mismo tiempo que lo hicieron aquellos que ya están vacunados, aunque los individuos que no están inoculados siguen teniendo órdenes de utilizar cubierta facial. De los nuevos casos de coronavirus en el condado de L.A. durante un período reciente de seis meses, el 99.6% correspondió a personas no vacunadas.

Las hospitalizaciones por COVID-19 en el condado de L.A. también se han duplicado en las últimas tres semanas, pasando de 255 el 28 de junio a 528 el sábado, una cifra que no se veía desde abril. Esto significa que el condado está reportando ahora más de 5 personas internadas en el hospital por COVID-19 por cada 100.000 residentes, un umbral que algunos expertos dicen que podría ser un desencadenante razonable para instituir medidas de uso de mascarilla más estrictas.

Otros condados muy poblados que tienen tasas de hospitalización por encima de ese umbral son San Bernardino, Alameda, Sacramento, Contra Costa, Fresno, San Joaquín, Stanislaus, Sonoma y Solano, según el análisis del Times.

El condado de Los Ángeles modeló en parte su orden de uso de cubiertas faciales en interiores bajo el enfoque de Israel. El 25 de junio, las autoridades israelíes volvieron a imponer la obligatoriedad del uso de mascarilla en espacios públicos cerrados, solo 10 días después de retirar la mayoría de las órdenes que la hacían obligatoria, tras observar un aumento de las tasas de infección. Los funcionarios del gobierno se han mostrado reacios a imponer una nueva orden de cierre.

De manera prometedora, las hospitalizaciones se han mantenido relativamente bajas en Israel, dijo el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de Estados Unidos, en una sesión informativa reciente.

Las personas totalmente vacunadas están extraordinariamente protegidas contra la enfermedad, la hospitalización y la muerte por COVID-19, y los expertos de todo el país dicen que los peores efectos de esta oleada están recayendo casi en su mayoría en los no inoculados. El grupo de gente que no se ha vacunado en el condado de Los Ángeles representaron el 98.7% de las hospitalizaciones por COVID-19 y el 99.8% de las muertes entre el 7 de diciembre y el 7 de junio, y ninguna persona totalmente vacunada ha sido hospitalizada por COVID-19 en el enorme sistema de hospitales públicos del condado de Los Ángeles.

“Los hospitales no volverán verse saturados como antes”, dijo el Dr. Peter Chin-Hong, experto en enfermedades infecciosas de la UC San Francisco.

Alrededor del 53% de los residentes del condado de L.A. están totalmente vacunados, y el 60% están al menos parcialmente inoculados, pero eso todavía significa que hay millones de personas que siguen siendo vulnerables a los estragos del COVID-19. Los expertos han calculado que entre el 70% y el 85% de la población deberá ser inmune para bloquear la transmisión continua del coronavirus.

El Dr. Jerome Adams, antiguo cirujano general, instó a los CDC a poner como ejemplo la política de uso de mascarilla del condado de Los Ángeles y a aconsejar que la utilicen en las comunidades que muestran un incremento de casos. “Los datos sugieren que los CDC deberían recomendar la vacunación y el uso de cubrebocas en las zonas con [aumento] de los casos, hasta que veamos que las cifras vuelven a bajar”, tuiteó Adams.

Los funcionarios federales han dicho que la nueva orden del condado de Los Ángeles era razonable. “Y anticipo que eso también ocurrirá en otras partes del país”, dijo el actual cirujano general, el doctor Vivek Murthy, en el programa “This Week” de la cadena ABC.

Aunque las personas vacunadas están extraordinariamente protegidas contra el COVID-19 grave, no pueden ignorar por completo el aumento de la tasa de transmisión en la comunidad.

El aumento de la circulación del virus significa que las personas vacunadas tendrán más probabilidades de encontrarse con un individuo que no se ha vacunado y que este contagiado, y eso podría resultar en un riesgo mayor de que se produzca una infección “de ruptura”. Las infecciones de ruptura ya son bastante raras, pero incluso si ocurren, no es probable que las personas vacunadas que se infecten necesiten hospitalización.

No obstante, incluso una enfermedad por COVID-19 que no requiera hospitalización puede perturbar la vida cotidiana, ya que requiere la notificación de los contactos cercanos, la cancelación de las actividades laborales y la vida social, y puede ser un “fastidio”, dijo Chin-Hong.

“Al aumentar el virus en la comunidad, se incrementa la posibilidad de que las personas vacunadas se infecten y, por tanto, contagien a los que no están vacunados”, dijo Chin-Hong.

Sin embargo, es razonable suponer que una persona vacunada infectada tendrá menos probabilidades que una no vacunada de transmitir el virus a otro individuo, dijo Fauci. Esto se debe a que las personas vacunadas que están infectadas tienen niveles considerablemente más bajos de virus en la garganta en comparación con aquellos que no están vacunados.

Además, la mejor manera de garantizar que los niños permanezcan protegidos contra el COVID-19 es que el mayor número posible de adultos y adolescentes de su entorno estén vacunados. En el condado de Los Ángeles hay 1.3 millones de niños menores de 12 años que son demasiado jóvenes para ser vacunados. Y aunque los más pequeños son mucho menos propensos que los adultos a sufrir complicaciones graves del COVID-19 -porque tienen muchas menos proteínas llamadas receptores ACE2 que el coronavirus necesita para infectar el cuerpo- hay, sin embargo, situaciones raras en las que pueden sufrir enfermedades graves y la muerte.

Las tasas semanales de casos de coronavirus han sido más altas y han aumentado más rápidamente entre los adultos más jóvenes, los de 18 a 29 años, según los datos del condado; el virus también se está propagando más rápidamente entre los adultos de 30 y 40 años, así como entre los adolescentes, en comparación con los grupos de edad más jóvenes y mayores.

Chart of coronavirus case rates in L.A. County by age group
Gráfico de las tasas de casos de coronavirus en el condado de Los Ángeles por grupos de edad.

El aumento de las tasas semanales de casos de coronavirus, de hospitalizaciones por COVID-19, o de ambas cosas, ha sido notable en las cuatro regiones de California que han instado a la población a vacunarse de nuevo. La tasa semanal de casos de coronavirus casi se ha triplicado en el condado de Sacramento y casi se ha cuadruplicado en los nueve condados del Área de la Bahía de San Francisco en el último mes.

Vacunaciones por grupo de edad
Vacunaciones por grupo de edad.

Desde el 4 de julio, el número de personas hospitalizadas por COVID-19 se ha duplicado en el condado de Sacramento y ha aumentado un 51% en el de Fresno. Las hospitalizaciones en el Área de la Bahía se han duplicado desde finales de junio.

El aumento de los casos se produce mientras el ritmo de las vacunaciones semanales en el condado de L.A. ha caído a tasas decepcionantes, con unas 80.000 primeras dosis de vacunas administradas por semana en junio, por debajo del objetivo del condado de 100.000 primeras dosis semanales. En mayo, la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer, expresó su optimismo de que el condado de L.A. podría alcanzar la inmunidad de rebaño - que ella suponía que era el 80% de los residentes de 16 años o más con al menos una vacuna - a finales de julio. Pero al ritmo actual, ese umbral podría alcanzarse en diciembre.

Percent of L.A. County residents with at least 1 dose of vaccine, by racial and ethnic group (July 15, 2021)
Porcentaje de residentes del condado de L.A. con al menos una dosis de vacuna, por grupo racial y étnico (15 de julio de 2021).

Los residentes negros y latinos más jóvenes están entre los que tienen menos probabilidades de recibir la vacuna que otros grupos demográficos. Entre las personas de 18 a 29 años, solo el 29% de los residentes negros y el 43% de los latinos se han aplicado al menos una vacuna, mientras que el 59% de los blancos, el 60% de los nativos americanos y el 77% de los asiáticos americanos de ese grupo de edad han recibido al menos una dosis.

Los expertos afirman que enviar a personas de confianza a las comunidades para que aboguen por las vacunas en eventos y realizar actividades de divulgación puerta a puerta puede ayudar a mejorar las tasas de vacunación y el acceso, ofreciendo a la gente la oportunidad de hacer preguntas y permitiendo que el personal capacitado combata los mitos y la desinformación sobre las vacunas. Llevar las vacunas a las consultas de los médicos de atención primaria, donde los doctores pueden responder directamente a las preguntas de los pacientes, también puede ayudar.

Otra estrategia consistiría en imponer nuevos requisitos para vacunarse, por ejemplo, en los lugares de trabajo.

San Francisco ya ha ordenado que todos los trabajadores de “alto riesgo”, como hospitales, residencias de ancianos y cárceles, se vacunen completamente antes del 15 de septiembre. San Francisco también ha ordenado a sus 35.000 trabajadores municipales -entre ellos policías, bomberos, conserjes y empleados- que se vacunen o se arriesguen a perder sus puestos de trabajo una vez que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU haya aprobado formalmente la vacuna. Las vacunas se distribuyen actualmente bajo una autorización de uso de emergencia. Habrá exenciones a la obligación de vacunarse para los trabajadores con razones religiosas y médicas válidas.

Ni los funcionarios de la ciudad de Los Ángeles ni los del condado han emitido una orden similar.

La Universidad de California ha anunciado que las vacunas contra el COVID-19 serán obligatorias para todos los estudiantes, el personal y otras personas antes del trimestre de otoño, convirtiéndose en el sistema universitario público más grande del país en obligarles a vacunarse incluso mientras se distribuyen bajo una autorización de uso de emergencia.

Una idea que no es una orden de vacunación obligatoria por parte de los empleadores es hacer que sea menos conveniente permanecer sin vacunar, como una orden para que los trabajadores no vacunados se sometan a pruebas diarias o en algún otro intervalo regular.

Los redactores del Times Luke Money, Teresa Watanabe y Colleen Shalby contribuyeron a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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