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En la California republicana, las mentiras de Trump sobre el robo de la elección resuenan entre los partidarios de la revocatoria

A man stands among several flags and signs, including one that says Recall Newsom, Save California
A Ed Brown, quien trabaja en una tienda de banderas en Sutter Creek, le molestó que el gobernador Gavin Newsom visitara el restaurante French Laundry mientras muchos negocios cerraban durante la pandemia. Eso lo llevó a apoyar la iniciativa de destitución.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)
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¿Quiere deponer al gobernador? Ed Brown tiene la mercancía adecuada para usted. Gorras y mascarillas que dicen ‘Destituyamos a Newsom’. También tiene letreros para el jardín con la misma leyenda, y una pila de folletos.

Pero solo unos días antes de que los votantes de California decidan si expulsan al demócrata de su cargo, el tráiler ubicado cerca de Golden Chain Highway era mayormente un santuario para el expresidente del país. “En lo que a mí respecta, Trump es quien manda”, afirmó Brown, de 67 años.

¿Y en cuanto a las elecciones revocatorias?

“Probablemente hagan trampa”, comentó sobre los partidarios de Newsom, y agregó que votará por Larry Elder porque “se parece más a Trump; él es para la gente”.

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La elección de destitución respaldada por los republicanos no podría tener más consecuencias para California. Situada en medio de una ola mortal de la pandemia de COVID-19, con incendios forestales sin precedentes y una sequía implacable que arruina los campos, le da al partido republicano su mejor oportunidad en más de una década para gobernar el estado más poblado de la nación.

Y si hay un punto simbólico de las destituciones, eso puede ser aquí, en el condado de Amador, en las estribaciones de Sierra, donde aproximadamente uno de cada cinco votantes registrados firmaron peticiones para echar a Newsom, en la concentración más alta registrada en California.

El apoyo más ferviente para la destitución proviene del norte del estado, donde los conservadores rurales dicen que sus voces son ahogadas en Sacramento por los demócratas urbanos y que sería mejor que se separaran para formar su propio estado, llamado Jefferson.

Sin embargo, en muchos sentidos, esta elección todavía se trata de un hombre llamado Donald J. Trump.

A man with a pamphlet that says King Newsom's hypocrisy is destroying California
Vince Destigter, presidente del partido republicano del condado de Amador, quiere destituir al gobernador Gavin Newsom. Sus preocupaciones incluyen incendios forestales, manejo forestal, altos impuestos, delitos, inmigración ilegal y restricciones por el COVID-19.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Los conservadores hablan sobre la iniciativa de destitución a través de la lente de las mentiras de Trump, de que ganó las elecciones de 2020.

En general, se niegan a emitir sus votos por correo porque creen en sus falsas afirmaciones de que ese tipo de votación deriva en un fraude electoral desenfrenado. Si Newsom prevalece, muchos no confiarán en los resultados, tal como ocurrió después de la derrota de Trump.

En Newsom encontraron a un avatar para el partido demócrata y todo lo que odian de él: una entidad política en oposición a muchas de las cosas que aprecian, incluido (y, a veces, especialmente) Trump. “En muchos sentidos, la destitución nunca se trató realmente de Gavin Newsom en particular”, comentó Kim Nalder, profesora de ciencias políticas en Cal State Sacramento.

Más bien, señaló, sus partidarios están alimentados por una “larga lista de quejas que los republicanos tienen sobre los liberales”.

“Si eres republicano, especialmente si apoyas a Trump, en California, es un momento difícil en la política estatal”, remarcó Nalder. “Te sientes realmente privado de derechos. [Si] combinas eso con la gran ansiedad que todos tenemos sobre los incendios y la pandemia y la falta de vivienda, surge un alto nivel de motivación para hacer algo al respecto”.

A pesar del furioso fervor de los partidarios de la destitución -que llevó a los aliados de Newsom a preocuparse abiertamente de que una brecha de entusiasmo signifique su desaparición política- las posibilidades de la iniciativa no parecen tan buenas como antes.

Encuestas recientes muestran que el 58% de los probables votantes se oponen a la destitución, en comparación con el 39% que la apoya.

Para Vince Destigter, presidente del partido republicano del condado de Amador, la cuestión canalizó la ira profundamente arraigada de los votantes rurales hacia los políticos liberales del estado y hacia instituciones como las escuelas públicas y los medios de comunicación, que según afirman les dan menos importancia.

“Tenemos que estar realmente seguros de que se entienda: no nos gusta su periódico”, remarcó Destigter a un reportero de Los Angeles Times en un restaurante ubicado en Jackson, la semana pasada. También relató que grita ante las noticias: “¡Vamos, ustedes no tienen idea de lo que hacemos aquí!”

Según Destigter, de 79 años y residente de Pioneer, la gente de allí es un grupo independiente a quien “no le gusta que el gobierno dirija nuestras vidas”.

Sutter Creek
Sutter Creek se encuentra en el condado de Amador, que, per cápita, tuvo la mayor cantidad de firmas en las peticiones para retirar al gobernador Gavin Newsom del cargo.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Eso quedó especialmente claro durante la pandemia. Newsom, señaló, abusó de su poder para cerrar escuelas y negocios y exigir el uso de mascarillas faciales. En público, los cubrebocas son poco comunes en el condado de Amador, que tuvo más pacientes hospitalizados con COVID-19 el mes pasado que en cualquier otro momento de la pandemia.

Destigter está vacunado, pero como la mayoría de los conservadores aquí, cree que la gente tiene derecho a elegir. Un amigo, agregó, planea dejar su trabajo como conductor de reparto porque se niega a vacunarse y no se le permite ingresar a un hogar de ancianos para entregar oxígeno.

Mientras Destigter hablaba, los televisores del restaurante mostraban largas filas de evacuados que huían del cercano South Lake Tahoe mientras ardía el incendio de Caldor. La sala, llena de gente, se quedó en silencio.

Los partidarios de la destitución, comentó Destigter, culpan a los demócratas por las políticas de manejo forestal que creen que han hecho que los incendios forestales sean más destructivos. “Hay muchos -liberales, lo lamento, pero eso son- que no creen en la tala de árboles”, afirmó.

Destigter votó por Elder y dejó su boleta en un buzón en lugar de enviarla por correo. “Somos muy quisquillosos con eso”, destacó. “Creemos que se hicieron muchas travesuras con la votación” en la elección presidencial.

En el condado de El Dorado, de mayoría republicana, que también tuvo una de las concentraciones más altas de firmas de peticiones para la destitución, los funcionarios electorales han luchado para llegar a los evacuados de incendios de Caldor.

Según Bill O’Neill, funcionario del registro de votantes del condado, las boletas se enviaron por correo el día en que se ordenaron las primeras evacuaciones. “Honestamente, nos miramos el uno al otro y dijimos: ‘Bueno, se mandaron por correo hoy. Lo último en lo que alguien piensa [en una situación así] es en votar’”, comentó.

“Pero nuestros teléfonos han estado sonando sin parar. La gente quiere saber cómo hacerlo, aunque haya sido evacuada. Están súper comprometidos con eso”.

El personal electoral del condado tomó prestada una camioneta de carga y creó un “centro de votación móvil autónomo” completo, con dispositivos de impresión de boletas y sistemas de comunicación seguros para garantizar, en tiempo real, que los votantes estuvieran registrados y que no hubieran sufragado ya.

Condujeron a lugares con campamentos de evacuados, incluido el rancho personal del sheriff, una iglesia, un complejo de casas rodantes y el estacionamiento de Walmart, en Placerville. “Ya es suficiente con lo que están lidiando”, destacó O’Neill. “Votar no debería ser una presión adicional para ellos”.

La semana pasada, dos hombres, ambos autodenominados republicanos conservadores, pasaron por delante de una urna y llevaron sus votos a la oficina de registro en Placerville. Los individuos, que se negaron a dar sus nombres, querían entregar personalmente las boletas porque no confiaban en la votación por correo. “Creo que nuestras elecciones están amañadas”, reconoció uno, un hombre de 69 años con una gorra de la compañía Tractor Supply.

En el estacionamiento de Walmart, el evacuado de incendios de Caldor, Randall Skipper, como muchos otros, tenía un letrero pegado a su vehículo RV, que decía: DESTITUYAMOS A NEWSOM/SALVEMOS A CALIFORNIA.

Amador County
Vince Destigter, presidente del Partido Republicano del Condado de Amador, quiere destituir al gobernador Gavin Newsom debido a una lista de preocupaciones que incluye la gestión actual de los incendios, los altos impuestos, la delincuencia, la inmigración ilegal y las restricciones del COVID-19. Él y sus voluntarios han repartido miles de volantes apoyando el esfuerzo de destitución.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Skipper reconoció que deseaba poder mostrar por qué le desagrada tanto Newsom. Piensa que el gobernador es pomposo e hipócrita, un sentimiento perfectamente encapsulado por la infame salida sin mascarilla del gobernador al exclusivo restaurante French Laundry, durante el pico invernal del coronavirus.

“Después de la revocación, tal vez pueda conseguir un trabajo como lavaplatos en French Laundry. Si está calificado”, bromeó Skipper, de 58 años, de Camino.

Su esposa, Robin, cree que Newsom ha manejado mal la política del agua, especialmente en medio de la sequía, y está enojada porque su administración liberó a miles de reclusos, incluidos algunos que cumplían condena por delitos violentos, durante la pandemia. “Creo que es un engatusador”, dijo. “Y es demócrata”.

De regreso en el tráiler de Trump, en Sutter Creek, Ed Brown afirmó que a los clientes les preocupa que el estado vuelva a cerrar debido a la variante Delta del coronavirus, que no se permitirá la votación en persona y que la gente se verá obligada a votar por correo.

El tráiler vende camisetas de Trump 2020, que volvieron al taller de impresión después de las elecciones para agregarles la palabra “FRAUDE”. También vende banderas confederadas, letreros que dicen “zona libre de progresistas” y tarjetas laminadas de $5 que dicen: “Tarjeta de privilegio blanco. Miembro desde el nacimiento/válida hasta la muerte”.

Mientras Brown hablaba, entró una mujer y le preguntó si vendía letreros que pudiera usar en una protesta contra las vacunas. “No, no tengo de esos”, le respondió (de hecho, lleva su tarjeta de vacuna contra el COVID-19 laminada, en su billetera).

“¿Quizá algunos que digan simplemente ‘Libertad’?” agregó la mujer. “Los únicos que tengo ahora son de la revocatoria”, contestó él.

Brown, que vestía una camiseta con la imagen de un rifle de asalto, dijo que la gente entra en el tráiler en estos días muy enojada. Por el aumento de la delincuencia y la inmigración ilegal, por los precios de la gasolina y el movimiento Black Lives Matter y la pandemia.

Piensa que la iniciativa de destitución se volvió un atractivo para esa furia. “Creo que debido a todo lo que está sucediendo, no solo en este estado sino en el país, la gente se está hartando del partido demócrata”, comentó. “Newsom está derribando a California”. O, como declara una de las camisetas que vende, con el año 2020 tachado: “Trump 2024”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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